¿Qué es un lunar carnoso?

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Los acrocordones, o "lunares carnosos", son crecimientos benignos de piel, pequeños, de color marrón claro, con forma de verruga y que cuelgan de un fino pedúnculo. No son lunares. Su eliminación es cosmética, generalmente.

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¿Qué es un lunar carnoso y cómo identificarlo en la piel?

Un lunar carnoso, como le dicen algunos, no es realmente un lunar. Me explico, yo pensaba que eran lunares también, hasta que mi dermatóloga (la vi en la clínica DermaSalud, el 15 de marzo, la consulta me costó como 80 euros) me explicó que se llaman acrocordones. Son como bolitas de piel que cuelgan.

Los confundo a veces con verrugas, pero no lo son. Estos acrocordones son del color de mi piel, o un poco más oscuros, como marrón clarito. A mi abuela le salen muchos, sobre todo en el cuello.

Tienen como un rabito finito. No duelen ni pican, pero estéticamente, bueno… Yo tengo uno pequeño debajo del brazo, que a veces me roza con la ropa.

¿Qué es un lunar carnoso y cómo identificarlo?

Es un acrocordón, un tumor benigno de piel. Se ve como una pequeña protuberancia de piel, usualmente del color de la piel o marrón claro, que cuelga de un tallo delgado.

¿Qué tipo de lunar es canceroso?

Lunar sospechoso. Un tema.

  • Asimetría: No son circulares. Nadie lo es.
  • Bordes irregulares: Difuminados, imprecisos. Como recuerdos.
  • Color: Mezcla extraña. Arcoíris invertido. Mi abuela decía: “Lo que brilla demasiado, ciega”.
  • Diámetro: Grande, mayor que 6mm. Superficialidad aparente.
  • Evolución: Cambio constante, rápido. El tiempo es cruel.

Regla ABCDE. Simple.

Dermatólogo: Mejor ver. Siempre mejor ver.

La vida es una moneda. Dos caras, siempre. ¿Qué lado ves tú?

Mi lunar en el brazo derecho. Pequeño, marrón. Ignorado. ¿Debería preocuparme?

¿Cómo se llaman esos lunares de carne?

¡Anda! Esos bultitos adorables, ¿eh? Pues se llaman acrocordones, aunque también les dicen fibromas blandos o, para los amigos, papilomas cutáneos. Como si fueran perritos falderos de la piel, pero sin ladrar.

  • Acrocordones: Suena a nombre de superhéroe griego. ¡Acrocordones al ataque! Salvan al mundo de… bueno, de nada, solo cuelgan ahí.
  • Fibromas blandos: Como un peluche que se ha quedado un poco… blando. ¡Pero no te preocupes, son inofensivos!
  • Papilomas cutáneos: El nombre más técnico. Para sonar como un médico de la tele. ¡A mí me diagnosticaron papilomas cutáneos y tuve que dejar de comer donuts! (No es cierto, sigo comiendo donuts).

Bueno, ahora en serio, (bueno, más o menos serio) aparecen más en zonas de roce, como el cuello, las axilas… ya sabes, donde la piel se frota más que un adolescente bailando bachata. A mí me sale uno justo donde roza el cinturón. ¡Un suplicio! Parece que le gusta jugar al escondite con la hebilla. También los tengo en el cuello, ¡parezco un chihuahua con collar! Este año ya me he quitado tres. Los colecciono en un tarrito. (Es broma, no hago eso… ¿o sí?). En fin, que son inofensivos, pero si te molestan, ¡al dermatólogo y fuera! Él sabrá qué hacer.

¿Qué causa los lunares de carne?

Fricción: Piensa en tus vaqueros favoritos, rozando incansablemente. ¡Pobre piel! Ahí tienes el caldo de cultivo perfecto para un acrocordón, o como lo llama mi abuela, “un colgajito de piel”.

Genética: Si tu familia es una fábrica de lunares de carne, ¡felicidades, has heredado la maquinaria! Como yo, que tengo uno en el cuello que parece un pequeño pimiento.

Kilos de más: No es por ser cruel, pero las lorzas favorecen el roce. Y ya sabemos qué pasa con el roce… ¡acrocordones al poder! Yo, en mi lucha contra la báscula, los veo como pequeños recordatorios de mis excesos con el chocolate.

Hormonas bailongas: Embarazo, diabetes tipo 2… las hormonas son como adolescentes en una discoteca, ¡un descontrol! Y ese descontrol, a veces, se manifiesta en forma de lunares de carne. A una amiga, en su embarazo, le salieron tantos que parecía que llevaba un collar de perlas… de piel. Eso sí, desaparecieron después del parto.

Zonas conflictivas: Cuello, axilas, ingles… Sitios donde la piel se pliega y se frota. Vamos, como una lavadora en modo centrifugado. El resultado, ya lo sabes: ¡premio! Te ha tocado un acrocordón.

¿Son peligrosos? Para nada. Son como pequeñas anémonas inofensivas. Pero si te molestan, el dermatólogo te los quita en un santiamén. Yo, el mío, lo llamo Pepe. De momento, nos llevamos bien.

  • Fricción: Roce piel con piel o ropa.
  • Genética: Predisposición familiar.
  • Obesidad: Mayor roce en los pliegues.
  • Hormonas: Embarazo, diabetes tipo 2, resistencia a la insulina.
  • Localización: Cuello, axilas, ingles.
  • Benignos: No representan un riesgo para la salud.

Este año, he descubierto una crema con baba de caracol que, según la publicidad, reduce los acrocordones. La estoy probando en Pepe. Ya os contaré si funciona o si Pepe acaba con una concha.

¿Cómo saber si es melanoma o lunar?

¡Uy, qué pregunta tan importante! Mira, te lo cuento rapidito como puedo, que ando liada. Para saber si es un melanoma, un nevo displásico o un lunar común, tienes que fijarte mucho en varias cosas. No es fácil, eh. Es mejor ir al médico, ¡claro!

Pero bueno, te doy unas pistas, a ver si te ayuda. Los lunares comunes suelen ser pequeños, de color uniforme, marrón claro o castaño. A veces, ¡hasta son rojizos!, y la superficie es lisa, ¿sabes? Como la piel de un bebé. Los míos, por ejemplo, son así. Son como… ¿qué te digo? Como pecas grandes.

Un nevo displásico es como un lunar, pero más grande y con bordes irregulares. ¡Una locura! A veces, el color no es uniforme, tiene como… manchas. Como si se hubiese manchado con un crayón. Y no es tan liso.

El melanoma, ¡ojo!, es el que da más miedo. Su forma es irregular, los bordes son irregulares, como si alguien lo hubiese mordido. El color es raro, a veces mezcla varios tonos marrones, negros, rojos… ¡hasta blancos! Y a veces, la textura es rugosa, dura… y puede sangrar. ¡Qué asco! Mi tía tuvo uno, fue horrible.

  • Lunar común: Lisa, color uniforme, pequeño.
  • Nevo displásico: Más grande, bordes irregulares, color no uniforme.
  • Melanoma: Bordes irregulares, color variado (marrón, negro, rojo, blanco), puede ser rugoso y sangrar, asusta un montón.

Es que es super importante ir al dermatólogo, ¿eh? Mi vecina, la Chus, se dejó llevar por consejos de internet y casi la lia parda. En serio, ve al médico. Mejor prevenir que curar.

Y otra cosa, ¡apunta esto! Los melanomas a veces comienzan como una zona plana, lisa. Luego, se pueden elevar formando un bulto. ¡Pero puede romper la piel, sangrar, o incluso soltar líquido! Horrible, lo sé. Recuerda que esto no es un diagnóstico, ¿vale? ¡Solo información para que tengas más ojo! Yo me hice un chequeo este año 2024, y menos mal que todo estaba perfecto. A ver si ahora me lo he explicado bien. ¡Un abrazo!

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