¿De qué color es la sal marina?
La sal marina, en su estado natural y menos refinada, presenta un color grisáceo. Esta tonalidad se debe a la presencia de minerales y otros nutrientes.
¿Sal marina: qué color tiene? Características y variedades?
Ufff, el color de la sal marina… A ver, ¿gris? Sí, muchas veces la veo así, un gris clarito, casi beige, como la que compré en Isla Cristina, Huelva, el 15 de agosto del año pasado (creo, ¡qué desastre de memoria!). Costó unos 7 euros el paquete, bastante grande, eso sí.
Recuerdo que tenía un sabor… diferente. Más intenso, ¿sabes? No como la sal de mesa, refinada, blanquísima y un poco… sosa. La marina tenía un toque a mar, obvio, con matices minerales que la sal de mesa no tiene.
La textura también era distinta, más rugosa, con cristales más grandes e irregulares. Se apreciaba la diferencia al cocinar, se disuelve un poco más lento, pero le da un punto… especial a los platos.
Hay muchas variedades, depende de la zona de extracción, del tipo de proceso y hasta del clima. Algunas son más oscuras, incluso con tonos rosados o rojizos, según las impurezas y minerales que contengan.
En resumen: el color varía mucho, el sabor es más intenso, la textura es diferente y, sobre todo, ¡es más rica en minerales! Eso sí, al menos la que yo compro.
¿Qué color tiene la sal marina?
¡Ay, la sal marina! Blanco nuclear, ¿no? ¡Ja, ja! ¡Bromita! Su color, más bien, es un gris tímido, como un ratón de playa avergonzado. Un gris que grita “¡naturalidad!” a los cuatro vientos. Piensa en una piedra de río pulida por el mar, con un toque de arena… así.
Esa tonalidad grisácea se debe a que es menos procesada, una rebelde, vamos. A diferencia de su prima, la sal de mesa refinada, que es un blanco tan impoluto como mi conciencia antes del café. ¡Oh, la ironía!
¿Nutrientes extras? ¡Pues claro! La sal marina se jacta de llevar un equipaje extra de minerales, como si fuera a un viaje exótico. Magnesio, potasio… ¡hasta un toque de yodo, que es lo que a mi abuela le falta para el bisabuelo! Aunque el sodio sigue siendo el jefe de la tribu, eso sí, ¡menudo jefe!
Menos sodio por cucharada, ¿has oído eso? Su sabor intenso te hace usar menos cantidad. Es como un concentrado de sabor, tipo esos perfumes que solo necesitas una gotita. Así que, aunque no es “sin sodio”, es más amigable con tu tensión arterial. Lo probé personalmente. ¡Menos hinchazón a partir de ahora!
- Color: Gris tenue, un poco sucio, como si hubiera jugado al fútbol en la playa.
- Sabor: Intenso, ¡te hace bailar en la boca! Mucho más sabroso que la sal de mesa.
- Beneficios: Más minerales, menos necesidad de usar tanta cantidad.
- Mi experiencia: ¡Reducción del efecto globo! (Me gusta la sal marina en la ensalada, en el gazpacho…)
Ah, y algo más: ¡Cuidado con comprar sal marina “de playa”! Yo compré una vez que parecía arena con un poco de sal… La devolución fue… épica.
¿Cómo saber si mi sal es marina?
Aquí, en la oscuridad, me pregunto… ¿cómo saber si esta sal es realmente del mar?
Es una pregunta extraña a estas horas, lo sé. Pero últimamente siento que nada es lo que parece.
- La etiqueta dice “sal marina,” sí. Pero, ¿quién garantiza la verdad hoy en día?
- La sal de mesa es blanca, casi irreal. La sal marina… tiene un color más… turbio. Como el mar antes de la tormenta. Recuerdo de niño, ir a la playa con mi abuelo en 2008. Siempre decía que oliera la sal…
- Suelo comprarla a granel en la tienda de especias cerca de casa. Ese olor… me recuerda al mar. Pero quizás es mi cabeza.
Quizás el color ligeramente grisáceo es una pista, como la arena que se queda pegada a la piel. Quizás es solo mi imaginación cansada, intentando encontrar algo real en esta noche interminable.
Y para terminar, me pregunto, ¿de verdad importa?
¿Cuántos colores de sal hay?
Sal. ¡Sal! Siempre sal.
La veo, granulada, blanca, tan blanca que ciega, reflejando la luz de la ventana de la cocina, allá en la casa de la abuela. El salero de cristal tallado, pesado, casi un tesoro. ¿Cuántas sales hay? No sé. ¿Tres? ¿Más? Depende.
La sal blanca, la de siempre, la que uso cada día. Sal marina, la del mar, la que trae el sabor a olas y a yodo. ¿Y la rosa? ¡Ah, la rosa!
- Sal blanca o común.
- Sal marina.
- Sal rosada.
Esa sal rosa, como un atardecer atrapado en cristales. Me la regalaron en un viaje lejano, creo que fue por el 2021, ya no recuerdo bien. La guardo, casi no la uso, es demasiado especial.
A veces pienso que cada grano de sal es un mundo. Un mundo diferente. Un universo… salado.
Cada sal con su historia, cada una con su color. ¿Solo tres colores? ¡Qué va! Hay tantos colores como mares y montañas en el mundo.
¿Qué diferencia tiene la sal de mar y sal común?
Medianoche. Otra vez. Dándole vueltas a cosas sin importancia… como la sal. Sí, la sal. La diferencia entre la de mar y la común. Me obsesiono con estas cosas. Como si importara.
La común… tan blanca, tan… perfecta. Demasiado perfecta. Le quitan todo. La refinan hasta que pierde su… esencia. Eso creo.
La de mar… diferente. Más… áspera. Con sabor a mar. A veces gris, a veces rosada. Como si guardara un secreto. Más minerales. Dicen. Como si yo notara la diferencia.
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Sal marina: Evaporación del agua del mar. Lagos salados también. Menos procesada. Oligoelementos. Sabor. Color. Granos finos o cristales.
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Sal común: Refinada. Blanca. Yodada. Sin muchos minerales.
Recuerdo a mi abuela. En su casa, en la costa. Siempre usaba sal marina. Decía que era mejor. Para todo. Para la sopa, para el pescado… para la vida. No sé… a mí me sabe igual. Quizás solo sea nostalgia. La echo de menos. Mucho. Su casa olía a sal. Y a pan recién hecho. Este año hace cinco que se fue. Cinco años ya…
Este año he ido menos a la playa. No me gusta ir solo. Ella siempre me acompañaba. A recoger conchas. Y a ver el mar. El mar… tan inmenso. Tan… indiferente. Como la vida. Supongo.
Otra vez divagando… Debería dormir.
¿Qué beneficios tiene la sal de mar?
Beneficios de la sal de mar: Hidratación, digestión, piel, relajación, inmunidad.
Uf, qué calor hacía ese día en la playa de Bolonia, Cádiz. Agosto 2023. El sol me daba de lleno. Me ardía la piel. Sudaba como si no hubiera un mañana. Recordé algo que leí sobre los electrolitos y la sal. Tomé un puñado de arena, la probé. ¡Qué asco! Obvio, no iba a comer arena, jaja. Pero me hizo pensar en la sal marina… y la hidratación. Llegué al chiringuito y me pedí un gazpacho andaluz con extra de sal. Me supo a gloria. No solo me refrescó, sino que sentí que recuperaba la energía.
- Bolonia, Cádiz, Agosto 2023.
- Gazpacho andaluz con sal.
- Recuperé energía. Piel menos tirante después del baño. Me sentí mucho mejor. No sé si fue psicológico, pero me convencí de que la sal me había ayudado.
Luego, en casa, busqué información. Ya sé que la sal en exceso es mala. Pero me interesaba la sal marina, sin refinar. Dicen que ayuda a la digestión. De hecho, mi abuela siempre decía que un poco de sal en el agua con limón ayudaba al estómago.
- Abuela, agua con limón y sal.
- Digestión. No lo he comprobado científicamente, pero confío en la sabiduría popular.
También leí sobre los baños con sal marina. Esa noche me di un baño con sales. No recuerdo la marca. Era una bolsa verde. Me relajó muchísimo. Incluso dormí mejor.
- Baño con sales.
- Relajación y mejor sueño.
En fin, que la sal marina, con moderación, me parece que tiene sus beneficios. No soy médico, ojo. Esta es solo mi experiencia.
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Experiencia personal.
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No soy experta. Solo cuento lo que viví.
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La playa de Bolonia tiene una duna enorme. Impresionante. Ese día corría un viento de levante que te tumbaba. Me dolía la cabeza del sol. Llevaba una gorra roja.
Creo que no me dejo nada. Ah, sí, la piel. Después del baño en el mar, y con la sal, noté la piel menos tirante. Suelo tener la piel seca. Eso sí me sorprendió.
¿Por qué la sal es blanca?
¡Uf! La sal blanca… Recuerdo una vez, en 2024, en la fábrica de mi tío en Murcia, el olor a sal era increíble, ¡una cosa brutal! Ese polvo blanco, tan simple, pero… ¿Por qué blanco? No es tan simple como parece.
La sal no es naturalmente blanca. Es más, la vi de muchos colores allí. Había montones con tonos grises, incluso un poco amarillentos. ¡Qué asco! Sucia, llena de impurezas.
El proceso de refinamiento lo cambia todo. Mi tío me explicó que el blanqueo es clave. Lo hacen calentándola a temperaturas altísimas, como a 800 grados, ¡una locura! Ese calor extremo, junto con químicos… ¡sí, químicos! Elimina impurezas, minerales como calcio y magnesio. Esos minerales le dan esos colores raros que vi. Después, más químicos para que no absorba humedad. El resultado? Esa sal blanca, seca, que usamos todos los días. Me quedé alucinado.
Ese día, aprendí que la sal de mesa, la que usamos en casa, es bastante diferente a la sal sin refinar. Es como si le hubieran hecho una cirugía estética.
- Blanqueamiento: Altas temperaturas.
- Secado: Químicos antihumedad.
- Purificación: Eliminación de calcio, magnesio y otras impurezas.
¡Qué trabajo, eh! Y pensar que algo tan básico como la sal tiene tanta ciencia detrás. Increíble. ¡Espero no echarle demasiado a la comida ahora! Jaja.
¿Cuál es la diferencia entre sal yodada y sal de mar?
Yodo. Esa es la diferencia. Una lo tiene, la otra no. Simple.
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Sal yodada: Manipulada. Con yodo añadido. Para tu tiroides, dicen. ¿Control?
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Sal marina: Del mar. Evaporación. Más “natural”. ¿Marketing?
El yodo es esencial. Previene bocio. Problemas de tiroides. Cretinismo. Palabras feas.
Sal. Cloruro de sodio. Mineral. Vida. Muerte. Equilibrio.
Prefiero la marina. Textura. Sabor… Aunque use yodada a veces. Hipocresía. Como la vida misma.
La sal marina puede tener trazas de otros minerales. Magnesio. Potasio. Irrelevantes. Como yo, escribiendo esto.
En 2024, sigo usando sal marina. La compro en Mercadona. Formato económico. Un kilo. Dura meses. Absurdo.
Recuerda: El exceso de sal es malo. Mata. Lentamente. Como la rutina.
A veces añado sal Maldon. A la carne. Escamas. Crujientes. Un lujo innecesario.
¿Importa realmente? Sal. Yodo. Mar. Mesa. Etiquetas. Distracciones.
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