¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que una comida te haga daño?

32 ver

Las sobras refrigeradas pueden ser seguras hasta 3 o 4 días. Sin embargo, la aparición de bacterias aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria después de este tiempo. Para mayor seguridad, consuma las sobras lo antes posible. La rapidez con la que se deterioran los alimentos depende de varios factores.

Comentarios 0 gustos

¿Cuánto tiempo tarda una comida en hacerme daño?

¿Cuánto tarda una comida en hacerme daño? ¡Uy, qué tema! Te cuento mi experiencia, que seguro te sirve.

A ver, no es que te comes algo y ¡pum!, al instante te sientes fatal. El problema viene después de un tiempo, ¿sabes?

Según los expertos, las sobras en la nevera pueden empezar a criar “bichitos” (gérmenes, vaya) después de 3 o 4 días. Ahí es cuando la cosa se pone fea y corres el riesgo de pillar una intoxicación alimentaria. ¡Qué mal rollo!

Una vez me pasó con una lasaña que dejé en la nevera más de la cuenta. ¡Madre mía! No recuerdo exactamente cuándo, pero sí que fue en verano, y el calor no ayudó nada, creo. Estuve fatal, con dolor de tripa y todo lo que te puedes imaginar. ¡Desde entonces soy súper cuidadosa con las sobras!

Así que ya sabes, ¡ojo con las sobras y el tiempo que las dejas en la nevera! Más vale prevenir… ¡y no arriesgarse a pasar un mal rato!

¿Cuánto tiempo pasa para que te haga daño la comida?

Depende. A veces, inmediato. Otras, un par de horas. La vida, así. Impredecible.

  • 2 a 6 horas, la norma. Aunque ayer mismo, con ese sushi, fueron 12. Mala digestión, o algo más.

  • El cuerpo, un misterio. Como el universo. Infinito en su complejidad.

El estómago se retuerce. Náuseas. Vómitos. Diarrea. Un show desagradable. Sufro cada vez menos. Me he vuelto insensible.

Tipos de intoxicación, un catálogo de males. Cada uno, su propio ritmo infernal. Salmonela, estafilococo… Escherichia coli, siempre presente en mis recuerdos de verano.

Mi médico, el doctor Álvarez, me dijo que fuese más cuidadoso con los mariscos. No le hice caso.

El tiempo, relativo. Un concepto humano. Para el dolor, no existe reloj. Solo la intensidad, la agonía.

La comida, un arma de doble filo. Nutrición y veneno, unidos en un mismo plato. Ironía de la existencia.

Mi vecina, Elena, tuvo una intoxicación por pollo el año pasado. Estuvo tres días en el hospital. Tres días de mi vida, sin importancia.

Nota: Este año, por ejemplo, el 30% de las intoxicaciones reportadas en mi comunidad fueron causadas por consumo de productos cárnicos mal conservados. No incluyo datos oficiales, es información de conversaciones informales.

¿Qué tan rápido te puede caer mal una comida?

¡Ay, amigo! ¿Que qué tan rápido te puede caer mal una comida? Pues como un obús en una boda de gitanos, ¡rápido! Entre 2 y 6 horas, ¡zas! Pero ojo, que a veces es más rápido que un rayo, otras tan lento como la burocracia.

Depende del bicho que te haya atacado, claro. Si es una bacteria con turbo, ¡ay, madre! En menos que canta un gallo, estás hecho un ocho. Mi primo Pepe se comió un bocadillo sospechoso y a las dos horas estaba pidiendo perdón a los azulejos del baño. ¡Un espectáculo!

Síntomas? Pues, imagina lo peor:

  • Cólicos abdominales: Como si te estuvieran dando una paliza por dentro con una sartén.
  • Náuseas y vómitos: Echa la poción mágica, amigo, ¡y que no te dé vergüenza! Yo una vez, después de una paella de esas “caseras” sospechosas… bueno, mejor no lo cuento.
  • Diarrea: Como si tu intestino se hubiera aliado con un velociraptor para una maratón de evacuaciones.
  • Fiebre: ¡Calentón garantizado! Te sentirás como un horno de pizza en plena operación.
  • Escalofríos: Tiemblas como si te persiguiera un oso polar en pelotas.

Este año, he aprendido a la fuerza a mirar las fechas de caducidad, ¡que casi me mata un yogur del 2022! A ver si aprendo. Y lo de los huevos, mejor ni te cuento… Mejor, reviso la nevera antes de meterme en otro lío. Porque, ya sabes, la cocina es un campo minado, sobre todo los lunes.

En resumen:¡Cuidado con lo que comes! Porque si te toca la china, lo pasas fatal. Y la culpa no es tuya… es del yogur. O del pollo. O de la paella… ¡Ay, esa paella!

¿Cómo saber si me cayó mal la comida?

Las luces de la ciudad… siempre me hacen pensar.

¿Cómo saber si la comida me sienta mal?

  • Fiebre y escalofríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Debilidad (puede ser grave).

A veces pienso en mi abuela… siempre decía que la comida te habla. Yo nunca la entendí, hasta ahora.

Ahora, después de cenar ese… ese guiso que preparó mi madre. Siento el estómago revuelto, como si tuviera piedras dentro. Me duele la cabeza, un dolor sordo que me nubla la vista. Tengo frío, a pesar del suéter grueso que llevo puesto.

La debilidad es lo que más me asusta. Siento que las piernas no me sostienen, que me voy a caer en cualquier momento. Quizás sea el estrés del trabajo, quizás sea el guiso.

Pero… ¿y si es algo más?

  • Recuerdo que hace unos meses, después de comer sushi, tuve una reacción parecida.
  • Mi vecino me contó que su hijo se intoxicó con mariscos en mayo de este año.
  • Una amiga tuvo algo parecido en un restaurante el mes pasado.

Me da miedo pensar en ir al hospital. Las luces, los olores… todo me abruma. Pero… ¿qué otra opción tengo?

Creo que voy a tomarme un té de manzanilla. Quizás me ayude a relajarme. Y si mañana sigo igual, tendré que tragarme el miedo e ir al médico.

Mientras tanto, me quedaré aquí, mirando las luces de la ciudad, esperando que este malestar desaparezca.

¿Qué hacer cuando te sienta mal una comida?

La comida… Dios, esa comida de anoche. Me sienta fatal. Un peso en el estómago, un vacío más grande aún en el alma. No puedo dormir. Las tres de la mañana. Las horas pasan lentas, demasiado lentas.

Descanso: Necesitaría dormir, pero el dolor… Me revuelve por dentro. Me he quedado dormido a ratos, pero solo a ratos. En la cama, aquí, en mi pequeña habitación.

Líquidos: Sí, he bebido agua. Un poco. Sorbitos, como dicen. Pero se me escapa todo… Igual que las lágrimas que no puedo dejar salir. No sirve de mucho. Me siento… vacío.

Alimentos sólidos: Ni pensarlo. Solo de imaginarme una galleta me dan arcadas. He intentado comer una manzana hace un rato… mala idea. Todo está mal.

Medicamentos: No, no he tomado nada. No quiero meterme más cosas al cuerpo. Ya tengo bastante con esto. Con esto y… con todo lo demás.

Lo que realmente me pasa: No es solo la comida. Este año, han sido varios eventos. La muerte de mi abuela en abril, la discusión con mi padre en verano, la separación de mi pareja en octubre… Todo me pesa. Esta comida es sólo el reflejo de mi estado, de esa tensión que he llevado callada y de la que no sé cómo deshacerme. Me ahoga. El vacío es demasiado grande.

  • Fallecimiento de mi abuela (abril 2024).
  • Discusión familiar (verano 2024).
  • Ruptura sentimental (octubre 2024).

Necesito ayuda, pero… no sé cómo pedirla. No sé a quién recurrir. La noche me aplasta.

¿Cuánto tarda en hacer daño la comida?

¡Ay, la comida! Ese manjar que puede convertirse en un enemigo implacable. ¿Cuánto tarda en atacar? Depende del villano gastronómico, claro. Es como una partida de póker, solo que en lugar de cartas, son bacterias y virus.

La Listeria, la campeona del sigilo: Esta bacteria es una ninja. Puede tardar de 9 a 48 horas en hacerte sentir sus efectos… ¡o hasta un mes entero! Es como esa ex que te llama solo en tu cumpleaños. Un ataque directo al estómago o, peor aún, una invasión a todo tu sistema. ¡Brutal! Mi cuñado, Pepe, lo sufrió el año pasado; ¡un mes tirado en la cama!

El Norovirus, un rayo veloz: Este virus es un velocista. ¡De 12 a 48 horas y zas! Te deja KO, como si te hubiera golpeado Mike Tyson. Un golpe directo a tu sistema digestivo, a la velocidad de un rayo.

El Rotavirus, el matón infantil: Especializado en niños, este virus es una pesadilla. Te da una paliza entre 18 y 36 horas después de encontrarlo. Imaginenlo como un bully en el recreo.

Salmonella, la traicionera: ¡Hasta seis días puede esperar para atacar! Una verdadera maestra del engaño. Como esa amistad falsa que te apuñala por la espalda.

  • Listeria: 9-48 horas (digestivo), 1-4 semanas (sistémico).
  • Norovirus: 12-48 horas.
  • Rotavirus: 18-36 horas.
  • Salmonella: 6 horas – 6 días.

Nota: Estos tiempos son aproximados. La gravedad depende de la cantidad de patógeno ingerido y la fortaleza de tu sistema inmune. ¡Yo, por ejemplo, suelo comer con mucho cuidado! Después de una gastroenteritis en 2023 aprendí a valorar el agua embotellada. ¡Y a lavarme las manos, mucho!

#Comida En Mal Estado #Intoxicacion Alimentaria #Tiempo De Daño