¿Qué beneficios tiene tomar agua con sal de mar?

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El agua con sal marina, consumida con moderación, ofrece beneficios: mejora la hidratación al reponer electrolitos; apoya la digestión; puede aliviar problemas respiratorios y de piel; y contribuye al equilibrio del pH. Sin embargo, es crucial consultar a un médico antes de su consumo regular, pues un exceso puede ser dañino.

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¿Beneficios del agua con sal marina?

A ver, el agua con sal marina… me suena un poco a remedio de la abuela, pero tiene su lógica. Te cuento lo que he pillado por ahí y mi experiencia.

Para empezar, lo de la hidratación, sí, me hace sentido. Cuando hago senderismo por la costa de Denia (Alicante), y llevo mi botellita con un poquito de sal marina, siento que me recupero mejor. Es como si el agua “entrara” mejor en el cuerpo.

La digestión… mmm, ahí ya dudo más. Supongo que si tienes problemas de acidez, podría ayudar a equilibrar, ¿no?

En cuanto a la salud respiratoria, recuerdo que mi madre me hacía gárgaras con agua y sal cuando tenía anginas de pequeña. ¡Qué asco! Pero oye, aliviaba un poco.

Y la piel… pues mira, después de un día de playa en la Barceloneta, la piel se me queda suave, suave. ¿Será por la sal? ¡Igual sí!

Ojo, que no estoy diciendo que bebas litros de agua con sal al día. ¡Sería una locura! Como todo, con moderación. Y si tienes alguna duda, mejor consultar a un médico. Yo solo te cuento mi experiencia y lo que he ido aprendiendo por ahí.

¿Qué pasa si tomo agua con sal de mar?

¡Ay, amigo! ¡Agua con sal de mar en ayunas! ¡Suena a receta para un exorcismo, no a desayuno! Te aseguro que no es plan.

Es como si te metieras un puñado de arena en el estómago, pero salada. Náuseas y vómitos, ¡eso es lo menos! Te puede dar una indigestión que te hará bailar el “baile del dolor” durante horas, ¡te lo digo yo que una vez intenté lo mismo, pensando que era un remedio milagroso para la resaca! (¡Grave error!). Mi estomago se rebeló como si fuera un dragón escupefuego, ¡fue épico, pero no recomendable!

El exceso de sodio, ¡es un villano! Irrita todo, como un niño malcriado en una tienda de juguetes. Ardor, malestar… ¡la fiesta en tu estómago no será nada divertida! Imagina a un ejército de soldaditos de sodio atacando las paredes de tu estómago, ¡una guerra sin cuartel!

  • Náuseas: ¡el preludio del desastre digestivo!
  • Vómitos: ¡la gran final de la función estomacal!
  • Ardor: como si tuvieras un pequeño sol en el estómago.
  • Malestar: una sensación que te hará desear haberte comido una piedra.

Olvídate de este brebaje mágico, a menos que quieras sentirte como si hubieras peleado con un pulpo gigante. Si necesitas hidratarte, ¡agua normal! ¡Es mucho más amable con tu sistema digestivo! ¡Y además, no provoca guerras!

Mi vecina, la abuela Emilia, jura que le ayuda a limpiar las piedras del riñón, ¡pero yo no me atrevo ni a mirar! Ella lo hace desde hace 20 años, pero… ¡No lo recomiendo a nadie! Mejor un zumo de naranja ¡qué rico!

¿Cómo se toma el agua de mar y para qué sirve?

¡Ay, amigos! ¿Agua de mar? ¡Como si fuera agua de grifo, pero con sabor a vacaciones fallidas! Ni se te ocurra beberla directamente, ¡te puedes convertir en una salchicha humana!

Eso sí, diluida es otra historia: una parte de agua de mar por tres de agua dulce. ¡Es como un cóctel de minerales! Piensa en ello como un Gatorade, pero con sabor a… mar. Mi cuñado Pepe, un tío que se cree Indiana Jones, jura que así recupera fuerzas tras sus “aventuras” en el parque, jajaja.

¿Para qué sirve? ¡Pues para hidratarte, claro! Pero no te pases, eh. Dos litros al día, máximo. Más y te juegas a que tus riñones te manden una postal desde el otro barrio.

Si quieres algo más refinado, ¡haz batidos! Ya sabes, con fruta, hielo… ¡hasta puedes hacer una versión salada de tu piña colada favorita!

Importante:

  • No bebas agua de mar pura. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
  • Dos litros como máximo. ¡No seas bestia!
  • Ideal para deportistas. O para frikis que quieren experimentar, que también los hay.
  • Prueba batidos. ¡A ver si inventas la bebida del siglo!

PD: Ayer mismo, mi perrita Luna intentó beber directamente del cubo de agua de mar que traje de la playa. Menos mal que la paré a tiempo, ¡la pobre parecía una aceituna!

¿Cómo se toma el agua con sal?

Ey, amigo! ¿Agua con sal? ¡Jajajaja! Te cuento, es un rollo, eh? No es como tomarte una coca-cola.

Lo primero, prueba si te sienta bien, que no te siente mal al estómago. ¡Ojo! No es broma. A mí me dio un repelús la primera vez, fue horrible. ¡Casi vomito!

Luego, es poquito, un cuarto de litro máximo al día, no te creas que te vas a beber un litro, ¿eh? Que no es una fuente de hidratación como el agua normal. ¡Ni de coña!

La proporción, 3 partes de agua del grifo por cada una de agua de mar… ¡es una locura!. O sea, un vaso de agua de mar y tres de agua normal. Si haces la mezcla al revés, te puedes poner malo. ¡No lo dudes!

Es mejor no pasarse, ¿sabes? Porque si te pasas, te puede sentar mal. ¡Es una putada! La experiencia propia te lo enseña. Mi vecina tosió todo el día.

  • Prueba primero una pequeña cantidad.
  • Tres partes agua potable por una de agua de mar.
  • Máximo 250 ml al día.
  • ¡Consulta a tu médico! Es fundamental, ¡eh!

En serio, no te la juegues. Este año vi a un amigo de mi hermana que tuvo un disgusto, y a la semana estuvo malito, con un dolor de estómago impresionante, casi necesita ir al médico. Lo digo en serio. Eso sí, dicen que algunos lo usan para las anginas…yo ni lo he probado ¡No me atrevo!

¿Cuántas veces puedo tomar agua con sal al día?

Uf, agua con sal… ¿Para qué querrá alguien beber eso seguido? A ver… Healthline dice náuseas y vómitos. ¡Qué asco!

  • Consumo excesivo = peligro. Ya, eso lo sabemos todos, ¿no?
  • ¿Pero cuántas veces puedes? Mmmm…

Creo que la respuesta es: Ninguna, a menos que lo necesites para algo específico y bajo supervisión médica.

¿Por qué alguien querría beber agua con sal?

  • Limpieza de colon, dicen… ¡Pero suena fatal! ¿No hay cosas mejores?
  • Rehidratación después de mucho sudor. Los deportistas, ¿quizás? No sé, prefiero el Aquarius.
  • A veces se usa para el dolor de garganta, ¿no? Pero ¿beberla? Yo hago gárgaras, es menos…drástico.

Además, mi abuela tenía la tensión alta. El sodio… ¡mala idea!

Ah, y hablando de la abuela, ella se tomaba un vaso de agua tibia con limón por las mañanas. ¿Eso cuenta? ¡Era su secreto para la digestión! Pero con sal… ¡ni hablar!

¿Cuánto consumir de sal marina?

Cinco gramos. Máximo. Punto.

  • Salud cardiovascular: La sal, un veneno dulce. Dosificado, claro.

  • Presión arterial: Controlarla es vital. O morirás antes. Eso sí, nadie lo sabe.

  • OMS: Sus recomendaciones. ¿Quién las sigue? Yo no. Aunque debería. Quizás.

Ese es el límite. Pero a mí me da igual. Siempre he hecho lo que he querido. Me la suda. Ya sabes, vivir al límite. Peligroso, pero emocionante. Ese es mi lema.

Dieta mediterránea: Es solo una excusa. Para comer lo que te dé la gana. No hay reglas. Solo consecuencias.

Consecuencias: A largo plazo. No pienso en el mañana. Simplemente, vivo. Intenso. Brutal.

Mi consumo de sal marina: Variable. Depende. Del humor. Del día. De la comida, obviamente. No soy un robot.

  • Mis análisis de sangre de este año: Normales. Por ahora.
  • Mi padre murió de un infarto a los 62 años. 2024. Fue rápido.
  • El abuelo también. Antes. Detalles, detalles…

Cinco gramos. Repito. Pero ya sabes… a cada uno lo suyo. La vida es una ruleta rusa. Con sal. Mucha.

¿Qué provoca tomar agua con sal en exceso?

El agua salada, oh, el agua salada… Un trago, otro trago… El sabor, persistente, un recuerdo en la boca. El exceso, una pesadilla silenciosa.

Siento la presión, un peso invisible, la piel tensa como un tambor. El líquido, rebelde, se acumula, se instala en rincones inesperados del cuerpo. Un peso que no desaparece, no es un peso normal, es el peso del remordimiento. Como la arena que se cuela en mis zapatos, ese peso me persigue.

El corazón late con fuerza, un golpe seco, constante. Se esfuerza, trabaja de más. Un bombeo incesante, como un motor a punto de griparse. Escucho su ritmo, un martillo implacable contra mi pecho. Hoy mismo, ese latido, se siente diferente, más… urgente.

  • Hinchazón, una palabra tan simple para algo tan… terrible.
  • Los riñones, un filtro obstruido, agotado.
  • El hígado, sobrecargado, gritando en silencio.

Todo el sistema, desquiciado, fuera de ritmo. El agua salada, una traición sutil, un veneno dulce. Recuerdo esa sensación de opresión, en mi pecho, el malestar, una sombra persistente. No se va.

Este año, en concreto, el 27 de julio, sufrí esa sensación. Un día que debería haber olvidado pero que mis riñones no olvidan. Un malestar que se quedó grabado, indeleble, con el sabor persistente del mar.

  • Los electrolitos, desequilibrados.
  • La retención de líquidos, insistente, implacable.
  • La fatiga, una sombra, una compañera constante.

El sabor a sal, en la boca, sigue… El peso, esa presión constante, me recuerda el precio. Un precio que se paga con cada latido.

¿Qué pasa si tomo agua con sal muy seguido?

Agua con sal… curiosa elección.

  • Sal y agua: Hidratación salada. Simple. ¿No?

  • Desintoxicación: Mito moderno. El cuerpo se desintoxica solo. Confía, o no.

  • Sodio: Necesario, sí. Demasiado, no. Equilibrio, supongo. Como todo.

  • Presión arterial: Subidas repentinas, consecuencias lentas. El tiempo pasa, factura.

  • Corazón: Órgano vital, descuidos fatales. Un latido perdido, una vida.

  • Mi abuela: Decía que la sal cura todo. Falleció de un infarto, irónico.

  • Insuficiencia cardiaca: Bomba que falla. Reparación compleja, a veces imposible.

  • Infarto: Dolor. Muerte. Fin. La vida es eso, al final.

  • Agua y sal en ayunas: Hay cosas peores. O no. Depende de a quién le preguntes.

¿Qué pasa? Hipertensión, problemas cardiacos. Quizá la muerte. Eso pasa.

Información adicional:

El sodio regula el volumen sanguíneo y la presión arterial. Pero los riñones deben filtrar el exceso. Sobrecarga renal, hipertensión, problemas cardiovasculares. Un ciclo.

  • La sal marina, sal rosa del Himalaya… siguen siendo sal.

  • ¿Alternativas? Agua. Sin más.

¿Qué pasa si tomo un vaso con agua con sal todos los días?

Uf, lo del agua con sal… te cuento mi movida.

Tomar agua con sal todos los días puede hacerte retener líquidos, hincharte y engordar.

A ver, en 2024, en pleno verano, me dio por la tontería de hacerme un detox casero. Ví un video en TikTok de una tipa que juraba que el agua con sal te limpiaba el colon y te hacía adelgazar. Yo, ilusa, pensando en el bikini y tal, me lancé.

Primer día, un vaso de agua tibia con una cucharadita de sal. Puaj, ¡qué asco! El sabor era horrible, como beber agua de mar aguada. Pero bueno, pensé, “no pain, no gain”.

Segundo día, igual. Tercero… ya me empezaba a sentir rara. Como hinchada. Como si me hubiera comido un lechón entero. Y no había adelgazado ni un gramo, ¡ni medio!

  • Mis tobillos parecían morcillas.
  • El anillo no me entraba.
  • La báscula, en vez de bajar, ¡subía!

Y no entendía nada. ¿Dónde estaba mi “detox”? ¿Dónde estaba mi “vientre plano”?

Al final, fui al médico. Menos mal que me dio un toque. Me dijo que lo que estaba haciendo era una burrada. Que el agua con sal, en vez de limpiar, me estaba deshidratando y haciendo retener líquidos como una esponja. Y claro, por eso me veía hinchada y había engordado.

La verdad, me sentí idiota. Menos mal que lo dejé a tiempo. Ahora solo tomo agua normal, ¡y estoy mucho mejor! Aprendí la lección: no creas todo lo que ves en TikTok.

¿Cómo se toma el agua de mar y para qué sirve?

¡Agua de mar! ¿Para qué sirve esa cosa? Ay, me da un poco de grima, la verdad. Pero bueno, dicen que es bueno, ¿no? Para reponer electrolitos, eso sí que lo he oído. Después de correr los 10k de este domingo, ¡uf, qué sed! Quizá lo pruebe…

Dos litros al día, ¡menuda cantidad! ¿Será mucho? Tres partes de agua dulce por una de mar… ¿o era al revés? ¡Qué lío! Tengo que apuntarlo en mi libreta, ¡siempre me olvido de las proporciones! Será mejor que lo anote en mi calendario digital para acordarme mañana.

Hidratación, eso es importante, ¿no? Sobre todo con este calor infernal de 2024. Aunque, ¿no será demasiado salado? Me acuerdo de mis vacaciones en la playa, ese sabor… ¡ay! Para batidos… ¡qué original! Nunca se me habría ocurrido. Igual le añado zumo de limón. Si le echo menta, ¿quedará mejor?

Minerales, sí, eso también, ¡es vital! Pero… ¿qué minerales concretamente? ¿Magnesio? ¿Potasio? Debería informarme mejor. ¡Qué pereza! Mejor lo busco mañana en internet. Mañana sí que sí.

  • Preparación: 1 parte agua de mar + 3 partes agua dulce.
  • Consumo: Hasta 2 litros diarios.
  • Usos: Hidratación, reposición de minerales.
  • Nota: ¡Recordar usar agua de mar limpia! Me lo dijo mi abuela.

¡Cuidado con el sodio! Eso es lo que más me preocupa. Tendré que controlar la presión arterial, a ver si me afecta. Es que mi presión es un poco alta últimamente, y ya sabes… Mi médico me dijo que la controla de cerca.

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