¿Cómo hacer que tu tatuaje no pierda el color?

Uf, ¿quién no quiere un tatuaje que siga brillando como el primer día? Yo, desde luego, sí. Recuerdo mi primer tatuaje, una pequeña mariposa en la muñeca… ¿cómo olvidar esa emoción? Y claro, quería que se viera impecable para siempre. Me obsesioné, de verdad.

Lo que aprendí, a base de prueba y error –y alguna que otra regañina de mi tatuador–, es que mantener ese color vibrante no es magia, pero casi. Primero, ¡no rasques! Ya sé, pica, a veces desespera, pero créeme, las costras son sagradas. Piensa en ellas como el escudo protector de tu obra de arte. ¿Te imaginas arruinando una pintura al óleo recién terminada solo porque te picaba un dedo? Pues lo mismo.

Luego, la hidratación. No es solo echarse cualquier crema, ¿eh? Tiene que ser una crema específica, suave, sin perfumes raros… Yo, por ejemplo, uso una que me recomendó mi tatuador, y mano de santo. La piel se mantiene suavecita y el tatuaje, feliz. Hidratar, hidratar, hidratar. Casi como un mantra.

Y lo más, MÁS importante: el protector solar. Diariamente. Sí, sí, aunque esté nublado. Aunque sea invierno. El sol, ese traidor, es el enemigo número uno del color de tu tatuaje. Recuerdo una vez que fui a la playa… ¡qué cabeza la mía! Me olvidé completamente la crema solar en el tatuaje y… bueno, digamos que aprendí la lección a la fuerza. Ahora, el protector solar es parte de mi rutina, como lavarme los dientes. No salgo de casa sin él.

He leído por ahí que más del 90% de la gente que se tatúa no usa protector solar a diario en sus tatuajes… ¡una locura! Si de verdad quieres que tu tatuaje se vea espectacular durante años, el protector solar es tu mejor amigo. En serio, no lo subestimes. Un pequeño gesto que marca la diferencia. Al final, es una inversión, ¿no? Tanto dinero y dolor para que luego se desluzca… ¡ni hablar!