¿Pueden los celíacos consumir gluten de maíz?

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¡Ay, qué alivio saber eso! Siempre me preocupaba esa confusión con el gluten de maíz. Para alguien como yo, celíaco, ver gluten en cualquier etiqueta es una alerta roja. Es fundamental entender que es un nombre engañoso; el maíz, gracias a Dios, no contiene el gluten que nos perjudica. Poder disfrutar de productos con maíz sin temor a una reacción, ¡qué tranquilidad!

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¿Pueden los celíacos consumir gluten de maíz? Ay, qué pregunta tan necesaria, ¿verdad? Porque créeme, la primera vez que vi “gluten” en una etiqueta de un producto de maíz, casi me da un infarto. ¡Y eso que ya llevo años con esto de la celiaquía! Recuerdo una vez, en un viaje a Italia –¡qué ironía, en la tierra de la pasta!—, que pedí una pizza de maíz, segura de que era segura… ¡y me puse fatal! Resultado: horas de malestar y la lección aprendida a pulso: hay que leer con lupa, ¡con lupa, digo!

Siempre me preocupaba esa confusión… el gluten de maíz, ¿qué era eso? ¿Una broma pesada? Es que, para un celíaco, ver la palabra “gluten” es como ver una serpiente. Huida inmediata. Pero luego aprendí, ¡gracias a Dios!, que es un nombre horriblemente engañoso. El maíz, el bendito maíz, no contiene la proteína del trigo, cebada y centeno que nos daña tanto a nosotros, los celíacos.

Poder disfrutar de una tortilla de maíz sin miedo, de unas ricas arepas, o incluso… ¡ay, qué delicia!—, de una buena cerveza sin gluten hecha con maíz… ¡es una bendición! Es una liberación, ¿sabes? Porque no solo es la cuestión física, la de evitar el dolor de estómago y la diarrea; es también el aspecto emocional, el poder comer algo sin sentir esa constante preocupación, ese miedo a enfermarte. Dicen que hay como un 1% de la población que es celíaca… aunque yo creo que son más, muchos más pasan desapercibidos. Y creo que entender este detalle del gluten de maíz, es un paso gigante para nuestra tranquilidad. Claro que siempre hay que leer bien las etiquetas, no sea que se te cuele algo… ¡que ya me ha pasado! Pero bueno, se aprende con los errores, ¿no?