¿Qué fruta quita la candidiasis?

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Arándanos contra la candidiasis. Sus antioxidantes, como las antocianinas, combaten el estrés oxidativo, fortaleciendo el sistema inmune y dificultando la proliferación de la Candida.

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¿Qué frutas combaten la candidiasis?

¡A ver, esto de la cándida es un rollo! Te cuento lo que sé sobre frutas que pueden ayudar.

Los arándanos… ¡Ah, los arándanos! Recuerdo que cuando vivía en Seattle, en mayo, siempre iba a un mercadillo local y compraba kilos. Me salían como a 5$ el kilo, ¡una ganga! Estaban tan frescos, tan jugosos.

Y sí, son ricos en antioxidantes, sobre todo antocianinas. ¿Eso qué significa? Pues, básicamente, ayudan a tu cuerpo a luchar contra el estrés oxidativo.

¿Qué es el estrés oxidativo? Algo así como cuando dejas una manzana cortada al aire y se pone marrón. Pues lo mismo pasa dentro de nosotros, solo que a nivel celular. Y este estrés puede debilitar tus defensas, ¡y ahí es cuando la cándida aprovecha!

Así que, comer arándanos (y otras frutas con antioxidantes) puede ayudar a mantener tu sistema inmunológico fuerte y prevenir que la cándida se sienta muy cómoda.

Preguntas y respuestas concisas:

  • ¿Qué frutas combaten la candidiasis? Frutas ricas en antioxidantes.
  • ¿Qué antioxidantes tienen los arándanos? Antocianinas.
  • ¿Cómo ayudan los antioxidantes? Combaten el estrés oxidativo.
  • ¿Por qué es importante combatir el estrés oxidativo? Fortalece el sistema inmunológico.
  • ¿Qué favorece el estrés oxidativo? El crecimiento de Candida.

¿Qué jugos puedo tomar si tengo candidiasis?

Candidiasis: Jugos permitidos.

Evita azúcares. El azúcar alimenta la cándida. Punto.

Ácidos: Limón, lima, tomate. Controlados.

Aceites: Coco. Propiedades antimicóticas.

Frutas: Aguacate. Maduración lenta. Prueba.

Posteriormente: Frutas dulces con moderación, tres meses después del tratamiento. Higos, dátiles. Observación constante.

Mi experiencia: 2023, Candidiasis oral. Dieta estricta. Resultados lentos. El jugo de limón, clave. El coco me sentó mal inicialmente. Prueba y error. Ajustes según la reacción del cuerpo.

  • Prioridad: Eliminar el azúcar.
  • Control: Monitorear la respuesta a cada alimento/jugo.
  • Paciencia: El proceso es largo.
  • Atención: Consultas médicas frecuentes, incluso para algo que parece “simple”.

¿Qué fruta mata la cándida?

¡Ay, amigo! ¿Matar la cándida? ¡Como si fuera una mosca! No hay una fruta mágica que aniquile la cándida, eso es de película de terror de serie B. ¡Pero ojo! que algunas frutas pueden ayudarte, ¡sí señor!, a mantenerla a raya como un león amaestrado (aunque igual se escapa).

Piensa en esto como una guerra, una lucha titánica entre tú y la cándida… ¡y tú necesitas aliados! Y esas frutas bajas en azúcar son ¡tus soldados! Así que, ¡a comerlas!

  • Cerezas: ¡Riquísimas! ¡Como bombas de vitaminas que explotan en tu boca!
  • Manzanas: ¡Crujientes! como la armadura de un caballero medieval, protegiéndote.
  • Frambuesas: ¡Deliciosas! Pequeñas pero matonas, como mi gato Napoleón cuando se enfada.
  • Fresas: ¡Ácidas! Como si lanzaras limones a la cándida. ¡Zas! en toda la cara.
  • Arándanos: ¡Potentes! Son los ninjas de las frutas, atacando sin que la cándida se dé cuenta.
  • Sandía: ¡Refrescante! Como una ducha fría tras una batalla épica contra la cándida.

Las verduras también son clave, ¡son como el ejército de reserva! Llenas de vitaminas, fibra… ¡una muralla infranqueable! Eso sí, olvídate de las frutas llenas de azúcar, esas son como los traidores en una guerra, ¡te venden al enemigo!

Recuerda: la clave no es “matar” la cándida, sino controlar su crecimiento. Como domar a un dragón, ¡una tarea ardua pero ¡posible! Mi vecina, la abuela Concha, jura que el año pasado le funcionó un zumo de arándanos con jengibre, ¡aunque dice que sabe a rayos!

Además, recuerda que siempre debes consultar a un médico o especialista. Esto es solo mi humilde opinión, de un tipo que se ha pasado años luchando contra la cándida, como David contra Goliat (¡y Goliat era la cándida!). Y que, dicho sea de paso, me encantan las cerezas. ¡Un montón!

¿Por qué tengo tanta candidiasis?

Candida albicans. La dichosa levadura. Vive en ti como un okupa que se niega a irse. En pequeñas cantidades, ningún problema, pero si se desmadra… ¡Fiesta de la cándida! Y tú, con el picor.

  • Antibióticos: Matan las bacterias buenas, las que controlan a la cándida. Es como si eliminaras a los polis y los vándalos (levaduras) se adueñaran de la ciudad (tu vagina). Yo, por ejemplo, una vez tomé antibióticos para una infección de oído ¡y acabé con cándida! Ironías de la vida.

  • pH vaginal: El equilibrio es clave. Imagina tu vagina como un delicado ecosistema. Si se altera, la cándida aprovecha para montar su chiringuito.

  • Estrés: Ese amigo que no te abandona. Debilita tu sistema inmunitario, y la cándida, lista, aprovecha para dar la fiesta del siglo. Yo cuando organizo mi armario, que me estresa cantidad, noto que soy más propensa. Casualidad? No lo creo.

  • Genética: A veces, simplemente tienes la mala suerte de heredar una predisposición. Como yo, que heredé las orejas de mi padre. Y seguramente alguna que otra bacteria, aunque menos visible.

  • Diabetes: Los niveles altos de azúcar en sangre crean un bufé libre para la cándida.

No es una ETS. Que quede claro. Aunque pique, no la has pillado en una noche loca. Es una invitada indeseada que ya estaba ahí.

Dato extra: La ropa ajustada y la humedad favorecen su crecimiento. ¡Viva la ropa interior de algodón!

¿Cómo limpiar el cuerpo del hongo de la cándida?

Antimicóticos: El filo de la navaja contra la cándida. Un asalto directo.

  • Dieta: Restricción implacable de azúcares y carbohidratos refinados. Cortar el suministro.
  • Probióticos: Refuerzo de la flora intestinal. Una guerra silenciosa.
  • Hábitos: Descanso adecuado, manejo del estrés. La fortaleza se construye desde dentro.

El desequilibrio es la puerta. La cándida, un oportunista. Observa tus límites. Vigila.

Hace años, mi abuela usaba ajo machacado. Un remedio ancestral, tosco pero efectivo. Su sabiduría era un código grabado a fuego.

¿Qué provoca la candidiasis crónica?

Medianoche. Otra vez. Despierto. Pensando. En la maldita candidiasis… crónica. No sé… es como una sombra. Siempre ahí.

Defensas bajas. Eso es lo principal, ¿no? El sistema inmune… jodido. El mío lo está. Siempre lo ha estado. Desde pequeño… bronquitis, neumonías… ahora esto.

  • Sistema inmune debilitado
  • Infecciones recurrentes

Uñas… gruesas. Asquerosas. Me da vergüenza. Me las miro y… asco. Las escondo. Siempre con guantes. Incluso en verano. Este verano… no fui a la playa. Por las uñas.

  • Uñas engrosadas
  • Cambio de color en las uñas

La cara… ni hablar. Costras. Rojeces. A veces… supura. Me rasco. No debería… pero me rasco. Es un círculo… vicioso. Como mi vida.

  • Erupciones faciales
  • Costras y supuración

El pelo… se me cae. A mechones. Lo veo en la almohada. En la ducha. En el peine. En todas partes. Me aterra… quedarme calvo. Con veinticinco años. Veinticinco… joder.

  • Caída del cabello
  • Erupciones en el cuero cabelludo

Mi médico… dice que es genético. Una predisposición. Una puta predisposición. Como si fuera una condena. Me ha recetado antifúngicos… cremas… de todo. Nada funciona. O funciona… un tiempo. Y luego… vuelve. Siempre vuelve.

Este año… he perdido mi trabajo. No podía concentrarme. Con el picor. Con el dolor. Con la vergüenza. Con la puta candidiasis.

  • Predisposición genética
  • Tratamiento antifúngico ineficaz

No sé… qué va a ser de mí. No lo sé. Solo sé… que estoy cansado. Muy cansado. De luchar. De esconderme. De esta… maldita enfermedad.

Candidiasis crónica: causas principales: inmunodeficiencia.

#Candidiasis #Fruta #Salud