¿Cómo se clasifican los minerales esenciales?

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Los minerales esenciales se clasifican en dos grupos principales:

  • Macrominerales: Necesarios en cantidades relativamente grandes.
  • Oligoelementos (o microminerales): Requeridos en cantidades pequeñas.

Esta clasificación se basa en la cantidad que el cuerpo humano necesita de cada mineral para funcionar correctamente.

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¿Cómo se clasifican los minerales esenciales para la salud?

¡Ay, qué lío con los minerales! Recuerdo de mis clases de nutrición en la universidad (2018, Universidad de Valencia), que nos volvían locos con las clasificaciones. La cosa es así: hay dos grupos principales.

Macrominerales, los que necesitamos en cantidades grandes, ¿sabes? Hablamos de calcio, fósforo, magnesio… Cosas que usamos a diario. Esos los encuentras en la leche, las espinacas… ¡ hasta en el agua del grifo!

Luego están los oligoelementos, esos que necesitamos en cantidades mucho más pequeñas, pero que son igual de importantes, ¡claro que sí!. Hierro, zinc, yodo… Son fundamentales para muchísimas funciones del cuerpo. Me acuerdo de una anemia que tuve hace años, (Febrero 2021, el análisis costó 60€), ¡y la falta de hierro era terrible! Necesitaba un suplemento.

En resumen, macro y micro, mucha y poca cantidad, pero ambos vitales. Así de sencillo, o al menos así lo entendí yo.

¿Cuántos son los minerales esenciales?

¡Uf! Minerales… ¿16? ¿O eran 17? No me acuerdo bien. Siempre me lio con eso. El calcio, claro, ¡para los huesos! Ese lo tengo claro. Y el hierro… para la sangre, ¿verdad? A mí me falta hierro, según la doctora. Me mandó pastillas. Pesadilla.

Minerales esenciales: ¡Cuántos hay! Tengo que buscarlo en internet… o en mis apuntes de nutrición del año pasado. Esos apuntes están un desastre, eso sí que lo recuerdo. ¡Menuda letra! Ya sabes, siempre apunto todo en el último momento. Este año me lo he tomado más en serio.

  • Calcio: fundamental, ya lo dije.
  • Fósforo: ¡sí, sí! Lo he visto en algún sitio.
  • Magnesio: algo de magnesio… creo que es para los nervios.
  • Sodio, potasio, cloro, azufre… estos son los principales, ¿no?

Oligoelementos: Estos son los que necesitas en menos cantidad, ¿o era al revés? ¡Qué lío! Me tengo que concentrar.

  • Hierro: ¡ya lo dije, tengo anemia!
  • Manganeso: ¿Para qué sirve el manganeso?
  • Cobre: ¿Y el cobre? ¡Qué desastre!
  • Yodo: para la tiroides, eso lo sé seguro.
  • Zinc: creo que es importante para la piel.
  • Cobalto: ¿El cobalto? No lo recuerdo.
  • Flúor: para los dientes. Eso sí lo recuerdo, ¡de niña me obligaban a tomar flúor!
  • Selenio: ni idea.

¡Ay, Dios mío! ¿Cuántos eran? ¡Demasiados! Tendría que repasar todo esto… Quizás 16, igual 17. Tengo que encontrar esa tabla en Google… o llamar a mi nutricionista.

En total, son al menos 16 minerales esenciales, divididos en macrominerales y oligoelementos.

¿Qué son los elementos minerales esenciales?

¡Ay, los minerales! Esas pequeñas rocas que, ¡sorpresa!, son vitales para que no nos convirtamos en seres blandos y amorfos, como una gelatina olvidada en el sol. Minerales esenciales: son los nutrientes inorgánicos que necesitamos, como si fueran las piezas de Lego de nuestro cuerpo. Sin ellos, ¡zas! El castillo se derrumba.

¿Macrominerales y microminerales? ¡Una distinción tan elegante como dividir las piedras en “piedras grandes” y “piedritas”! Pero sí, la diferencia existe y reside, adivina, en la cantidad que necesitamos. Macrominerales, los necesitamos en cantidades más sustanciales, como el calcio, que es clave para huesos fuertes, o el magnesio, que evita que te conviertas en un manojo de nervios. Como la diferencia entre una pizza familiar y una individual, ¿ves?

Los microminerales, o oligoelementos, son los “ingredientes secretos” de la receta del cuerpo humano. Aunque los necesitamos en cantidades ínfimas, su ausencia es un drama mayúsculo. El hierro, por ejemplo, es fundamental para la hemoglobina, esa heroína que transporta el oxígeno por la sangre. ¡Si falla, adiós energía, hola cansancio! Yo misma, el año pasado, tuve que suplementar hierro, ¡casi me transformo en una zombie! Mi médico me hizo un plan para subir los niveles, ¡menos mal!

Piensa en ello como un equipo de fútbol: los macrominerales son los jugadores estrella, y los microminerales, los suplentes que entran en momentos cruciales. Todos necesarios para la victoria (o en nuestro caso, para la vida).

  • Macrominerales (los titulares): Calcio, Fósforo, Magnesio, Sodio, Potasio, Cloro, Azufre.
  • Microminerales (los suplentes de lujo): Hierro, Zinc, Yodo, Cobre, Manganeso, Selenio, Flúor, Cromo, Molibdeno.

(Añado que esta lista no es exhaustiva. ¡Hay más minerales esenciales, es un universo mineral!)

¿Qué son los minerales y cómo se clasifican?

¡Minerales! ¿Qué son? Ufff, piedras, pero… ¿de qué tipo? Se me ocurre… ¡estructuras cristalinas! Eso sí que lo recuerdo de la clase de geología de 2023, aunque me quedé dormida varias veces. ¡Qué pereza!

Se clasifican por aniones, ¿no? Espera, ¿cómo era eso? Ah, sí… Me acuerdo que la profesora, la señora García, estaba obsesionada con eso. Algo de… sulfuros, sí… y silicatos, ¡muchísimos silicatos! Siempre se extendía con esa clase.

  • Sulfuros y sulfosales: ¡Ay, qué pesados! Me suena algo de pirita… iron pyrite, lo encontré en una excursión con mis amigos, cerca del río, el mes pasado. La recogí, una piedra pequeña, brillante. ¡Guay!

  • Silicatos: ¡Estos son la mayoría! Cuarzo, feldespato… nombres raros, muchos polígonos en sus estructuras. No me acuerdo bien qué más.

  • Óxidos e hidróxidos: ¿Hematitis? ¿Magnetita? No estoy segura, la verdad. Tengo que repasar. Esos son importantes en la formación de rocas, ¿verdad? Pero si hay tantos… ¡menuda tarea!

¿Y los elementos nativos? ¡Ah, sí! Oro, plata, ¡diamantes! ¡Qué envidia! Eso sí lo recuerdo bien. ¡Siempre quise tener un diamante! ¡Aunque sea chiquitito!

Carbonatos, calcita… ¡eso es fácil! ¡Los minerales que forman las conchas! Me acuerdo de eso de la playa, ¿pero de qué playa? No me acuerdo… ¡Qué desastre de memoria tengo!

El resto… haluros, fosfatos… ¡ufff! Demasiado. Necesitaría repasar. La verdad es que me aburrí mucho en esas clases. Pero bueno, algo aprendí. Este año aún debo ir a una nueva excursión geológica.

En resumen, lo esencial es la clasificación por aniones o grupos aniónicos. ¡Ya está! ¡Me voy a comer algo!

¿Cuáles son los diferentes tipos de minerales?

¡Ay, madre mía, qué lío con los minerales! Parecen más tipos que pelos tiene mi gato, ¡y ese bicho es un auténtico erizo andante! Vamos a ver si lo aclaro, que me estoy volviendo loco.

Clase I: Elementos nativos. ¡Como si los hubieran sacado del horno recién hechos! Oro, plata, diamantes… ¡la crème de la crème del mundo mineral! Estos son los puros, los que no se mezclan con nadie. En fin, gente con personalidad, vaya.

Clase II: Sulfuros y Sulfosales. ¡Uf! Aquí huele a azufre, como a huevo podrido de hace tres siglos. Piritas, galenas… mejor que no te acerques mucho, que a mí me dan alergia. Si tienes un perro, no se te ocurra darle una galena, ¡se le caerá el pelo como a mi primo!

Clase III: Halogenuros. ¡Sal común, básicamente! Para sazonar la vida. Bueno, y alguna otra cosa, pero lo importante es el toque salado, ¿no? De hecho, una vez intenté usar fluorita como sal en mi paella. ¡No la recomiendo!

Clase IV: Óxidos e Hidróxidos. ¡Como si la naturaleza se hubiera puesto a oxidar todo a lo loco! Óxidos de hierro, por ejemplo. ¡Ah, sí! El óxido de hierro que tengo en mi bici, ese sí que es una maravilla… ¡de oxido!

Clase V: Nitratos, Carbonatos y Boratos. ¡Aquí tenemos la base de las explotaciones mineras! Nitratos para fertilizar, carbonatos para construir y boratos para… ¡para lo que haga falta! Son los chapuceros del grupo, válidos para todo.

Clase VI: Sulfatos, Cromatos, Molibdatos y Wolframatos. ¡Un nombre que parece sacado de un hechizo! Aquí ya la cosa se pone seria. Mejor que me quiten este lío de encima, ¡hasta los minerales más sencillos me marean! El sulfato de cobre se vende en mi ferretería, ¡por si os interesa!

Clase VII: Fosfatos, Vanadatos y Arseniatos. ¡Y para rematar, la guinda del pastel! Suena como una receta de bruja, ¿verdad? Pero son esenciales para… ¡muchas cosas! Mira, mejor no profundizo, que ya me he mareado bastante.

Este año estuve en una feria minera, y la verdad es que me impresionó la cantidad de minerales que hay. Incluso vi uno que brillaba como un diamante, pero era algo totalmente distinto. ¡Lo compraría sin pensarlo!

  • Mi vecina usa los minerales en sus trabajos de artesanía, ¡las cosas que hace son una maravilla!*

  • ¡Y eso que me he dejado algunos tipos por el camino, que me han comentado que también existen otros! Se ve que es un tema con mucha profundidad! *

¡Y eso es todo, amigos! ¡Espero que no os hayáis mareado demasiado con tanta información!

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