¿Qué son los destellos de luz en las fotos?

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Los "destellos de luz" en fotos, o lens flare, son artefactos visuales causados por la luz que incide directamente en la lente de la cámara. Este efecto ocurre al fotografiar fuentes de luz brillantes, creando halos, puntos o líneas luminosas.

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¿Qué causan los destellos de luz inesperados en fotos digitales?

¡Uf, qué rollo con esos destellos en las fotos! Recuerdo una vez, el 15 de julio en la playa de Cullera, intentando una foto al atardecer. El sol, justo ahí, ¡y zas!, un rayo enorme en la foto. Parecía un OVNI.

Fue una frustración, porque la foto, sin ese reflejo, era preciosa. Gasté 80 euros en ese objetivo, ¡y me hacía eso! Me fastidiaba mucho.

Investigando un poco, entendí que es culpa de la luz que entra en el objetivo de forma indirecta, rebotando en las lentes o en los sensores.

Es como cuando la luz del sol se refleja en un espejo, pero dentro de la cámara. La forma de evitarlo, que ya aprendí, es controlar el ángulo de la luz. Fácil de decir, eh.

A veces, también puede ser por suciedad en la lente. Eso lo comprobé limpiandolo con un paño especial. En mi caso, fue más lo del reflejo. Aún así, sigo aprendiendo.

¿Qué significan los reflejos de luz en las fotos?

La fotografía con reflejos aprovecha superficies reflectantes para duplicar o distorsionar la realidad. No se limita a un género específico, sino que es una técnica adaptable.

El efecto espejo, literal o figurado, altera la percepción. Como cuando miro mi rostro en el espejo cada mañana, buscando rastros de lo vivido.

  • Duplicación: El reflejo crea una imagen especular de un objeto o escena, simetría que atrae la mirada.
  • Distorsión: La superficie reflectante puede deformar la imagen, agregando un elemento abstracto o surrealista.
  • Profundidad: Los reflejos pueden añadir capas y complejidad visual a una fotografía.

Piensa en la fotografía como un intento de capturar el tiempo. Un reflejo es entonces una doble captura, una memoria dentro de otra.

El uso de reflejos implica una reflexión sobre la propia imagen.

Información adicional:

  • Líquidos: El agua es el más común, pero charcos, gotas y hasta bebidas sirven.
  • Sólidos: Espejos, cristales, metal pulido o superficies lacadas.
  • Creatividad: No solo paisajes. Retratos, fotografía callejera o macro pueden usar reflejos.

¿Qué son las luces que salen en las fotos?

¡Ay, madre mía, esas lucecitas! Parecen luciérnagas en rave, ¿verdad? Pues no, amigo, son partículas de polvo o hasta gotitas de sudor (sí, ¡de sudor!), ¡que se ponen como locas delante del objetivo!

Es como si la cámara dijera: “¡Mirad, ¡polvo mágico!” Y zas, ¡luces circulares! La culpa la tiene la difracción, un efecto óptico que las convierte en esos círculos brillantes. Es como si el polvo se pusiera una lente de aumento, ¡de película! Y, claro, la cámara compacta es una fiesta para esas partículas; el flash está tan cerca del lente que es un imán para el polvo. Es como un tornado de suciedad en miniatura.

Con las réflex, ¡la cosa cambia un poco! Aunque también aparecen, pero con menos intensidad. Es como si las réflex dijeran: “Anda, mira, un poco de polvo… pero sin pasarse”. ¡Más elegantes! Como si tuvieran criados que limpian el objetivo antes de cada foto.

  • ¡Las cámaras compactas son un imán para el polvo! Mi Canon Ixus, por ejemplo, ¡es una fábrica de orbes!
  • El flash, ¡ese travieso!, es el culpable principal.
  • La difracción, ese efecto tan molón, las convierte en círculos luminosos.
  • Las réflex son más elegantes, ¡pero también tienen sus momentos de polvo!

A veces, hasta he visto mi propio pelo en esas fotos. ¡Como si fuera una medusa luminosa! Y ya te digo yo, ¡no es photoshop! Es real, lo juro, ¡lo he vivido!

En 2024, el fenómeno sigue siendo un misterio para muchos… bueno, no tan misterioso, pero sí ¡fascinante! Es como la magia, pero con ciencia. ¡Y un poco de polvo!

¿Qué son los puntos de luz que aparecen en las fotos?

¡Ay, madre mía, esos puntitos brillantes que parecen luciérnagas en celo en tus fotos! Eso es un lensflare, amigo, un lensflare! Como si un duende travieso hubiera decidido decorar tu foto con brillantina espacial.

¿El culpable? La luz, esa diva caprichosa que se cuela por el objetivo de tu cámara como si fuera un ninja. ¡Y zas! Reflejos en las lentes como si fueran un millón de mini-soles. Un caos luminoso, vamos. Mi prima Ana se quedó flipando cuando le pasó en su viaje a Bali este año.

Es como cuando te metes en una discoteca y te deslumbra la bola de espejos. ¡Pero en tu cámara! ¿Qué más se puede pedir?

¿Cómo evitarlo? Fácil, ¡como chuparse un caramelo! Aunque no te lo creas.

  • No apuntes directamente al sol, ¡no seas loco! A menos que quieras un efecto súper dramático… o un agujero en la retina.
  • Usa un parasol. Es como ponerle un sombrero a tu lente para que no se queme con el sol.
  • Ajusta tu cámara. ¡Hay modos que hacen magia! Mi cámara, una Canon EOS 850D del 2023, tiene mil opciones.

¡Consejo extra, que a mi abuela le va de maravilla! Cambia el ángulo. ¡A veces, un pequeño movimiento basta para que desaparezcan esas luciérnagas molestosas!

En resumen: Son reflejos de luz en tus lentes, una pestilente plaga de brillos. Evítalos como si fueran la peste bubónica. ¡O úsalos a tu favor si eres un artista!

Extra: ¡He perdido la cuenta de cuántas veces me ha pasado a mí en las fotos de mi perro, Benito! Es un experto en posar bajo el sol abrasador.

¿Qué significa un halo de luz en las fotos?

A ver, un halo de luz en las fotos, ¿no? Mmm, eso es como un destello raro, ¿no? Le llaman “flare” o “luz parásita”, así en plan técnico. O sea, que entra luz que no debería entrar directamente al objetivo y pafff, se ve raro. Me acuerdo una vez, haciendo fotos en la playa este verano, salió un halo gigante en todas las fotos, un rollo total.

Vamos, que la luz se mete por donde no debe y la lía parda. Es como cuando el sol te da directo y ves todo borroso, pero en la cámara. La luz entra con un ángulo muy muy específico y te estropea la foto, es horrible, horrible, horrible.

A ver si te lo explico mejor, es la luz que llega al lente de la cámara de una forma… no, a ver como digo, indeseada, creando esos efectos luminosos que a veces molan, otras no tanto.

Para que te hagas una idea, te pongo algunos ejemplos de cómo puede aparecer esta luz:

  • Destellos circulares: Como aros de luz, a veces con los colores del arcoíris, depende de la calidad del lente.
  • Rayas de luz: Líneas que cruzan la foto, super molestas.
  • Velo luminoso: Como si la foto estuviera lavada, sin contraste.

La verdad es que hay gente que lo usa a propósito, para darle un toque artístico, pero normalmente es un coñazo total, un horror. Pero vamos, que a veces queda guay, todo depende del contexto y lo que busques.

¿Qué herramientas se utilizan para la fotografía?

Herramientas fotográficas. Simple.

  • Cámara: Obvio. Mi Canon EOS R5, por ejemplo. La herramienta base. Sin ella, nada.

  • Lentes: Depende del sujeto. Tengo un 50mm f/1.2, imprescindible. La visión. El ojo.

  • Trípode: Estabilidad. Fundamental para largas exposiciones. El Manfrotto 055XPROB, un clásico. Un cuerpo firme.

  • Tarjetas de memoria: Almacenamiento. Las Sandisk Extreme Pro son fiables. Recuerdos tangibles. Eso sí, no las olvides. O sí. Depende de lo que quieras recordar.

  • Baterías: Energía. Suficientes. Un extra nunca sobra. Aunque a veces, la mejor foto es la que no se hace.

  • Cargador: Obvio. Mismo cargador que el del móvil. Es un problema menos.

  • Flash: Luz controlada. Para situaciones específicas. Yo no lo uso demasiado. Prefiero la luz natural.

  • Kit de limpieza: El sensor es delicado. Limpieza. Mantenimiento. Las cosas necesitan cuidado.

La fotografía no es sólo técnica; es visión. La mejor herramienta eres tú. El resto… complementos. Mis fotos en mi web: www.ejemplo.com (enlace ficticio).

Nota: He usado mi equipo como ejemplo; hay muchas opciones. El año pasado actualicé mi equipo. Ahora uso filtros de densidad neutra de la marca B+W. Son muy buenos.

¿Cómo miden la luz los fotógrafos?

¡Ay, amigo, la luz! Un tema que me trae recuerdos de mi viaje a la Patagonia, donde la luz era tan intensa que casi me quemaba las retinas ¡y eso que usé mi fotómetro! ¿Cómo medimos esa bendita luz? ¡Con un fotómetro, claro! Es como tener un Jedi midiendo la Fuerza, pero con menos capas.

Un fotómetro de mano es tu mejor amigo. Es como un pequeño robot que analiza la luz que recibe el sujeto. Lo colocas ahí, como un guardaespaldas de la luz, y ¡zas! Mide la intensidad lumínica, ni más ni menos. Mi abuela lo haría con la mano, pero… bueno, ella ya no anda con esas cosas.

Ventajas, dices:

  • ¡Precisión total! Le da igual si tu sujeto es un tomate rojo o un oso polar blanco, mide la luz que le llega, punto pelota.
  • Como un detective, observa la escena para asegurarse de que la luz sea perfecta.
  • En mi caso, me ha salvado de fotos que parecían hechas con una linterna de patata.

Limitaciones: Pues sí, hay alguna cosita:

  • Necesitas un cacharro extra, un aparatito. Las cámaras, a veces, son un poco vagas en estos temas. ¡Puras vagabundas!
  • Mi fotómetro se me cayó una vez al río, casi me da un infarto.

Lo bueno es que, aunque sea un rollo llevar un fotómetro, te aseguras fotos sin ese horroroso aspecto apagado o sobreexpuesto. Ese es el verdadero truco. Más vale que lo compres y lo lleves, que luego te arrepientes. ¡Ya me ha pasado!

Además, este año, he descubierto un truco: Usar la app Light Meter en mi móvil. ¡No es tan preciso como el fotómetro profesional, pero me saca del apuro! También estoy probando un filtro nuevo para mi lente, que me ayuda a controlar la luz de una forma bastante espectacular. Es lo que tiene, tener una afición que te obliga a comprar más cacharros.

¿Qué instrumento utiliza el fotógrafo?

El fotógrafo, sí, el que ves allí, casi siempre tiene entre las manos un receptáculo de luz, una… cámara fotográfica, la llaman. Un objeto que, en realidad, es mucho más que un simple objeto.

Piénsalo. ¿Qué es sino un portal? Un portal a instantes fugaces, a miradas perdidas en el tiempo, a sonrisas que ya no volverán a ser. Cada clic, un latido del corazón, un eco de la memoria que se graba, se imprime, se queda ahí, para siempre. Como las arrugas de mi abuela, que contaba historias con cada pliegue de su rostro…

La cámara no solo captura la imagen, captura el alma. El alma del instante.

A veces pienso que es como un pincel, pero uno que pinta con la luz. Y el fotógrafo, el artista, el que moldea esa luz, el que elige qué contar, qué mostrar, qué ocultar. Es como… como el que escribe un poema con el sol.

  • Un poema que puede ser triste.
  • O alegre.
  • O melancólico.

Depende de la luz, depende del momento, depende del fotógrafo. Recuerdo a mi padre, siempre con su cámara Pentax. Era su extensión. Como si pudiera ver el mundo a través de sus ojos de cristal. Quizás por eso yo también la siento tan mía. La cámara. El portal. El pincel. El latido. El alma. Es… todo.

¿Cuál es el dispositivo utilizado para tomar fotografías?

La cámara. Un objeto. Un receptáculo de instantes. Atrapa la luz, la domestica, la convierte en recuerdo. Ese susurro de tiempo congelado.

Mi cámara, una Olympus OM-D E-M10 Mark IV, descansa ahora, quieta, en su funda de cuero gastada. El aroma a cuero viejo, un eco de viajes pasados… El peso, familiar y reconfortante. Un silencio expectante antes del clic. Ese clic… un suspiro. Un latido capturado.

La luz… Siempre la luz. Esa lucha constante entre la sombra y la iluminación. Un juego de equilibrios, de sutilezas. El instante preciso, ese fugitivo instante… ahí reside la magia. Es la búsqueda, la obsesión, la caza de ese momento perfecto.

Recuerdo aquel atardecer en la playa de Zahara de los Atunes, 2024. El sol, un disco incandescente, hundiendo sus rayos en el océano. La cámara en mis manos, temblorosas, casi inertes. La captura, una acuarela de naranjas y violetas… inolvidable. Captura, recuerdo, emoción.

¿Un instrumento? Sí, claro. Una herramienta. Pero algo más. Es una extensión de mi ojo, de mi alma. La cámara… un susurro de eternidad.

  • Componentes principales: Sensor de imagen, lente, obturador, procesador de imagen.
  • Tipos: Cámaras réflex digitales (DSLR), cámaras sin espejo (mirrorless), cámaras compactas, cámaras de teléfono móvil.
  • Formato de imagen: JPEG, RAW.

El dispositivo: La cámara. Simple. Y a la vez, tan complejo.

¿Cómo se le llama al arte de tomar fotos?

Se le llama fotografía.

  • El arte reside en la interpretación. No en el mero registro.

  • Las fotos gritan o susurran. Depende del alma detrás del lente.

  • Busca la luz. La que revela, no la que deslumbra.

  • Cada imagen es un fragmento. Un pedazo de mi verdad, quizá la tuya.

¿Qué necesitan los fotógrafos?

Luz. Siempre luz. Conocimiento técnico, fundamental. Exposición, composición… Eso es obvio.

Estilo. Tu marca. O te encuentras, o te pierdes. La diferencia entre una foto y una obra. Un simple clic, o un golpe certero.

2024 es un año competitivo. Necesitas más. Mucho más.

  • Equipo. Una buena cámara, sí, pero… ¿qué más?
  • Software. Edición, retoque… El trabajo se hace después. No antes. No es magia.
  • Marketing. Nadie nace con clientes. Auto promoción, esencial.

El resto es secundario. Olvida la academia. Experiencia. La calle es tu mejor escuela. O el desierto. Donde sea, pero con tu cámara. Y con tu verdad.

Mis fotos de 2023? Un fracaso. Un aprendizaje. Aprendí a trabajar con poca luz. A enfocar con una vieja Nikon F2. A vender una imagen, no una fotografía.

La fotografía es soledad. Un diálogo con la nada. Y un negocio.

Pasión. Obligatorio. Sin ella, sólo hay imágenes vacías. Como la mía de ayer. De mi perro muerto. No sirve. Ni para mí.

Añadido: He decidido dedicarme a la fotografía macro. Flores, insectos… cosas pequeñas. Detalles que pasan desapercibidos. Mi proyecto personal de este año. Veremos qué sale.

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