¿Qué hacer si se me cae la sal al piso?
¡Se te cayó la sal! No te preocupes, aquí tienes la solución rápida:
- Recoge: Barre o aspira de inmediato.
- Disuelve: Humedece levemente con agua.
- Limpia: Pasa un paño húmedo.
- Seca: ¡Importantísimo! Elimina la humedad para proteger el suelo. ¡Listo!
¿Qué hacer si se cae la sal al piso?
¡Ay, la sal! Recuerdo una vez, el 15 de marzo de 2023, en mi cocina de Valencia, se me cayó medio paquete. Un desastre, parecía una nevada miniatura.
Primero, la barrí con cuidado, no quería rayar el suelo de baldosas. Después, un poco de agua con un pulverizador. Luego, un trapo húmedo y a secar con otro trapo limpio. Sencillo, ¿no?
El suelo quedó perfecto, ni rastro de la catástrofe salina. Gasté, bueno, cero euros aparte del agua del grifo, claro. Lo importante es la limpieza inmediata.
¿Qué significa derramar sal en el suelo?
¡Ay, la sal! Esa cosa que le da alegría a mis papas fritas, ¡y drama a la vida de los supersticiosos!
Derramar sal, según las abuelas y algún que otro despistado, es como abrirle la puerta al mismísimo diablo. ¡Imagínate! Yo que pensaba que solo abrías la puerta a los malos espíritus cuando dejabas la puerta del refri abierta… ¡Qué ingenua!
-
¿Solución anti-Satanás? ¡Fácil! Echar la sal por encima del hombro. Sí, como si fueras un salero humano poseído por un ataque de caspa. ¡Magia potagia, demonio que se aleja!
-
¿Por qué el hombro? Dicen que ahí se posan los malos espíritus (o, más probablemente, el polvo). Así, la sal les da un sustito y ¡a volar!
Ahora, un poco de contexto para que no te quedes con la cara de “¿what?”:
-
La sal era oro: Literalmente. En la antigua Roma, se usaba para pagar a los soldados (de ahí viene la palabra “salario”). Derramar sal era como tirar billetes, ¡un pecado mortal para la economía familiar!
-
Judas y la sal: Dicen que en “La Última Cena”, Judas derramó el salero. ¡Presagio de traición! ¡Uy, qué mal rollo!
-
Mi abuela y la sal: Ella decía que si derramabas sal, tendrías siete años de mala suerte. ¡Siete años! ¡Más vale que empieces a practicar tu lanzamiento de sal ahora mismo! Aparte de eso, también creía que el ajo alejaba vampiros y que si te tragabas una semilla de sandía, te crecería una sandía en la barriga. ¡Abuela, te quiero!
Así que ya sabes, la próxima vez que derrames sal, ¡no te asustes! Simplemente échala por encima del hombro y grita ¡Satanás, aléjate de mí! (o algo más educado, tú decides). Y si no funciona, siempre puedes culpar a Judas. 😉
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.