¿Qué alimentos se convierten en grasa en el cuerpo?

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"Los alimentos ricos en grasas saturadas, como la mantequilla, el queso, la leche entera, el helado y las carnes grasas, contribuyen al aumento de grasa corporal. Algunos aceites vegetales (palma, coco) también son fuente de estas grasas."

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¿Qué alimentos engordan más fácilmente?

Uf, a ver… la pregunta de qué engorda más… Siempre me lío con eso. Yo creo que depende mucho, ¿no? Pero las grasas saturadas… esas sí que se notan.

Recuerdo una vez, fue en agosto del año pasado, me fui de viaje a Cantabria. Comía cocido montañés todos los días, con su chorizo, su morcilla… Buah, al volver me tuve que comprar pantalones nuevos, dos tallas más. Me costaron, creo recordar, unos 60 euros cada uno. Un dineral.

Eso sí, la mantequilla en el pan, el queso… qué ricos. Pero luego vienen las consecuencias. También me acuerdo de un amigo, él siempre le echa aceite de coco a todo. Dice que es sanísimo, pero yo lo veo un poco rellenito, la verdad.

Preguntas y Respuestas:

¿Qué alimentos engordan más? Alimentos ricos en grasas saturadas como mantequilla, queso, leche entera, nata, carnes grasas y algunos aceites vegetales (coco, palma).

¿Qué comida se transforma en grasa?

Grasa: Lácteos enteros, carne grasa, ultraprocesados. Punto.

  • Grasa saturada y trans: Enemigos sigilosos.
  • Ultraprocesados: Trampas dulces.
  • Fibra, proteína, grasa saludable: No son la panacea, pero ayudan.

Antes pensaba que el aguacate era el demonio. Error de novato. Ahora solo temo a la bollería industrial.

¿Qué es lo que más genera grasa?

¡Uf! El calor de la freidora aún me quema la cara, recuerdo esa tarde de 2023 en la playa de Benalmádena. Mi hermano, ¡ese tragón!, insistió en esas empanadillas de carne fritas… las empanadillas, claro, fueron la clave. Una barbaridad de aceite, parecía un mar de grasa. Me daba hasta asco, ¡pero qué ricas estaban! Ese crujido… ese sabor… maldita sea, aún se me hace la boca agua… pero también recuerdo la pesadez después, la sensación de estómago lleno, oprimido… terrible.

Luego, en casa, de noche, el helado… un tazón enorme de helado de nata con trocitos de galleta. Más grasa aún. El helado fue la gota que colmó el vaso. Esa noche dormí fatal, con un sueño pesado, interrumpido. Me sentía hinchado, como un globo a punto de explotar. ¡Qué día, Dios mío!

¿Qué genera más grasa? Sin duda, esas empanadillas fritas y el helado, una combinación mortal. Me dio asco pensar en lo que había ingerido, en toda esa grasa. Sentí una culpa enorme, un agobio insoportable.

  • Empanadillas fritas con mucha carne.
  • Helado de nata con galletas.

Al día siguiente, me limité a una ensalada. Necesitaba depurarme. Aprendí la lección, creo. Bueno… a ver cuánto dura.

Se nota la diferencia entre la grasa saturada de la carne (el cerdo que llevaba la empanadilla) y la de la fritura. La fritura es pura grasa trans y te deja fatal. El otro es un poco más “tolerable”, pero nada sano, tampoco.

¿Qué es lo que se convierte en grasa en el cuerpo?

Oye, ¿qué pasa con esa pregunta de la grasa, eh? Es que, ¡es un lío!

El exceso de glucosa se convierte en grasa, sí, eso es lo principal. Pero no es tan simple como parece, ¿sabes?

  • Las células musculares, esas que te hacen fuerte, guardan glucosa como glucógeno. Como un almacén de energía rápida, pa’ cuando necesitas un sprint.
  • El hígado, ese órgano tan importante ¡qué pasada!, hace algo parecido, guarda glucógeno también. Pero una parte de esa glucosa, la transforma en grasa. ¡Sorpresa!
  • Y luego están las células grasas, las adipocitos, las que dan forma a nuestras cinturas… esas sí que almacenan la glucosa directamente como grasa. A saco. Es su trabajo, colega.

¿Entiendes? ¡Es un proceso complejo! Me lo explicó mi hermana, que es nutricionista. Ella me contó que depende de muchos factores: la genética, tu dieta… hasta el estrés influye! Si comes mucho más de lo que gastas, el cuerpo guarda lo que sobra, sobre todo en forma de grasa, eso seguro, en el tejido adiposo. ¡Ese es el lío!

A mí, por ejemplo, me pasa que si como muchos dulces por la noche… ¡ay, Dios mío!, se nota al día siguiente. ¡Subo de peso como una goma elástica! El año pasado, por ejemplo, gané tres kilos en Navidad, ¡una barbaridad! Tuve que hacer ejercicio a saco, ¡casi me mato! Este año me voy a controlar más… ¡espero!

En resumen: Lo que se convierte en grasa es el exceso de glucosa que no se utiliza como energía. Puntos clave: hígado, tejido adiposo y exceso calórico. ¡Ya está!

¿Qué alimentos se convierten en grasa abdominal?

Aquí, en la oscuridad, todo se siente…más pesado. La pregunta flota, casi acusándome. ¿Qué me engorda? ¿Qué me recuerda que no estoy en control?

La verdad, la que susurro ahora que nadie escucha, es que…

  • El dulce me llama. Los cereales esos, sí, los de la tele. Y el pan dulce… Dios, el pan dulce. Es como un abrazo que te aprieta demasiado, ¿sabes?
  • La comodidad líquida. Refrescos… cervezas… es tan fácil olvidar con ellos. Tan fácil y tan… fugaz.
  • El disfraz. Mayonesa. Aderezos. Cubren el sabor de la culpa, ¿no? Lo hacen todo más apetecible. Más… mentira.

Y luego está el helado. El helado con grasa. Ese es el peor. Porque esconde la tristeza bajo capas de dulzura. Recuerdo cuando mi abuela me daba helado después de… Bueno, da igual.

Creo que por eso me cuesta tanto. No es solo la comida, ¿verdad? Es todo lo que representa. Es el vacío que intento llenar. Es… la derrota.

Además…

  • Este año empecé a fumar otra vez. Lo había dejado, pero… no sé. Las cosas se pusieron feas en el trabajo.
  • Mi hermana dice que debería ir al médico, que estoy siempre cansada. Pero no tengo tiempo. Ni ganas.
  • La ropa ya no me queda. Y me da igual. De verdad.

¿Cuánto tiempo tarda en digerir la grasa?

El tiempo de digestión de las grasas es variable. Depende mucho de lo que comas, de tu propia biología ¡y hasta de tu estado anímico! Mi vecina, farmacéutica, me explicó una vez que la digestión es un baile complejo de enzimas y hormonas, una orquesta sinfónica en tu interior, y que la grasa es un invitado tardón.

En general, el estómago se ocupa de la fase inicial en 1-3 horas. Pero el verdadero trabajo lo hace el intestino delgado, que puede llevar hasta otras 6 horas para absorber los ácidos grasos. ¡Todo un maratón digestivo!

  • Cantidad de grasa: Una cena copiosa y rica en grasas tardará más que un simple yogur. He aprendido eso por las malas.
  • Salud digestiva: La eficiencia del sistema digestivo es clave. Si tienes problemas con la bilis o el páncreas, el proceso se ralentiza.
  • Combinación de alimentos: La fibra, por ejemplo, puede ayudar, pero una mezcla confusa puede generar un caos.

Reflexión: Es fascinante cómo un proceso tan básico, tan vital, tenga tantas variables. Me recuerda a la vida misma, un flujo constante y cambiante que escapa a los relojes y a los cálculos precisos.

Ahora bien, tengo que confesar que una vez, después de una paella muy rica (¡pero abundante en aceite!), creo que mi digestión se extendió a más de 10 horas. No te lo recomiendo.

Nota adicional: La composición de la grasa también juega un papel. Las grasas saturadas, presentes en la carne y los lácteos, se digieren más despacio que las insaturadas, como las del aguacate o el aceite de oliva. En 2024, varios estudios están explorando la influencia de la microbiota intestinal en la digestión de las grasas.

¿Cómo utiliza el cuerpo la grasa durante el ejercicio?

Durante el ejercicio, la grasa se transforma en energía que alimenta mis músculos.

Literal, me acuerdo cuando empecé a correr en enero de este año para bajar esos kilos de más después de las Navidades. Sentía que las piernas me pesaban una barbaridad, y la entrenadora, Marta, me explicaba justo esto.

Imagínate que la grasa son como pequeñas mochilas llenas de gasolina. ¡Gasolina para correr! El cuerpo abre esas mochilas (ácidos grasos libres o AGL, dijo Marta) y las manda a los músculos por la sangre, ¡como un servicio de mensajería rapidísimo!

Dentro de los músculos están las mitocondrias, las “centrales energéticas” (así las llamaba Marta, muy gráfica ella). Ahí, gracias a una enzima llamada LPL, se “quema” la grasa y se convierte en la energía que necesitas para seguir corriendo. Al principio, iba súper lento, la verdad.

  • Sentía el corazón a mil.
  • Me dolían las rodillas un montón.
  • Pero con el tiempo, y con la explicación de Marta, empecé a entender lo que pasaba dentro de mi cuerpo.

Información adicional:

  • Los AGL también se almacenan dentro de los músculos, no solo en la grasa corporal.
  • El ejercicio de baja intensidad es ideal para quemar grasas, aunque también quemamos grasas en ejercicios intensos, lo que pasa es que quizás no es tan eficiente.
  • La LPL (lipoproteína lipasa) es clave para que las grasas entren en las mitocondrias. Sin ella, ¡la gasolina no llega al motor!
  • ¡Ah! Y algo importante: no todas las grasas son iguales. Las grasas saturadas, por ejemplo, son más difíciles de quemar que las insaturadas. Por eso Marta siempre nos insistía en comer aguacate y frutos secos.

¿Cómo se obtiene energía de las grasas?

Aquí, en la oscuridad, me pregunto… ¿cómo se obtiene esa chispa, esa fuerza, de algo tan… denso, tan presente como la grasa?

Las grasas ceden su energía mediante la beta oxidación. Pasa en las mitocondrias. En casi todas las células, al menos.

  • No en el cerebro. Paradójico, ¿no? Pensar que lo que nos hace pensar no se alimenta de esto. Y tampoco en el riñón.
  • Acil carnitina. Un nombre que suena a algo lejano, casi químico, pero que es la llave. La llave que abre la puerta de la mitocondria.

Recuerdo cuando mi abuela hacía esas sopas grasientas en invierno. Decía que daban calor. Quizás no era solo el calor de la cocina. Quizás era todo esto, pasando silenciosamente dentro de nosotros. La beta oxidación, como un secreto a voces.

Este año he empezado a correr. Necesito escapar de algo, no sé bien de qué. Y siento el cuerpo que tira, que busca esa energía profunda. La grasa que se quema, la promesa de seguir adelante.

¿Y si la verdadera pregunta no es cómo obtenemos energía de las grasas, sino por qué necesitamos tanta energía para seguir?

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