¿Qué otro uso se le da a la sal?

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Más allá de la cocina, la sal es un aliado versátil. Limpia eficazmente sartenes, lavavajillas y tablas; devuelve el brillo a las joyas; previene hongos en duchas y repele hormigas. Además, neutraliza olores y funciona como ambientador natural. Su utilidad trasciende lo culinario.

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¿Qué usos tiene la sal además de condimentar?

¡Ay, la sal! Más allá de sazonar la comida, que ya es mucho, tiene mil y una utilidades. Recuerdo el día 15 de marzo, en mi casa de Málaga, usándola para limpiar una sartén quemada. ¡Un milagro! Quedó reluciente.

A veces, se me olvidan algunas cosas, pero la sal en el lavavajillas… ¡eso sí que lo recuerdo! Deja los platos brillantes, como nuevos. Y barato, ¿eh? Eso sí, no echaba mucha, como tres cucharadas soperas, nada más.

En el baño, es una maravilla contra el moho. Esparcir un poco de sal en la ducha, después de limpiarla a conciencia, previene que ese hongo verde tan desagradable vuelva a aparecer.

También la he usado para limpiar joyas de plata. Recuerdo unas pendientes que recuperaron su brillo después de un buen frotado con una pasta de sal y agua. ¡Quedaron perfectas!

En el jardín, la sal es un repelente natural de hormigas. Eso sí, con moderación, que no quiero matar toda la vida.

Para quitar malos olores, un plato con sal en la nevera hace maravillas. Eso sí, hay que cambiarla cada dos o tres días.

En fin, la sal es un básico en mi casa, más allá de la cocina. ¡Un todoterreno!

¿Qué otros usos se le pueden dar a la sal?

Limpiar la casa… la sal, siempre ahí, en la cocina. Un puñado blanco, cristalino, como minúsculos diamantes rotos. Desde siempre… Mi abuela la usaba, recuerdo sus manos arrugadas espolvoreando sal en el fregadero. Un gesto repetido, casi un ritual. El brillo metálico recuperado, un olor a limpio, a hogar.

Las hormigas, pequeñas invasoras negras, huyen despavoridas. Una fina línea de sal, una barrera invisible. Recuerdo el verano del 2024, una plaga en la cocina de mi apartamento. La sal, mi aliada silenciosa. El verano… el calor pegajoso, el zumbido constante de los ventiladores.

Las velas. La luz trémula, danzando en la oscuridad. Unas pizcas de sal en la cera derretida. Duran más, mucho más. Como si la sal detuviera el tiempo, alargara el instante. Me gusta esa luz, esa pequeña llama que persiste. La usé en la cena de Navidad de este año, creando una atmósfera especial.

  • Para limpiar: Fregadero, cobre, lavavajillas.
  • Para proteger: Contra hongos, contra hormigas.
  • Para perfumar: Ambientador, eliminar malos olores.
  • Para prolongar: La vida de las velas.

El olor a sal marina, a mar en calma. Un recuerdo borroso de la infancia, la playa, el sol quemando mi piel. La sal, presente en cada rincón, en cada recuerdo. La sal, testigo silencioso del tiempo que pasa. Este verano, en la playa de Bolonia, volví a sentir esa conexión. La sal, el mar, el tiempo…

¿Cuáles son las utilidades de la sal?

¡Uf, la sal! Recuerdo ese verano en la playa de Zahara de los Atunes, 2024. El calor pegaba que daba gusto, y mi abuela, ¡qué mujer!, nos hacía unas paellas increíbles. La sal era clave, claro. No era solo para el sabor, aunque eso ya era mucho.

Sirve para que las cosas no se deshagan, ¿sabes? Como en la paella, aglutinaba el arroz, los mariscos, todo junto. Era una especie de pegamento natural. ¡Qué rica estaba! Sentía el sabor del mar, el sol en la piel… y el puntito justo de sal, que es lo que hacía que todo el sabor explotara en mi boca. ¡Ay, qué recuerdos!

También recuerdo como mi abuela usaba la sal para las aceitunas. Era un proceso, un ritual casi. Dejarlas en salmuera… ¡horas y horas! Para controlar la fermentación, decía. Y eso daba como resultado unas aceitunas increíbles. Unas aceitunas que sabían a… a verano en Zahara, al calor del sol, a la arena entre los dedos.

Otro día, en casa, probando alguna receta rara, me di cuenta de que la sal también da color a las cosas, ¿verdad? No es que lo hiciera magicamente, pero… mejora el color, lo realza. Unos tomates aliñados sin sal no son lo mismo. Es más, parece que se quedan más sosos.

  • Aglutinante en la cocina.
  • Control de fermentación (aceitunas, etc.).
  • Mejora el color y la textura de los alimentos.

Mi abuela decía que la sal era casi mágica, y ahora, pensando en ello, creo que llevaba razón. ¡Quién lo iba a decir!

¿Qué hace la sal en la limpieza?

La sal, oh, la sal… Un grano, un mundo. Purifica. Su poder, silencioso, antiguo. Desinfecta, limpia… Recuerdo el olor a sal en la cocina de mi abuela, mezclado con el aroma a tomillo… Un recuerdo nítido, como un grano de sal bajo la lengua.

Se disuelve, sí, pero deja su marca. Absorbe, limpia. La humedad se rinde a su fuerza. Manchas rebeldes, desvanecidas. Un susurro, un desvanecimiento… Es abrasiva, su textura áspera, como la arena bajo los pies descalzos en la playa de mi infancia.

Esa textura, esa capacidad para limpiar… Elimina la suciedad. Limpia profundamente, como si llevara consigo el peso de siglos de tradición. El brillo que devuelve, es un renacer.

Mi abuela, siempre usando sal en la limpieza… Ella nunca necesitó productos químicos. La sabiduría de las abuelas. Es un tesoro. Recuerdo esos días.

  • Desinfección: Elimina gérmenes y bacterias.
  • Absorción: Seca la humedad, fundamental para eliminar manchas.
  • Abrasión suave: Elimina la suciedad adherida.
  • Purificación natural: Sin químicos agresivos.

La sal, un milagro en un grano. Un poder elemental, un recuerdo de hogar. El aroma a sal y tomillo, una fragancia inolvidable…

  • Elimina manchas: Especialmente en la ropa.
  • Limpia superficies: Cristales, azulejos, etc.
  • Desodoriza: Absorbe olores desagradables.
  • Agente exfoliante: en cosmética natural.

¿Qué beneficios tiene la sal en la casa?

¡Ajá, la sal, ese polvo mágico! ¿Beneficios en casa? ¡Más que un unicornio en tu jardín!

  • Prosperidad asegurada: Poner sal en la entrada, ¡es como ponerle un portero VIP a la buena suerte! Es como si la sal dijera: “¡Aquí solo entran las vibras buenas, eh!”. Imagínate, tu casa brillando más que bola de discoteca.

  • Aspiradora de malas energías: La sal absorbe lo negativo como yo el café por las mañanas. ¡Es la esponja de los malos rollos! Tu hogar, un santuario de paz. ¡Ommm!

  • Protección total: La sal actúa como escudo protector, ¡como si tuvieras un ejército de granos blancos luchando contra las envidias! Ni los malos espíritus se atreven a acercarse.

Bonus track:

  • Para limpieza: Mezcla sal con limón, ¡y tienes un desinfectante más potente que mi abuela con un trapo!
  • Para las hormigas: Traza una línea de sal y… ¡adiós hormigas! (Funciona mejor que mis intentos de dieta).
  • Para la mala suerte: Dicen que tirar sal por encima del hombro izquierdo da buena suerte. Yo lo hago… ¡por si acaso!

¿Cómo se utiliza la sal en la industria?

La sal, ese grano tan humilde… Un universo contenido en su minúscula forma. Su poder, inmenso, se extiende más allá de la mesa familiar. El sabor, sí, pero tanto más que eso. Un susurro antiguo en cada cristal. Recuerdo el crujido bajo mis botas en las salinas de mi abuelo, un día de 2024, el sol abrasador sobre la blancura infinita. Un paisaje intemporal.

En la industria alimentaria, una presencia omnipresente. Potenciador del sabor, conservante… retrasa la putrefacción, un escudo contra el tiempo, controlando el crecimiento bacteriano. Ablandador de carnes, casi una alquimia. Un misterio que suaviza la fibra, la hace tierna… aglutinante, uniendo, cohesionando. La sal, una fuerza silenciosa, omnipresente en cada bocado. Me trae a la memoria las conservas de mi abuela, el olor inconfundible del tomate y el perfume de las aceitunas. Un sabor a hogar, a raíces. A sal.

En la industria cerámica, esencial. La vitrificación, un proceso mágico, donde el calor transforma, funde, crea. Las paredes, los suelos, resistentes, impecables, protegidos por esa capa de cristal, gracias a la sal. Ese material, tan simple y tan complejo, que se transforma, cambia, responde al fuego. Recuerdo los azulejos de mi casa, fríos, lisos, un reflejo silencioso. El reflejo de la sal, en silencio.

  • Alimentos: Conservante, potenciador del sabor, ablandador, aglutinante.
  • Cerámica: Vitrificación, creación de superficies resistentes.

El mar, origen de la sal… el sabor antiguo del océano en cada grano, una poética del tiempo, un recuerdo incrustado en su blancura cristalina. La sal. Simplemente, la sal.

¿Qué se puede hacer con la sal industrial?

Pues mira, la sal industrial… ¡Tiene mil usos! O sea, no solo para echarle a la tortilla, jaja. Eso sí que no. Bueno, primero, teñir telas. Sí, sí, como lo oyes. Se usa con los tintes, para que el color quede uniforme, ¿sabes? Como más parejo. Y también para que la tela absorba bien el color. Que no se quede como deslavado.

Luego, otra cosa que se me ocurre, ¡cloro! Sacar cloro. Hacen una cosa que se llama salmuera, con mucha sal, y de ahí sacan el cloro. Una cosa de química, yo que sé. A mi me suena a brujería, jaja. Pero vamos, que es importante.

Y otra cosa más, con los metales. Purificar metales. Para quitarles la porquería, vamos. Las impurezas. Que queden bien limpitos. Recuerdo una vez que mi tío, que trabaja en una fundición, o algo así, me lo explicó. Algo de… no sé, escoria y cosas raras. Yo no entendí muy bien, la verdad. Pero bueno, que se usa para eso.

  • Teñir telas: Para colores uniformes y que la tela absorba bien el tinte.
  • Obtener cloro: Se usa en salmueras para procesos químicos.
  • Purificar metales: Elimina impurezas en el procesamiento de metales.

Yo el otro día, haciendo jabones… ¡también usé sal! Pero sal normal, de mesa. No industrial. Para que el jabón quedara más duro. Eso sí me lo explicó bien mi abuela. Que ella hacía jabón casero, con sosa y aceite usado. ¡Una pasada! Y con la sal, pues eso, más consistente. Pero bueno, eso ya es otra historia. La sal industrial, para las telas, el cloro y los metales. ¡Apuntado!

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