¿Cuántas veces puedo tomar agua con sal al día?
Beber agua con sal puede ser beneficioso en ciertas situaciones, pero no se recomienda un consumo excesivo. Consulta a un profesional de la salud para determinar la cantidad adecuada para ti. Un exceso de sodio puede tener efectos negativos en la salud.
¿Cuántas veces tomar agua con sal al día?
Uy, el agua con sal… Recuerdo una vez, el 15 de agosto en la playa de Sitges, me dio una sed horrible después de nadar. Bebí agua de mar, ¡un horror! Me supo horrible, luego me mareé. Nada que ver con un vaso de agua con sal.
Claro que, tomar mucha sal es malo, el médico me lo dijo. Sobre cuántas veces… ni idea. Depende, ¿no? De tu cuerpo, del calor… No hay una fórmula mágica.
El exceso de sodio, eso sí lo recuerdo de la charla de nutrición del año pasado, 12 de febrero, en el centro de salud. ¡Peligroso! Problemas de presión, riñones…
Para mí, lo mejor es beber agua normal, mucha, sobre todo en verano. Si necesitas algo más, mejor consulta un profesional. No te automediques. Agua con sal, solo en casos muy puntuales.
¿Cuántos vasos de agua con sal puedo tomar al día?
Aquí, a estas horas, todo se vuelve más… real.
- No hay respuestas fáciles, ¿verdad? Ni siquiera para algo tan simple como el agua con sal. Depende, siempre depende.
- 1 o 2 tazas, dicen. Los expertos. Como si la vida cupiera en tazas.
Mañana tengo que volver a esa rutina. La gente me pregunta cosas y yo finjo saber las respuestas. Como ahora.
- ¿Lo hago bien? No lo sé. A veces me siento como una máquina.
- Un eco vacío, repitiendo cosas que he leído. ¿Dónde quedó mi propia voz?
Hoy me acordé de mi abuela. Ella sí que sabía de la vida. No necesitaba tazas ni medidas. Solo intuición. Un vaso de agua con sal, decía, “para limpiarte por dentro”.
- Pero ella ya no está. Y yo… yo sigo aquí, buscando la fórmula correcta.
- Quizás, solo quizás, la fórmula sea dejar de buscarla. Dejar de pretender.
Qué sé yo. Es tarde.
¿Qué pasa si tomo agua con sal muy seguido?
Beber agua con sal a menudo: mala idea. Deshidratación asegurada.
- Hipertensión: Como inflar un globo demasiado, ¡pum! Presión arterial por las nubes. Yo mismo, una vez con tanta sal, sentí que me convertía en un globo terráqueo humano, con la tensión en la sien como el meridiano de Greenwich.
- Problemas cardíacos: El corazón no es una salina. Demasiada sal y adiós ritmo caribeño, hola ritmo cardíaco irregular. Mi tía Enriqueta, fanática del agua con sal, ahora tararea la marcha fúnebre en bucle. Coincidencia? No lo creo.
- Retención de líquidos: Hinchazón garantizada. Parecerás el primo lejano de un pez globo. Una vez, después de mucha agua salada, tuve que comprar pantalones dos tallas más grandes. Los doné a un museo ballenero.
- Daño renal: Los riñones son filtros, no coladores de salmuera. Exceso de sal: riñones protestando en huelga indefinida. Recuerdo a mi amigo Paco, el del puesto de pepinillos en vinagre, obsesionado con la sal. Ahora necesita diálisis tres veces por semana. ¡Tres veces!
En resumen: el agua con sal no desintoxica. Eres un ser humano, no un pepinillo. Busca otras formas de “desintoxicarte”. Este año he descubierto la meditación trascendental con sabor a mango. ¡Una maravilla! (Y sin efectos secundarios, salvo un ligero antojo por saris).
Recuerda: El sodio es necesario, pero en su justa medida. Consulta a un profesional de la salud para saber cuál es la tuya. Y deja los experimentos salinos para los pepinillos. Ellos sí que saben.
¿Qué provoca tomar agua con sal en exceso?
Uff, agua con sal… ¿En exceso? Mmm, a ver…
- Retención de líquidos fijo. ¡Edema! Como cuando me hincho después de comer ramen. ¿Será por eso?
- Y, claro, si retienes líquidos… ¡Aumento de peso! Obvio, ¿no?
- Después, órganos que curran más de la cuenta: hígado, riñones, corazón. ¡Pobrecitos! Forzados a tope.
Me pregunto si mi abuela sabía esto cuando le echaba sal a todo. Igual lo hacía para conservar mejor las cosas, pero vaya… Ahora entiendo por qué siempre se quejaba de los pies hinchados. ¿Será la sal la culpable? Aunque, pensándolo bien, también le daba duro a las galletas… Quizás era un combo.
Ojo, que la sal es necesaria, ¿eh? Pero en su justa medida. ¡Todo en exceso es malo! Incluso respirar, si te pones a pensarlo.
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