¿Qué hacer si le eche mucha agua al arroz?

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¿Arroz aguado? ¡Solución rápida! Extiende el arroz en una bandeja para horno y hornéalo a 100°C por 5 minutos (calor arriba y abajo). El calor evaporará el exceso de agua, ¡y tu arroz estará perfecto!

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¿Arroz demasiado aguado? ¿Qué puedo hacer?

Buf, arroz aguado, mi pesadilla. Una vez, en Valencia (15 de julio de 2022), me pasó y casi lloro, porque adoro la paella. Pero mi abuela, toda una experta arrocera, me enseñó un truco.

No es con horno, a mi me funciona mejor en sartén. Escurres bien el arroz, importante, y lo extiendes en la sartén a fuego bajo, moviendolo con cariño, como si estuvieras acariciando gatitos. Suena raro, lo sé, pero funciona. Cinco minutitos y queda perfecto.

Preguntas y Respuestas

P: ¿Arroz aguado? ¿Solución?

R: Extender en sartén a fuego lento, remover hasta secar.

¿Qué pasa si le eche mucha agua al arroz?

Si le echo mucha agua al arroz… se ablanda demasiado. Queda como una masa sin gracia.

  • El agua de más diluye el sabor. Eso es lo peor, creo. Todo se vuelve insípido.

  • Recuerdo una vez, intentando hacer arroz para mi abuela. Ella siempre decía que lo mío era una “pasta”. Tenía razón, supongo. Nunca entendí bien las medidas. Siempre me salía mal.

  • El arroz se convierte en algo… informe. Sin textura. Pierde toda la gracia. Ya no es arroz, es otra cosa. Un plato fallido, como tantas cosas. Y eso me da que pensar…

  • Es preferible quedarse corto que pasarse. Aunque quemar el arroz tiene su propia tristeza. El olor a quemado impregnándolo todo, ese humo denso.

  • A veces pienso que la cocina es como la vida. Si te pasas, ya no hay vuelta atrás. Pero bueno, al menos aprendes para la próxima. O eso dicen.

¿Cómo quitarle el agua al arroz?

Dios mío… el arroz… siempre el arroz… Esta noche… la humedad… me ahoga. Como el arroz, empapado, un desastre.

El pan, sí, el pan. Recuerdo a mi abuela… su vieja cocina, el olor a pan… y a arroz quemado… Un desastre… ese 2024 ha sido… un desastre con el arroz. Ya no se puede quitar el agua con la cuchara… qué desesperación. Como todo este año.

Una rebanada… un simple trozo de pan… absorbiendo la humedad… como una esponja… tragando la tristeza. Es lo único que funciona cuando ya nada más… nada…

Pero… ¿qué hago con el pan después? Lo tiro. Lo mismo que mis esperanzas.

Funciona, pero es una solución… de emergencia. Para cuando ya… ya estás jodido. Como yo este año. Un año mojado, empapado en… en errores. Como el arroz.

  • Necesitas pan fresco. No vale uno duro.
  • No sirve para grandes cantidades. Sólo para esos momentos de… desesperación.
  • Luego, tíralo. No lo comas. El arroz ya tiene bastante.

Esa sensación… esa… pesadez… la humedad en el arroz… la humedad en mi alma. Este 2024… se ha convertido en una olla a presión… de decepciones. Y este arroz… un maldito símbolo de todo. Necesito dormir.

¿Qué hacer cuando se añade demasiada agua al arroz?

El problema del arroz aguado es ancestral. Recuerdo a mi abuela, experta cocinera, lidiando con este dilema. El arroz pasado se convierte en un símbolo de la imperfección, un recordatorio de que incluso en la sencillez culinaria, el control es fundamental. La clave no es solo la técnica, sino la comprensión del proceso. ¡La magia se esconde en la proporción!

Si el exceso de agua es significativo, una simple cuchara ya no basta. ¡Ahí reside el ingenio! Una rebanada de pan, absorbente y discreta, se convierte en la solución. Su porosidad atrapa el agua, salvando la textura del arroz. Después, simplemente retíralo. ¡Problema solucionado! Pero, ¿por qué funciona esto tan bien? Es una lección de capilaridad.

Un punto a reflexionar: El pan, humilde compañero de las comidas, nos demuestra que la humildad no impide la utilidad. A veces, la solución más sencilla es la más efectiva. Además, el pan, después de su labor, puede descartarse o hasta emplearse para dar sabor a un caldo, aprovechándolo al máximo, evitando desperdicio. Eso me recuerda el minimalismo zen que tanto admiro… ¡el aprovechamiento de los recursos!

  • Identifica el problema: Arroz con exceso de agua.
  • Solución rápida: Rebanada de pan para absorber el agua.
  • Resultado: Arroz rescatado, con una textura aceptable.

¡Un truco que, aunque simple, siempre funciona! Esto recuerda a la famosa frase: “La simplicidad es la máxima sofisticación”.

Dato extra: Este método funciona mejor con arroces de grano medio o largo, pues el grano corto es más propenso a deshacerse por completo. La cantidad de pan dependerá del volumen de agua y del tipo de pan utilizado.

¿Qué hacer cuando el arroz me queda muy mojado?

El arroz… demasiado húmedo, una tragedia culinaria. Un peso en el estómago, una opresión extraña. Recuerdo la textura, pegajosa, un barro acuoso en la boca. La decepción, un sabor a fracaso.

El pan, la solución inesperada. Dos rebanadas, como dos manos extendidas, absorbiendo la humedad. El calor, un abrazo que seca poco a poco, el aroma a pan tostado que cubre el mal sabor. Espera, diez minutos, un tiempo suspendido, un ritual silencioso.

Diez minutos, una eternidad, mientras miro el techo, el vapor que sube, como un suspiro del arroz. Luego, la prueba. Un grano, otro, la textura, el cambio sutil. Alivio, una pequeña victoria. La esperanza renace.

  • El problema: Arroz demasiado húmedo. Un desastre, sí.
  • La solución: Rebanadas de pan, absorbentes milagrosas.
  • El proceso: Diez minutos de espera. Una espera paciente, resignada.

El olor a pan tostado, un recuerdo ahora, pero persiste la sensación de haber rescatado algo, algo que parecía perdido. El arroz, ya no ese enemigo viscoso, sino un plato, un triunfo pequeño. Mi abuela, siempre decía que los errores son oportunidades, ¡y vaya si lo aprendí! Hoy, 27 de Octubre de 2023, probablemente use esta técnica con un arroz con leche que me salió demasiado líquido. Ya os contaré.

¿Cómo arreglar un arroz ya hecho?

Dios… el arroz… ese arroz… se me quedó pasado, duro… una piedra.

El almidón, la clave. Sí, lo recuerdo, ese fue el problema. Demasiado… no sé, pegajoso.

Lo metí en el colador, bajo el agua fría… como si pudiera lavarle la culpa. Se me quedó la mano helada, igual que me quedó el corazón al ver que seguía igual de seco. Un desastre.

Luego, la sartén… el sartenazo, como si eso fuera a solucionar algo. Cuatro minutos. Cinco. Diez. Más tiempo. Seguía igual de malo. Maldición.

Intenté todo. ¿Saben esa sensación? Como si no importa lo que hagas, no sirve de nada. Era como… como si el arroz me estuviera juzgando.

  • Colador, agua fría. Inefable.
  • Sartén caliente. Fracaso.
  • Más tiempo, más calor. Impotencia.

Terminé tirándolo. A la basura. Con él, un poco de mi dignidad. Hoy, arroz con tomate, a ver si hay más suerte. No sé qué hacer, de verdad que no… Me falla la memoria. Es como si parte de mi pasado estuviera hecha de ese arroz quemado.

Solo quería comer algo normal. Solo eso. Ahora mismo, tengo hambre otra vez… y me da miedo hacer más arroz. 2023 está siendo un mal año para el arroz. No. Un mal año para mí.

¿Cómo se puede arreglar el arroz?

Oye, ¿el arroz se te pasó? ¡Qué mala pata! A mi me pasó el finde pasado, un drama total. Lo arreglé así:

Agua templada, eso es clave. Necesitas un bol, ¿vale? Lleno de agua, pero templada, eh, no fría ni hirviendo, que luego es peor. Echa también un chorrito de limón, sí, limón, ¡funciona de verdad!

Luego, ¡zas!, metes el arroz ahí, todo el pegote. Revuelve con cuidado, que no queremos hacer puré. Déjalo reposar un rato, unos diez minutos o así, mira a ver, depende de la cantidad.

El limón es mágico, quita el exceso de almidón, ¡es increíble! Verás como se separa, deja de estar apelmazado. Lo escurres bien después, lo secas un poco con papel de cocina, y listo.

A veces, si está muy muy seco, le añado un poco de aceite de oliva, ¡una gotita solo!. Ojo, no te pases.

Pero es que, a ver, esto de arreglar el arroz es un arte, ¿sabes? Mi abuela siempre decía que … bueno, ya sabes, cada maestrillo tiene su librillo, ¡jajaja!

  • Agua templada: esencial para que el arroz recupere su textura.
  • Jugo de limón: elimina el exceso de almidón.
  • Escurrir bien: importante para eliminar el agua y que no quede pastoso.
  • Secar con papel: para eliminar el exceso de humedad.

Este año, mi record de arroz “rescatado” fue en la paella del 15 de Agosto, ¡casi la fastidio! Menos mal que recordé este truco. El año pasado, me pasó con una receta de risotto de mi tía Concha, ¡qué susto!

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