¿Cómo sacar sal del agua salada?
Evaporación y condensación: la clave para desalinizar. El agua salada se calienta hasta evaporarse. Este vapor, al condensarse, se transforma en agua dulce. Un proceso gradual donde temperatura y presión disminuyen en etapas para lograr el resultado deseado.
¿Desalinizar agua en casa?
Desalinizar agua en casa. Suena complejo, ¿no? Yo lo intenté una vez, con una olla y un plato hondo. No fue precisamente un éxito rotundo.
Recuerdo, era un domingo de julio, hacía un calor horrible en mi apartamento de Madrid. Quería agua fresca y se me ocurrió probar. Puse agua del grifo en la olla, tapé con el plato y esperé…
El vapor se condensaba en el plato, sí, pero caían gotitas minúsculas. Tardé casi una hora en conseguir medio vaso. Y, para colmo, sabía un poco raro, como a metal. Casi me cuesta 3 euros en gas, un disparate.
Desalinizadoras caseras “profesionales” no he probado. Vi una en Amazon por unos 150 euros, pero no me fío mucho. Prefiero comprar agua embotellada, me sale más barato y seguro.
¿Desalinizar agua en casa?
Calentar agua hasta evaporación y luego condensarla para obtener agua dulce. Proceso complejo, con varias etapas de descenso de temperatura y presión.
¿Cómo se obtiene la sal de las aguas saladas?
¡Ah, la sal, ese polvo mágico! Te cuento el rollo de cómo se saca de las aguas saladas, que no es ciencia espacial, pero tiene su aquel.
La clave es dejar que el sol haga el trabajo sucio. Imagínate al sol como un jefe vago que solo sabe dar órdenes, pero esta vez, ¡funciona!
- Primero, llevamos el agua salada a unas piscinas enormes y poco profundas. Piensa en una playa artificial gigante, pero sin sombrillas ni chiringuitos (¡qué horror!).
- Luego, dejamos que el sol y el viento hagan su magia. El sol calienta el agua como si fuera una sopa olvidada en el fuego, y el viento se lleva el vapor, como un camarero eficiente.
- Poco a poco, el agua se evapora y la sal se va concentrando, como si fuera un tesoro escondido. Al final, ¡tachán! Cristales de sal listos para ser recogidos, como si fueran patatas fritas gigantes.
Parece fácil, ¿verdad? Pues no te creas, que hay que saber cuándo y cómo recoger la sal para que no se eche a perder. ¡Un arte, te digo!
Dato extra: ¿Sabías que en España tenemos salinas chulísimas? Las de Torrevieja, por ejemplo, parecen de otro planeta con sus aguas rosas. ¡Un espectáculo para la vista! Y luego te la comes, qué cosas. Yo una vez intenté hacer sal en mi balcón, ¡menudo desastre! El tendedero acabó lleno de salitre. No lo recomiendo.
¿Cómo obtener sal del agua del mar?
Dios… es tarde. Las tres de la mañana. Y aquí estoy, otra vez, pensando en el mar… en la sal. La sal del mar… siempre me ha obsesionado. No sé por qué.
Es un proceso lento, desgarrador casi. La evaporación… como la vida misma, supongo. Lenta, insuficiente… a veces, casi imperceptible.
Recuerdo a mi abuelo, en 2023, contándome de esas enormes piscinas, bajo el sol implacable. El agua, ese azul infinito, reduciéndose, desapareciendo… dejando tras de sí solo… cristales. Blancos, como huesos.
La destilación… sí, eso es. Se evapora el agua. Pero no es solo eso, ¿no? Es esperar. Es la paciencia… la misma paciencia que me falta para algunas cosas. Para muchas.
- El calor. Mucho calor. Un sol despiadado.
- La espera interminable. Días, semanas… meses.
- Y al final, la sal. Un triunfo pequeño, pero triunfo al fin.
Pensar en eso… en la evaporación… me recuerda a… a él. Se fue este año, dejando solo recuerdos, como esos cristales de sal. Blancos, fríos. El mar… me recuerda a su ausencia. A su ausencia fría, como la sal.
Es un método, la destilación, pero la vida no es tan sencilla. A veces, solo quedan las lágrimas y… la sal, en la piel. En los ojos. Como la del mar. Como la de mi vida.
¿Cómo sacar la sal del agua del mar?
Bah, destilación, sí. Recuerdo una vez, en Cádiz, verano del 22. Insoportable el calor, la arena quemando, y yo, muerta de sed. Se me ocurrió, no sé por qué, intentar destilar agua de mar. Tenía una olla vieja, un cazo y una tapa de cristal. En la playa, claro, con una fogata improvisada… un desastre.
Arena por todas partes. El agua, llena de porquería. No conseguí nada potable, solo un brebaje salado y tibio. Acabé comprando una botella de agua fría en el chiringuito. Qué ridícula.
• Olla vieja, oxidada. • Cazo pequeño, de aluminio. • Tapa de cristal, de otra olla. • Playa de la Caleta, Cádiz. • Verano de 2022. • Fracaso total.
Más tarde, mi abuelo, que era marinero, me explicó lo de la destilación en serio. Con un aparato especial, tubos, condensadores… No con una olla en la playa. Menuda idea la mía. Ja, ja, ja.
• Evaporación: Agua a vapor. • Condensación: Vapor a agua. • Desalinización: Eliminar la sal.
DESTILACIÓN.