¿Cuánto cuesta comer en el chato?
¡Uf, $22.000 de entrada ya me hace temblar un poco! Y ver esos platos fuertes entre $65.000 y $152.000... ¡madre mía! Entiendo que la experiencia El Chato debe ser algo especial, pero mi bolsillo no siempre está preparado para esos lujos. El corte de res con hueso suena delicioso, pero eso de que esté sujeto a disponibilidad me da un poco de ansiedad. Prefiero saber a qué atenerme.
¡Ay, El Chato! Solo con oír el nombre ya me da un cosquilleo de curiosidad y… bueno, un poquito de susto, ¿pa’ qué les voy a mentir? Veintidós mil pesos solo para empezar, para la entrada, ¡uf! Ya siento que mi billetera empieza a temblar un poquito, ¿no les pasa?
Y luego, ves los platos fuertes… ¡entre sesenta y cinco mil y ciento cincuenta y dos mil pesos! ¡Madre santísima! A ver, entiendo, entiendo que El Chato debe ser una experiencia, de esas que te cambian la vida (o al menos, la noche), pero mi bolsillo no siempre, y digo, NO SIEMPRE está listo para esos lujos.
Me acuerdo una vez, con mi prima, nos dimos un gustazo en un restaurante que se veía “chic”. La comida era buena, sí, pero cuando llegó la cuenta… ¡casi nos da un infarto! Desde ese día, soy un poco más cautelosa con los precios.
Ese corte de res con hueso, por ejemplo, ¡ay! Suena a gloria bendita, de esos que te hacen cerrar los ojos y suspirar… Pero eso de que esté sujeto a disponibilidad, ¡ayayay! Me pone nerviosa. ¿Me explico? Prefiero saber a qué me atengo. Me da no sé qué llegar allá con toda la ilusión del corte, y que me digan, “Lo siento, se nos acabó”. ¿Les ha pasado? Es como cuando vas a comprar esa blusa que viste en la vitrina y ya no hay tu talla… ¡Qué rabia!
En fin, El Chato sigue siendo un sueño, una aspiración… quizás para una ocasión especial, ¿no? Mientras tanto, seguiré buscando tesoros culinarios que no hagan llorar a mi cuenta bancaria. ¡Hay que comer rico sin arruinarse! ¿O no?
#Chato#Comida#Precio