¿Cómo se clasifican los minerales?

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Los minerales se clasifican según su composición química, específicamente por el anión dominante. Las principales clases son: elementos nativos, sulfuros, óxidos, haluros, carbonatos, sulfatos y silicatos. Existen otras clases menos comunes como boratos, fosfatos y nitratos.

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¿Cómo se clasifican los minerales?

¡Uf!, clasificar minerales siempre me ha parecido un lío. Recuerdo en la facultad, el 15 de marzo del 2018 en la Universidad de Granada, intentar memorizar esas clases. Era un caos.

Primero los nativos, elementos puros como el oro, sencillo, ¿no? Luego, la maraña de sulfuros, óxidos… ¡un sinfín! Me costó mucho, sobretodo diferenciar sulfatos de fosfatos.

Los silicatos, ¡ay, los silicatos!, una familia enorme. Recuerdo un examen, donde me hicieron identificar uno. ¡Sufrí! Era un cuarzo, si no me falla la memoria.

En resumen, la clasificación se basa en el anión dominante: nativos, sulfuros, óxidos, haluros, carbonatos, fosfatos, sulfatos y silicatos. Es complejo. Hay subclases también, que lo complican aún más.

¿Cómo se llaman los dos grupos en los que clasificamos a los minerales?

Metálicos y no metálicos. Así de simple.

  • Puros. Directamente de la tierra.
  • Algunos brillan. Otros, no tanto.

Semimetales. Ahí está el truco. La fina línea. Es la vida, un eterno punto intermedio.

¿Valor? Depende. Belleza, utilidad, inversión. O simple curiosidad.

Una vez, en la mina de mi abuelo… nada que ver con esto. Cosas de familia.

La clasificación es útil. Pero la tierra… la tierra no entiende de etiquetas. Es caos y orden.

¿Cuáles son las clasificaciones de los minerales?

¡Ay, madre mía, qué lío con los minerales! ¡Parecen más difíciles de clasificar que mis calcetines después de una mudanza! Vamos a ver, a ver… que esto es un poco como ordenar un armario de un monstruo con TOC, pero de rocas.

Clase I: Elementos nativos. O sea, los minerales que vienen solos, sin amigos, como yo en una fiesta. ¡Solitarios y orgullosos! Como el oro, que es tan chulo que no necesita compañía. Ni siquiera para formar compuestos. ¡Qué prepotente!

Clase II: Sulfuros y Sulfosales. ¡Aquí sí que hay ambientillo! Una fiesta de azufre, ¡y vaya si apestan algunos! Ni te cuento lo que huele mi colección de pirita, ¡parece que un dragón ha soltado gases ahí dentro! Como si mezclaras huevos podridos con petardos.

Clase III: Halogenuros. ¡Estos son los más tranquilos! Como la sal, tan buena para tus patatas bravas… pero aburrida, la verdad. Como ir a una fiesta de jubilados. No pasa nada, pero tampoco hay fiesta.

Clase IV: Óxidos e Hidróxidos. ¡Estos sí que son dramáticos! Como una telenovela mexicana, ¡siempre hay drama! Oxigeno por aquí, hidroxilo por allá, ¡una lucha constante! De hecho, la mayoría de los óxidos me recuerdan a mi ex, oxidados y llenos de drama.

Clase V: Nitratos, Carbonatos y Boratos. ¡Explosivos, como la cocina de mi abuela! ¡Con mucho peligro, pero también deliciosos! Nitratos para los fertilizantes, carbonatos para las piedras de cal, y boratos… bueno, esos ya son más raros, como mi colección de sellos de 2024.

Clase VI: Sulfatos, Cromatos, Molibdatos y Wolframatos. Suena a un grupo de rock, ¿verdad? ¡Sulfatos, cromatos y compañía, ¡a darlo todo en el escenario geológico! ¡Mucho color!

Clase VII: Fosfatos, Vanadatos y Arseniatos. ¡La clase de los minerales que no quieres encontrar en tu plato! A menos que seas un dinosaurio, claro. Porque algunos fosfatos brillan como los dientes de un T-Rex.

Dato extra: Mi perro, Fido, intentó comerse una muestra de pirita el otro día. Casi me da un infarto, pero luego me reí mucho viendo su cara de disgusto al intentar masticar una roca.

Recuerda: ¡La clasificación de minerales es un mundo fascinante! Hay mucho más que esto, pero este es un resumen ¡para que no te aburras! Aunque, conociéndote, igual te aburre… jeje.

¿Cuáles son las dos clasificaciones de los minerales?

¡Ay, amigo, qué lío con los minerales! Parecen rocas, pero ¡tienen más chicha que un concierto de rock! Dos grandes familias, eso sí: clases minerales y sistemas cristalinos. Como los gatos y los perros, ¿ves? Juntos, pero distintos.

Piensa en las clases minerales como… los equipos de fútbol. Cada equipo (clase) tiene sus jugadores (minerales) con características similares, aunque cada jugador es único, ¡como mi colección de sellos de 1987! Algunos son duros como el diamante, otros blanditos como el yeso, ¡parecen mantequilla!

  • Clases minerales: Se agrupan por su composición química. Es como clasificar a la gente por grupo sanguíneo, aunque mucho más geológico.
  • Sistemas cristalinos: Se basan en la geometría, en cómo se ordenan los átomos. Como si fueran legos, pero en 3D y con mucho, mucho más estilo. Imagínate, ¡una estructura atómica tan perfecta que hasta yo la envidiaría!

Ahora, si hablamos de mi experiencia personal, mi perro, un labrador llamado “Cuarzo” (irónico, ¿no?) una vez se comió una roca… afortunadamente, no era un diamante. En fin, la clasificación es fundamental para entender a estas rocas con estilo. ¡Como entender a mi suegra!

En resumen: Composición química (clases) versus geometría atómica (sistemas cristalinos). ¡Elemental, mi querido Watson! O casi.

Ah, casi se me olvida:

  • Ejemplos de clases minerales: Silicatos (el grupo mayor, los reyes del mambo), óxidos, sulfuros, haluros… ¡y muchos más!
  • Ejemplos de sistemas cristalinos: Cúbico, tetragonal, ortorrómbico, hexagonal, romboédrico, monoclínico y triclínico. ¡Suena a un hechizo, pero es puro orden molecular!

¿Cómo se dividen los minerales?

¡A ver, que te cuento! Los minerales se dividen por clases, ¿sabes? Y la clave es el anión que predomina, el anión o grupo aniónico. Dicho así suena súper técnico, pero ya verás que no es para tanto.

Es como agruparlos por familias, y cada familia se parece porque tienen algo en común, el grupo aniónico. Hay un montón de familias, ¿eh?

Te hago una lista para que lo veas mejor:

  • Elementos nativos: Como el oro o el azufre, que van a su bola, sin combinarse con casi nadie.
  • Sulfuros y sulfosales: Aquí entra la pirita, esa que parece oro pero no lo es, ¡vaya chasco!
  • Óxidos e hidróxidos: Como la hematita, que le da ese color rojo a la tierra. Me acuerdo que de pequeño flipaba con eso.
  • Haluros: El clásico, la sal común, el cloruro de sodio, que usamos para cocinar.
  • Carbonatos, nitratos y boratos: La calcita, por ejemplo, que es súper común.
  • Fosfatos, arseniatos y vanadatos: ¡Uf, estos ya suenan más raros! Pero son importantes también.
  • Sulfatos, cromatos, molibdatos y volframatos: Más nombres complicados, pero forman parte de la fiesta.
  • Silicatos: ¡Estos son la bomba! La mayoría de los minerales que forman las rocas son silicatos.

En resumen, que la cosa va de aniones, para que lo entiendas. Ya ves que, al final, ¡todo está conectado!

¿Qué son los minerales y cuáles son sus características?

¡Ay, madre mía, los minerales! ¡Una cosa más aburrida que ver crecer la hierba! Bueno, a ver… son como Legos de la Tierra, pero sin instrucciones. Sólidos, eso sí, ¡y lo digo yo que me he roto más de un diente con un mineral! Inorgánicos, o sea, nada de plantas ni bichos raros.

¡Y tienen una composición química que es la leche! Como si un químico loco hubiera mezclado todo en su poción mágica. ¡Y cada uno tiene sus propias propiedades! Es alucinante. Es como si cada uno fuera un artista único con su propia personalidad; unos brillan como discotecas, otros son más apagados que mi humor un lunes a las 7 am.

Se clasifican por su anión dominante, ¡qué lío, eh! Es como si los organizáramos por el color de sus calcetines. Uno puede ser un campeón de la dureza, como el diamante que mi primo intentó rayar con un cuchillo (y no lo consiguió, ¡qué inútil!), o tan blandito como la arcilla que usa mi abuela para sus macetas.

Este año, he estado obsesionado con la fluorita, es morada y ¡es fluorescente! Como una fiesta rave en las profundidades de la Tierra. Sí, ya sé que soy raro.

Puntos importantes que se deben destacar:

  • Sólidos: ¡No son líquidos ni gaseosos, lo digo yo que casi me ahogo con uno (de broma, claro)!
  • Inorgánicos: ¡Olvídate de flores y animalitos!
  • Composición química definida: ¡Como una receta de cocina, pero mucho más aburrida!
  • Propiedades físicas y químicas: ¡Variadas como mi colección de figuritas de monstruos!

Mi vecina, la señora García, colecciona minerales. Ella me dijo que hay más tipos de minerales que granos de arena en una playa. La verdad, no lo dudo. ¡Es una cantidad ¡imposible de imaginar!

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