¿Cómo se le sube el sodio a una persona?

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Para subir el sodio, consume sal y alimentos con sodio de forma moderada. No los elimines por completo, son necesarios. Opta por sal yodada o marina, ricas en minerales, y potencia el sabor con hierbas, especias, limón o vinagre.

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¿Cómo aumentar el sodio en el cuerpo?

Ay, el sodio… Recuerdo perfectamente esa vez en el verano del 2021, en la playa de Cullera, Valencia, cuando me deshidraté. ¡Una auténtica pesadilla! El médico me recomendó aumentar mi ingesta de sodio, pero con cuidado, claro.

No es cuestión de echar sal a todo como una loca, ¿eh? Lo ideal es usar sal yodada, la verdad es que se nota la diferencia. Prefiero la marina, aunque es más cara (unos 3 euros el paquete de 500g en el Mercadona de mi barrio), tiene un sabor más… profundo.

A veces añado un toque de limón o un poco de romero a las comidas; le da un toque especial y así no necesitas tanta sal. ¡Mucho mejor que los típicos cubitos de caldo!

¿Cómo aumentar el sodio? Con moderación, usando sal yodada o marina, y potenciando el sabor con especias y cítricos.

¿Qué aumenta los niveles de sodio?

El sodio, ese travieso mineral que a veces se nos sube a la cabeza (¡literalmente!), tiene una afición por escalar posiciones en nuestro organismo. ¿Culpa de quién? Bueno, de unos cuantos sospechosos habituales:

  • La sal, la muy descarada: Ya lo decía mi abuela: “Hija, con la sal, poquito a poquito”. Y es que abusar de ella (y de los alimentos procesados, sus cómplices) es como invitar a una banda de rock a un concierto privado en tus riñones. El sodio se emociona y ¡boom!, se dispara.

  • Deshidratación: El espejismo salado: Imagina un desierto. Todo seco, concentrado… Pues algo así le pasa a tu sangre cuando no bebes suficiente agua. El sodio, en lugar de nadar a sus anchas, se apiña como sardinas en lata. Un vaso de agua, ¡por favor!

  • Medicamentos: La farmacia secreta del sodio: Algunos fármacos, como los diuréticos (irónico, ¿verdad?) y los corticosteroides, tienen un pacto secreto con el sodio. Lo inflan como un globo, sin que te des cuenta. ¡Cuidado con la letra pequeña de los prospectos!

  • Riñones rebeldes: Cuando los riñones, esos filtros maravillosos, deciden tomarse unas vacaciones (o peor, enfermar), el sodio se queda atrapado en el cuerpo. Es como un portero de discoteca que no deja salir a nadie.

  • Hormonas descontroladas (Cushing e hiperaldosteronismo): Aquí entran en juego las hormonas, esas pequeñas dictadoras que controlan nuestro cuerpo. El síndrome de Cushing y el hiperaldosteronismo, como buenos tiranos, ordenan al sodio que se quede, ¡y él obedece!

  • Corazón fatigado: Un corazón con insuficiencia congestiva es como un fontanero incompetente: el agua (y el sodio) se acumulan donde no deben. Un desastre, ¡vamos!

Pero no te asustes, no todo está perdido. Como decía mi otro abuelo (sí, tengo muchos): “Más vale prevenir que curar”. Así que, ¡ojo con la sal, a beber agua y a cuidar esos riñones!

Extra, ¡extra! Curiosidades saladas:

  • Sabías que el sodio no solo se encuentra en la sal de mesa, sino también en la salsa de soja, el glutamato monosódico (ese ingrediente “secreto” de la comida china) y hasta en algunos medicamentos efervescentes. ¡El sodio está en todas partes, como un espía!
  • El sodio es importante para el equilibrio de líquidos, la función nerviosa y muscular. Pero, como todo en la vida, en su justa medida.
  • Si tienes dudas sobre tus niveles de sodio, consulta a tu médico. Él sabrá darte el mejor consejo (y quizás hasta te cuente un chiste malo).
  • Recuerdo que este verano, después de comer muchas patatas fritas, me sentí tan hinchado que juré que me había convertido en una aceituna humana. ¡Desde entonces, modero mi consumo de sal!

¿Qué hacer cuando se te baja el sodio?

Hiponatremia. Un tema. Sodio bajo. Deshidratación, ¿o exceso de agua? La sangre, un río lento.

  • Reduce líquidos. Obvio. Como si fuera poco.

  • Diuréticos. Menos. O ninguno. Ya sabes.

Dieta. Control. Sal. Con moderación, claro. El cuerpo es sabio, pero… a veces se equivoca. La vida, un juego cruel. Mi propia experiencia? Un desastre. 2023, otro bajón de sodio. Hospital. Inyecciones. Un infierno.

El equilibrio es una ilusión. Busca ayuda médica. No te fíes de remedios caseros. Ya lo he vivido.

  • Ajustes en la medicación. Si tomas diuréticos, esto es crucial.
  • Monitoreo constante. Análisis de sangre. Lo sé bien. Lo he sufrido. Y mucho.

Todo es química. Simple. Complejo. La vida, un instante. ¿Y el sodio? Un simple mineral. Un detalle.

A veces, una dieta rica en sodio, no, no es suficiente. Depende.

La salud. Una responsabilidad. No un juego. O sí. A veces…

Nota personal: Mi hermano, 2023, hiponatremia severa. Casi lo pierde todo.

Recuerda: Consulta a tu médico. No te arriesgues. No eres inmortal.

¿Cómo se siente la falta de sodio en el cuerpo?

¡Ay, la falta de sodio! Te sientes como una croqueta rebozada sin sal, ¡triste y desabrida!

  • Fatiga: Estás más apagao que bombilla de feria, sin ganas de ná. Como si te hubieras corrido una maratón después de comerte un cocido, ¡pero sin la alegría del cocido!
  • Dolor de cabeza: Te martillea la cabeza como si un dj pusiera reguetón a todo volumen en tu cerebro. ¡Insoportable, vamos!
  • Inapetencia: Ni el jamón de Jabugo te entra por el ojo. ¡Imagínate la gravedad del asunto! Tu estómago está más cerrado que la puerta de un banco un domingo.
  • Debilidad muscular, espasmos o calambres: Te mueves como un robot estropeado, ¡todo a trompicones! Y los calambres te pillan desprevenido, como la guardia civil en una rave.

Y una cosa te digo, que yo una vez me pasé con una dieta detox de esas y casi acabo besando el suelo. ¡El sodio es como el alma de la tortilla de patata, imprescindible!

¿Qué alimentos aumentan el sodio?

¡Ay, qué mal cuerpo me dejó esa comida! Fue en julio, en la playa de Cullera, hacía un calor infernal. Comí un bocadillo de jamón york – ¡qué horror! – y luego unas patatas fritas de un chiringuito, esas de bolsa, super crujientes, pero con un sabor… raro. Después, una de esas sopas de sobre, para “aliviar” la sed.

El sodio, ese enemigo silencioso. Me dejó hinchada, con dolor de cabeza y sed constante. Sentía el corazón latiendo con fuerza. Esa noche no dormí bien, ¡qué pesadilla!

  • Carnes procesadas: El bocadillo fue el peor. ¡Jamón york, qué engaño!
  • Patatas fritas: Un clásico, sí, pero llenas de sal.
  • Sopas enlatadas: La “solución” para el calor, ¡vaya desastre!

Al día siguiente, me sentía fatal. Llegué a casa y busqué información. La culpa es del sodio. Mucho sodio. ¡Cuánto sodio! ¡Y ni siquiera lo sabía!

Productos con alto contenido de sodio:

  • Embutidos (chorizo, salchichón…)
  • Tocino
  • Jamón serrano (aunque en menor medida que el york)
  • Galletas
  • Pastelitos
  • Rosquillas
  • Verduras enlatadas

Ese análisis nutricional que añadiste… ¡ni lo miré! Solo recuerdo el malestar. Necesitaba agua, mucha agua. Ahora lo entiendo. Aprendí la lección a la fuerza.

¿Qué alimentos suben el sodio en la sangre?

¡Ay, el sodio! Me está dando vueltas la cabeza pensar en eso. Alimentos procesados, eso es la clave, ¿no? Como el pan de molde, que a veces es puro veneno. ¡Y la pizza! Uff, esa masa…

¿Recuerdas la pizza de anoche? La que comí en la pizzería cerca de casa, la de Pepe… ¡Qué rica! Pero, sodio, sodio por todas partes.

  • Pan de molde, sí, ese blanco…
  • Pizza, ya lo dije, ¿verdad? ¡Pero qué buena está!
  • Fiambres… esos embutidos… me encantan los fuets, el salchichón… ¡Alto contenido en sodio!
  • Queso… el cheddar, el manchego… ¡mmm! Un vicio. Más sodio.
  • Sopas envasadas, esas de sobre… ¡Un horror! Toda esa sal.
  • Comida rápida… Hamburguesas, patatas fritas… ¡Desastre! Más sodio.
  • ¡Y las cenas preparadas! Pasta con salsa boloñesa, pollo al horno con patatas… Todo es sodio, sodio, sodio.

Comida rápida, demasiado sodio. ¿Será que hay alguna opción más saludable? Necesito investigar eso.

¿Qué más? ¡Ah, sí! La sal, claro. Pero eso es obvio, ¿no? Es que se me olvida a veces. También hay que controlar el consumo de sal. Necesito controlarme. Este año me he prometido comer más sano…

Menos procesados, más natural. Es un objetivo complicado.

El problema es que estos días estoy muy liado con el trabajo y como mucho fuera de casa. ¡Qué pereza cocinar!

Lista rápida de culpables:

  • Embutidos ( jamón york, salchichas, etc)
  • Salsas (especialmente las envasadas)
  • Aperitivos (patatas fritas, frutos secos salados)
  • Conservas (atún, aceitunas…)
#Hipernatremia #Sal Alta #Sodio Alto