¿Cuál es la fruta rey?

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El durian, conocido como rey de las frutas en el sudeste asiático, destaca por su sabor, aunque su fuerte aroma requiere venderlo fuera de los mercados para evitar contaminar otros productos.
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El Durian: ¿Rey de las Frutas o Monarca Maloliente?

El mundo de las frutas es vasto y diverso, un caleidoscopio de sabores, texturas y aromas que deleitan el paladar. Pero si tuviéramos que elegir un monarca frutal, un rey indiscutible, el candidato más polémico sería, sin duda, el durian. Conocido en el Sudeste Asiático como el “Rey de las Frutas” (Raja Buah en malayo), este fruto espinoso despierta pasiones extremas: amor incondicional o rechazo visceral. Su singularidad reside no solo en su sabor, sino en un aroma tan intenso y peculiar que lo convierte en un enigma fascinante y, para algunos, insoportable.

La controversia que rodea al durian reside precisamente en su olor. Descrito de diversas maneras –a cebolla podrida, a queso añejo, a gimnasio sucio, a alcantarilla– su pestilencia es tan potente que muchos establecimientos, incluyendo hoteles y transportes públicos, prohíben su entrada. Imaginen la situación: un mercado bullicioso donde, entre los jugosos mangos y las dulces piñas, se encuentra un puesto de durians… la experiencia olfativa puede ser abrumadora. Es por esta razón que su comercialización a menudo requiere una estrategia específica: la venta suele realizarse en áreas separadas, alejadas de otras frutas y verduras para evitar la “contaminación aromática”. Las precauciones son necesarias para proteger la calidad y la comercialización de otros productos más delicados olfativamente.

Sin embargo, el fuerte aroma es solo una parte de la historia. Más allá de su controvertido perfume, el durian esconde un tesoro gustativo. Su pulpa cremosa, de color amarillo pálido o anaranjado, presenta un sabor dulce y complejo, que se describe a menudo como una mezcla de crema batida, almendras, queso y cebolla (irónicamente, un eco de su aroma). Esta paradoja gustativa, donde la peste precede a la exquisitez, es parte de su atractivo. Su textura es suave y untuosa, casi aterciopelada, que se deshace en la boca dejando un recuerdo persistente y, para muchos, inolvidable.

El durian, más allá de su reputación aromática, posee un valor nutricional considerable, rico en vitaminas, minerales y fibra. Su consumo es parte integral de la cultura culinaria del Sudeste Asiático, donde se disfruta de diversas maneras: al natural, en helados, pasteles, batidos, e incluso en curry. Su versatilidad en la cocina es una prueba más de su reinado, aunque sea un reinado marcado por un aroma que divide opiniones con la misma intensidad que su sabor conquista paladares.

En definitiva, el título de “Rey de las Frutas” para el durian es un reconocimiento a su singularidad y a su impactante presencia en el mundo culinario. Un rey, quizás, que prefiere reinar en su propio y particular reino aromático, lejos de las cortes más delicadas, pero con una lealtad incondicional de aquellos que han conquistado su peculiar sabor. ¿Se atreven a probarlo y formar su propia opinión? La experiencia, sin duda, es inolvidable.