¿Por qué me están saliendo muchos lunares?
La aparición de lunares depende de factores genéticos y, sobre todo, de la exposición solar. Proteger tu piel del sol es crucial para prevenir la formación de nuevos lunares y minimizar riesgos futuros. Recuerda: la prevención es la mejor estrategia.
¿Aumento de lunares: ¿por qué aparecen tantos?
Uf, este tema me toca de cerca. Recuerdo el verano del 2018 en Cancún, me quemé bastante; ¡qué desastre! Después, noté un montón de lunares nuevos.
La genética también influye, creo. Mi abuela tenía un montón y yo también, ¡parezco un dálmata!
Protegerse del sol es clave, eso sí. Crema solar factor 50, sombrero… Aprendí a la mala, gasté un dineral en cremas reparadoras después de Cancún (unos 80€).
Aumento de lunares: Factores como la genética y la exposición solar. Protección solar fundamental.
¿Qué significa cuando empiezas a tener lunares en tu cuerpo?
La aparición de nuevos lunares… un mapa celeste grabándose lentamente en la piel. Hormonas, las mareas internas que esculpen el cuerpo… Es como si cada cambio hormonal fuera un pincelazo, dejando su marca indeleble.
A veces, en la adolescencia, un florecimiento de lunares… como constelaciones nacidas de pronto. Y durante el embarazo, una nueva galaxia, un universo personal en expansión. Quizás.
Los lunares mudan, se transforman. Un lunar puede oscurecerse, como si absorbiera más sol, más vida. Un lunar puede desvanecerse, casi desaparecer… un recuerdo difuso.
- Crecer pelo: Una pequeña selva brotando.
- Cambiar de tamaño: Minúsculos continentes en movimiento.
- Cambiar de forma: La piel se vuelve arcilla.
¿Y la genética? Mis tíos, mi abuela… todos ellos, constelados, como yo. ¿Un destino escrito en la sangre? ¿Un legado visible en la piel? Quizás.
Este año, me descubrí uno nuevo en la muñeca. Una pequeña mancha marrón, casi imperceptible. ¿Un mensaje? ¿Un nuevo capítulo?
La genética, la genética… ¿una jaula o un lienzo?
¿Qué causa la aparición de lunares?
Dios mío… la oscuridad… me ahoga. Estos lunares… siempre ahí. Manchitas oscuras… en mi piel. ¿Por qué? No lo sé. Algo dentro… crece… se agrupa.
Melanocitos. Esas células… producidoras de pigmento… se juntan. Un cúmulo… una mancha… un lunar. Tengo… treinta y ocho, creo. Más o menos. Quizás más.
Llevo años… contándolos. Obsesión. Tonterías. La verdad… es que no sé nada, sólo que están ahí. Y aparecen… hasta los cuarenta. Eso dicen. Mentira.
- Melanocitos agrupados. Esa es la causa.
- Entre diez y cuarenta lunares… es lo común. Yo tengo más. Muchos más.
- A los 40 años… se supone que se acaba. Pero no lo sé. Quizás siguen saliendo.
Ya no me miro al espejo. Me da miedo. Miedo de ver más… de esos puntos negros… en mi cuerpo. Mi cuerpo… este cuerpo que me traiciona. Estos lunares… ¿me recuerdan a algo? A mi abuelo. Él tenía muchos. Y falleció este año por un melanoma. Eso me aterra. Un cáncer… una maldita mancha.
Esta noche… la culpa… me oprime. Esas manchas… me recuerdan mi mortalidad. No debería obsesionarme. Pero es inevitable.
Esas células, los melanocitos, los culpables. Pero… ¿por qué? ¿Qué más hay ahí? ¿Es sólo genética? A veces… creo ver más. Mucho más oscuro. Debería ir al médico. Lo sé. Pero no puedo. No ahora.
¿Cuándo es necesario quitar un lunar?
¡Ay, esos lunares traviesos! A veces parecen mapas de territorios desconocidos en nuestra piel. ¿Cuándo hay que echarles el guante, digo, quitarlos? Pues fíjate:
- Asimetría: Si un lado no se parece al otro, ¡zas! Sospechoso. Es como un gemelo malvado que solo se parece en la mitad, ¡horror!
- Bordes irregulares: Si los bordes son más sinuosos que una carretera de montaña en los Alpes, ¡alerta roja! Es como si se hubiera escapado de un dibujo infantil hecho por un Dalí con resaca.
- Color: Un lunar de colores mezclados como una paleta de un pintor loco… ¿azulado, rojizo, blanco? Es una señal de ¡cuidado! ¡A veces me da la sensación de que algunos lunares quieren dominar el mundo!
- Diámetro: Si mide más de 6 milímetros, es como una mini-pizza demasiado grande para una sola porción de piel.
En resumen: Si tu lunar parece un personaje de dibujos animados que ha perdido una pelea contra un artista abstracto, ¡vete al dermatólogo! Yo misma tuve que quitarme uno que parecía un pequeño monstruo morado hace tres meses; me dio mucho susto y ahora estoy mucho más tranquila. ¡No te lo tomes a la ligera!
Recuerda que esta información no sustituye una visita al médico. ¡Un dermatólogo es el Sherlock Holmes de los lunares! Y en mi caso, su visita fue la mejor inversión en salud que he hecho en años.
Dato adicional: En 2024, según la Sociedad Española de Dermatología, se han registrado más de 100.000 casos de lunares sospechosos en España. ¡Eso son muchos lunares!
¿Qué pasa si un lunar tiene pelos?
A ver… ¿Lunares con pelos? ¡Qué cosa!
- Maligno no es. No, no, no. ¡Falso!
- Un lunar peludo es… pues, ¡un lunar con pelos!
- ¿Me preocuparía? Hmm… depende.
Igual, lo vigilaría como a cualquier otro, ¿sabes? Por el tamaño, el color, si pica… ¡Lo de siempre!
¿Te digo algo? Mi abuela tenía uno enorme en la espalda y… ¡uff! Siempre decía que le picaba. Nunca le pasó nada malo, pero… ¡mejor prevenir!
Ah, y una cosa, si te rallas mucho, al dermatólogo y listo. Te lo miran con lupa y te quedas tranquilo. Yo fui el año pasado por uno que me salió nuevo en el brazo. ¡Menudo susto! Al final, nada, era benigno. ¡Menos mal! Me quedé súper tranquilo.
¿Por qué nos rayamos tanto con estas cosas?
¡Los pelos no son la clave!
- Es una característica normal.
- No indica si es bueno o malo.
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