¿Es la sal peor que el glutamato monosódico?

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Aunque el glutamato monosódico (GMS) puede ser cuestionado, la evidencia indica que el consumo excesivo de sal es más dañino para la salud que el consumo moderado de GMS. Mientras la sal está vinculada a problemas de salud graves, el GMS, en cantidades apropiadas, no presenta riesgos significativos para la mayoría.
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El sodio en la sal superaría los riesgos del glutamato monosódico

El consumo excesivo de sal (cloruro de sodio) ha generado preocupaciones generalizadas en el ámbito de la salud, con estudios que vinculan su ingesta excesiva con problemas de salud graves como enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales e incluso cáncer de estómago.

Por otro lado, el glutamato monosódico (GMS), un aditivo alimentario que mejora el sabor, ha sido objeto de debate sobre sus posibles efectos adversos. Si bien algunas personas informan reacciones negativas como dolores de cabeza o entumecimiento después de consumir GMS, las investigaciones científicas no han encontrado evidencia concluyente de que sea perjudicial para la mayoría de las personas.

Los estudios han demostrado que el consumo moderado de GMS, dentro de los niveles de ingesta diarios recomendados, no está asociado con riesgos significativos para la salud. La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) clasifica al GMS como “generalmente reconocido como seguro” (GRAS).

En comparación, el consumo excesivo de sal tiene consecuencias bien establecidas para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta diaria de sodio a menos de 5 gramos (aproximadamente una cucharadita), citando pruebas abrumadoras de su impacto negativo en la salud cardiovascular.

Las investigaciones muestran que una ingesta alta de sal puede elevar la presión arterial, aumentar el riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrales y contribuir a la insuficiencia cardíaca. Además, se ha vinculado al cáncer de estómago, la osteoporosis y los cálculos renales.

Por lo tanto, aunque el GMS puede ser cuestionado, la evidencia indica que el consumo excesivo de sal es significativamente más dañino para la salud que el consumo moderado de GMS. Si bien es importante ser consciente de los posibles efectos individuales del GMS, es crucial abordar las implicaciones más graves para la salud asociadas con el consumo excesivo de sal.