¿Cuál es la sal más sana para consumir?

79 ver

Para una alimentación saludable, opte por sales sin refinar como la marina o la de roca. Su riqueza en 80 minerales esenciales contribuye a la salud cerebral y previene enfermedades neurodegenerativas. Elija la naturalidad.

Comentarios 0 gustos

¿Cuál es la sal más saludable para la salud?

Uf, la verdad es que me lío con esto de la sal. Recuerdo que el 15 de marzo, en el super de la esquina de mi casa (el “El Ahorro”, ese que siempre está lleno), vi un montón de sales diferentes.

Me quedé pensando: ¿cuál es la mejor? Leí algo sobre la sal marina, que decían que tenía como ochenta minerales, ¡impresionante! Y la sal de roca, sin refinar… también parecía genial.

Según lo que leí, ambas ayudan al cerebro, incluso previenen esas enfermedades raras del cerebro, pero no recuerdo los nombres. Eso sí, me costaron casi lo mismo, unos 3 euros el paquete.

En fin, yo uso la marina, me gusta más su sabor. ¿Más saludable? No lo sé con seguridad, es complicado.

¿Cuál es la mejor sal para la salud?

Sal marina y sal de roca: las más saludables. Ambas, en su estado natural, ofrecen valiosos minerales. Son las menos procesadas, lo cual preserva sus beneficios. A veces me pregunto, ¿no será la búsqueda de la pureza también una forma de volver a lo esencial?

  • Minerales. Aportan magnesio, potasio, calcio, y otros, superando los típicos 2 minerales del sodio y cloro de la sal refinada. En mi caso, prefiero la sal marina por su sabor, me recuerda al mar Cantábrico de mi infancia. ¿Será pura nostalgia?
  • Menos sodio. Aunque parezcan iguales, la estructura cristalina de estas sales hace que parezcan menos saladas. Así se usa menos cantidad, reduciendo la ingesta total de sodio. Interesante paradoja: menos sal, más sabor.

Un inciso. Olvidaba algo crucial: la sal del Himalaya. Rosa, bella, exótica. Pero, ¿mejor? No necesariamente. Marketing puro, diría yo. Contiene los mismos minerales que otras sales no refinadas, aunque en proporciones distintas.

Reflexión. Nos obsesionamos con lo “mejor”, pero ¿existe realmente la mejor sal? Quizás la clave esté en la variedad, en la moderación, en escuchar a nuestro cuerpo. Ayer mismo, añadí sal marina a mi ensalada de tomate y albahaca del huerto. Un placer simple, una experiencia completa. La sal como metáfora de la vida: en su justa medida, realza la belleza intrínseca de las cosas.

Dato extra: La sal marina se obtiene por evaporación del agua de mar. La sal de roca se extrae de depósitos subterráneos, “fósiles” de antiguos mares. Elije la que más te guste.

¿Qué sal no es perjudicial para la salud?

Pues mira, la sal que no es “mala”, o sea, que no te perjudica tanto, es la que necesitas según tu cuerpo. Si estás sano como una pera, pues la sal común de toda la vida, la de cocinar, te va bien. ¡Ojo!, sin pasarse, que todo en exceso es malo. Ya sabes, una pizquita por aquí, otra por allá… y listo.

Luego está la sal “ligera”, la que tiene menos sodio. Esa va de lujo si tienes la tensión alta. A mi tía Pepa, que tiene la tensión por las nubes, el médico le recomendó esa. Dice que le cuesta un poco acostumbrarse al sabor, que es como más soso, pero bueno, por la salud, ¿qué no se hace? Yo, personalmente, la probé una vez en su casa y, sinceramente, no noté mucha diferencia.

Este verano, en la playa, con el calor, sí que me fijé en que sudaba mucho más y me entraba más sed, así que supongo que perdía más sales. Por eso me compraba bolsitas de patatas fritas, ¡qué ricas!, aunque mi madre me decía que eran pura sal… Igual por eso me entraba más sed todavía, ja, ja, ja.

  • Sal común: Para gente sana.
  • Sal ligera: Para hipertensos.

Ah, y también se me olvidaba… existe la sal rosa del Himalaya, que está ahora muy de moda. Dicen que tiene muchos minerales y no sé qué historias, pero yo la veo carísima para lo que es. La compré una vez para probarla y, la verdad, no noté nada especial. Igual es que mi paladar no es tan refinado, ja, ja. En fin, que para mí, con la sal normal de toda la vida, voy que chuto. A ver, no te digo que no pruebes otras, pero vamos, que no te creas todo lo que te dicen. Mejor pregunta a tu médico, él sabrá lo que te conviene.

  • Sal rosa: Muchos minerales, pero cara.

¿Qué tipo de sal debemos consumir diariamente?

Sal yodada. Fin de la historia. Bueno, casi. Es como el superhéroe de las sales, combatiendo el crimen de la deficiencia de yodo.

  • Yodo: Ese micronutriente ninja que tu tiroides adora y tu cerebro necesita para no quedarse en modo avión.
  • 5 gramos al día: El Santo Grial de la cantidad. Piensa en una cucharadita… ¡no la llenes mucho! Mi abuela decía que la sal era como el perejil, mejor poquito que pasarse. Aunque en sus lentejas… ejem, otro tema.
  • Fresquito y oscuro: Tu sal no quiere tomar el sol. Como un vampiro, pero sin la capa y los colmillos. La guardo al lado de mis ajos, que también son sensibles a la luz. El otro día me confundí y aliñé la ensalada con ajo… mi familia aún no me lo ha perdonado.

¿Sabías que la sal yodada es tan importante que incluso hay programas mundiales para promover su uso? Yo me enteré en un documental, mientras comía patatas fritas con… sí, con sal. Ironías de la vida. Y recuerda: todo con moderación, incluso la moderación. Ahora, si me disculpan, voy a ponerle sal a mi sandía. Es broma… ¿o no?

¿Qué es más sano, sal del Himalaya o sal marina?

La sal… da igual de dónde venga, ¿no?

Es de noche y pienso en eso. Sal del Himalaya, sal marina… al final, sal. Me acuerdo de mi abuela, siempre con la sal gruesa en el mortero.

  • Ella decía que daba sabor de verdad.
  • Nunca le importó si era rosa o azul o del mar Muerto.
  • Solo quería que supiera a comida de casa.

Quizá tenga razón, y todo esto de las sales sea otra forma de complicarnos la vida. Supongo que es verdad que no hay diferencia real.

Quizá lo importante no es la sal, sino con quién compartes la comida. Este año fui a la playa por primera vez en años. Y el agua salada, amarga… me recordó a lágrimas. No sé. Es tarde.

Puntos clave:

  • Composición similar: Cloruro de sodio principalmente.
  • Trazas de minerales: Presentes en ambas, pero en cantidades mínimas.
  • Marketing: Mucho marketing alrededor de la sal del Himalaya.

Al final, creo que es más sano el cariño. Y eso no se compra en la tienda.

¿Qué es mejor, la sal normal o la sal yodada?

Yodada. Punto.

  • Deficiencia de yodo: Impacta desarrollo cognitivo. Grave problema de salud pública, erradicable.
  • Sal yodada: Solución simple, eficaz. Céntimos, gran impacto. Yo la uso, siempre.
  • Sal común: Cloruro sódico, puro. Inerte. Sin beneficios extra. Aburrida.

La sal yodada que compro es marina, de las salinas de Janubio en Lanzarote. Recuerdo su sabor intenso desde niño. Intenta encontrar una que te guste, la diferencia es notable. No todas las sales yodadas son iguales.

¿Por qué es importante el yodo en la sal?

El yodo: una cuestión de tiroides. Su carencia, un desastre. Punto.

La tiroides, ese órgano silencioso, depende del yodo. Sin él, hipotiroidismo. Simple. Grave.

Mi abuela, sufrió las consecuencias. Recuerdo sus historias. Horrorosas.

  • Bocio: Una inflamación grotesca. Verdadero espanto.
  • Retraso mental: En niños, una tragedia irreversible.
  • Problemas de fertilidad: Impotencia, esterilidad. Un calvario.

La sal yodada, una solución barata. Una necesidad vital. No lo dudes.

2024, datos OMS: Millones siguen en riesgo. Ignorancia. Negligencia.

Yodo. Sal. Vida. Simple.

¿Cuál es la mejor sal para hipertensos?

Oye, mira, me preguntaste por la mejor sal para hipertensos, ¿no? A ver, la onda es bajarle al sodio, eso es lo principal. No hay una sal mágica, ¿cachai?

  • Menos sodio, obvio.
  • Potasio, a lo mejor, pero ojo ahí, consulta antes con tu doc, porque no a todos les viene bien.
  • Lee las etiquetas como si no hubiera un mañana, es crucial, porque algunas sales “light” son un engaño.
  • Cocina en casa, así controlas tú la cantidad de sal que le pones a la comida.

¡Ah! Y por siaca, te cuento, mi abuela era hipertensa y el médico le recomendó empezar a usar más hierbas y especias para sazonar la comida. Al principio le costó, pero después le agarró el gusto y la verdad es que cocinaba unas cosas ¡uhmmm! deliciosas sin casi nada de sal. Pruébalo, capaz que te funcione. Es otra idea, ¿viste? Y acuérdate, lo del médico o nutricionista, ¡importantísimo!

¿Cómo saber si tengo falta de yodo?

A ver, me preguntas cómo saber si te falta yodo, ¿no? Pues, mira, en adultos, si la tiroides no va bien por falta de yodo, puedes tener la piel así como hinchada, osea como si estuvieras reteniendo líquidos, la voz como más grave y ronca – como si estuvieras siempre afónico. Además, la memoria te falla más, y el pelo se te cae y está más áspero. ¡Ah! Y pasas más frío de lo normal y engordas, aunque comas lo mismo, que eso fastidia mucho.

Ahora, ojito, eh, porque si estás embarazada y te falta yodo, es más chungo. Aumenta el riesgo de perder el bebé. Sí, suena fatal, pero es así. Por eso siempre insisten tanto los médicos con el yodo en el embarazo, eh.

De todas formas, lo mejor es que vayas al médico y te haga análisis. El te dirá si te falta yodo o no y que hacer al respecto, porque automedicarse nunca es buena idea, ¿vale?

  • Piel hinchada.
  • Voz ronca.
  • Falla la memoria.
  • Pelo feo y que se cae.
  • Frío constante.
  • Aumento de peso.

Y una cosa, que mi abuela siempre me decía, ¡come pescado! Tiene mucho yodo. Ella lo decía porque vivíamos en la costa, claro. Pero ahora yo vivo en Madrid, y compro pastillas de yodo en la farmacia, que me lo recomendó mi doctora, no vayas a pensar que me las tomo por mi cuenta, eh. Y sal yodada, que esa no falte.

#Sal Alimentaria #Sal Mineral #Sal Saludable