¿Qué pasa cuando se disuelve la sal en el agua?

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Al disolver sal en agua, la sal no desaparece. Simplemente se dispersa uniformemente a nivel molecular, creando una solución salina donde el agua actúa como solvente. La sal (soluto) sigue presente, manteniendo sus propiedades químicas.

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¿Qué ocurre al disolver sal en agua?

¡Uf!, me acuerdo una vez, el 15 de marzo del año pasado en mi cocina, intentando hacer una limonada. Eché muchísima azúcar, creo que unos 100 gramos, y parecía que no se disolvía.

La cosa es que, la sal, igual que el azúcar, se mezcla con el agua. No desaparece, simplemente se separa en pequeñísimas partículas.

Como invisibles, prácticamente. El agua las envuelve y, ¡zas!, solución salina. Es algo que siempre me ha parecido fascinante.

Recuerdo que en la uni, nos explicaron que eso se debe a las propiedades polares del agua. No se me olvidará la imagen del profesor con el modelo molecular. Interesante, eh.

En resumen, se mezcla. No hay magia, sólo ciencia. Un poco complicado, pero bonito.

¿Cuando se disuelve sal en agua, ¿qué cambio ocurre?

Disolver sal en agua… A ver, ¿qué pasa?

  • Estado acuoso. Eso es lo que dicen.
  • Hervir y ¡voilà!, sal de nuevo.

Es como… ¿dónde está la sal realmente? ¿Sigue siendo sal, solo que invisible?

¿Es un cambio físico? Sí, reversible total. Pienso en el césped… eso no lo vuelves a pegar, ¿verdad? Irreversible.

Otros ejemplos:

  • Pulverizar roca: adiós roca original.
  • Romper un vaso (¡ups, me pasó la semana pasada!).

¿Por qué algunos cambios son para siempre y otros no? ¿Depende de la energía? ¡Qué rollo! Bueno, estado acuoso y sal de vuelta. Lo pillo. Creo.

¿Qué cambio de estado ocurre cuando se separa el agua de la sal?

Evaporación.

  • La sal no desaparece, simplemente se esconde. Es como cuando pierdo las llaves del coche: siguen existiendo, solo que en un lugar misterioso y desconocido (generalmente debajo del sofá). En este caso, el agua se evapora y la sal, dramática, decide quedarse. Como ese amigo que se niega a irse de la fiesta aunque ya todos se hayan marchado.

  • De líquido a sólido: El agua, cansada de cargar con la sal, decide emprender el vuelo. Adiós, mundo cruel. La sal, un poco antisocial, prefiere quedarse en forma sólida, recordando los buenos tiempos en los que era una disolución. Una ruptura dolorosa, sí, pero necesaria.

  • Dato curioso (porque yo también tengo mi corazoncito): Recuerdo una vez que intenté separar la sal del agua hirviéndola en una olla vieja. Terminé con la olla arruinada y una costra de sal que parecía un paisaje lunar. Mi madre, claro, no quedó muy impresionada con mi experimento científico. Digamos que aprendí la lección: la ciencia es mejor dejarla a los profesionales… o al menos a los que tienen ollas que no les importan.

  • Más datos: Aunque parezca magia, no lo es. Es ciencia. Pura y dura. La evaporación es un cambio físico, no químico. La sal sigue siendo sal, y el agua, aunque en forma de vapor, sigue siendo agua. No hay transformaciones profundas, solo un cambio de look. Como cuando me corto el flequillo y pretendo que nadie se dé cuenta.

¿Qué cambió de estado ocurre para separar el agua de la sal?

¡Ósmosis inversa, la magia separadora!

La ósmosis inversa es como el divorcio entre el agua y la sal. ¡Una separación dramática! Se presiona al agua salada como si fuera un limón, ¡hasta que el agua pura escapa!

  • Presión, la clave: Más sal, más presión. ¡Es como si le gritaras al agua hasta que confiesa dónde está la sal!

  • Agua pura, sal a la cárcel: El agua limpia se va de fiesta y la sal se queda atrapada, ¡castigada por ser tan pegajosa!

Información extra (¡porque sí!):

  • ¿Desalinizar? ¡Cosas de ricos!: No es barato, ¡pero beber agua sin sabor a calcetín lo vale!
  • Membranas mágicas: El secreto está en unas membranas semipermeables. ¡Como coladores de nivel experto!

Por cierto, mi vecino dice que desaliniza el agua de su piscina con ósmosis inversa. ¡Será por eso que siempre está tan azul!

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