¿Cómo saber si un protector solar está dañado?

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¡Ay, qué rabia me da cuando un protector solar se echa a perder! En serio, no hay nada peor que confiar en él y que te falle. Yo siempre reviso bien la textura, porque si se pone grumoso o como agua, ¡adiós, a la basura! Y ni hablar del color, si ya no es el mismo, ¡cuidado! Mejor prevenir que lamentar una quemadura dolorosa. ¡A cuidar nuestra piel, gente!

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¡Hola a todos! ¿Les ha pasado que sacan su protector solar, listos para un día de sol, y… algo no anda bien? A mí sí, y créanme, es una sensación horrible. Como buena amante del sol (¡pero con protección, claro!), he aprendido a detectar un protector solar dañado a kilómetros. Y hoy les comparto mis trucos, porque nadie merece una quemadura traicionera por culpa de un protector solar pasado de rosca.

Lo primero que siempre reviso es la textura. Un protector solar en buen estado debe tener una consistencia uniforme. Si al apretar el tubo sale aguado, separado o con grumos, ¡malas noticias! Recuerdo una vez en la playa, estaba emocionadísima por estrenar un protector solar nuevo, y al presionar el envase salió una cosa líquida y blancuzca, totalmente separada. ¡Menos mal que me di cuenta antes de aplicármelo! Esa textura acuosa es una señal clarísima de que el protector ha perdido su estabilidad y eficacia. También me ha pasado lo contrario, que la textura se vuelva súper espesa, como pastosa y difícil de extender. En ese caso, también a la basura, porque la protección no se distribuirá de forma uniforme.

El olor también es una pista importante. Si el protector solar tiene un aroma rancio, diferente al habitual, o huele como a aceite oxidado, ¡deséchenlo inmediatamente! Una vez dejé un protector en el coche durante un día caluroso (¡error!), y cuando lo olí, el aroma era completamente diferente, casi químico. Ni se me ocurrió usarlo, ¡directamente a la basura! Los cambios de olor indican alteraciones en la composición química del protector, lo que compromete su eficacia.

El color es otro factor clave. Si el protector solar ha cambiado de color significativamente, es una señal de alerta. Por ejemplo, si un protector blanco se ha vuelto amarillento o un protector con color se ha oscurecido, es mejor no arriesgarse. Estos cambios de color pueden indicar degradación de los ingredientes activos. Hay protectores solares que naturalmente tienen un ligero tono amarillento, pero si el cambio es drástico, ¡precaución!

Y por último, pero no menos importante, ¡revisen la fecha de caducidad! Parece obvio, pero a veces se nos olvida. La mayoría de los protectores solares duran alrededor de tres años sin abrir, pero una vez abiertos, su vida útil se reduce. Algunos fabricantes incluyen un símbolo de PAO (Period After Opening) en el envase, que indica cuántos meses dura el producto después de abierto. Por ejemplo, “12M” significa que el protector dura 12 meses después de abierto.

Sé que da rabia tirar un protector solar que parece estar casi lleno, pero nuestra piel es lo primero. Un protector solar dañado no solo pierde su eficacia, sino que también puede irritar la piel. Así que ya saben, ¡a revisar la textura, el olor, el color y la fecha de caducidad antes de cada uso! Mejor prevenir que lamentar, ¿no creen?

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