¿Qué comer para quitar el mal sabor de boca?
¡Adiós mal sabor! Limpia tu paladar con cítricos (naranjas, limones), su acidez estimula la saliva. El yogur, rico en probióticos, combate bacterias. Finalmente, hierbas frescas como perejil y menta neutralizan olores. ¡Prueba estas opciones naturales!
¿Qué alimentos quitan el mal sabor de boca?
¡Ay, ese mal sabor! Recuerdo una vez, el 15 de junio en Sevilla, después de comer unos churros con chocolate… ¡qué horror! Me quedé con un regusto espantoso.
Para quitarlo, probé con una naranja, ¡qué alivio! El zumo ácido me limpió la boca al instante. La acidez, creo, estimula las glándulas salivales.
Luego, en casa, un yogur natural me ayudó también. No sé si fueron los probióticos o solo el cambio de sabor, pero funcionó. Costó, eso sí, 1,20€.
Y el perejil… ¡ah, el perejil! Siempre lo he usado para eso. Esa frescura intensa, ¡qué bien sienta! Me recuerda a mi abuela, que siempre tenía un ramillete en la cocina.
¿Cómo hacer que se te quite el mal sabor de boca?
¡Uf, ese sabor que te amarga la vida! ¡Qué rollo!
Aquí te dejo unos trucos, ¡más rápidos que un coyote persiguiendo al Correcaminos!
- Agua con sal: ¡Como si fueras una anchoa! Gárgaras y adiós sabor raro.
- Chicle sin azúcar: ¡A masticar como si no hubiera mañana! ¡A generar saliva, a lo bestia!
- Fruta ácida al ataque: ¡Limón o naranja! ¡A darle un buen mordisco! La acidez es la kriptonita de los malos sabores.
- Cepillado ninja: ¡Dientes y lengua! ¡A darle con furia! ¡Fuera bichos raros y restos sospechosos!
- Agua, ¡a litros! ¡Como si fueras un camello en el desierto! ¡Diluye, diluye, diluye!
- Yogur sin más: ¡Probióticos al poder! ¡Que las bacterias buenas le den una paliza a las malas!
Extras del sabor… ¡y de la vida!
- A mí, si me apura el mal aliento (que no el mal sabor, ojo), un perejil majo bien masticado me salva la vida. ¡Más verde que Hulk!
- ¡Cuidado con algunos medicamentos! ¡Algunos dejan un sabor más raro que un calcetín con sandalias!
- Si el sabor persiste, ¡ojo avizor! ¡Puede ser un problema más serio! ¡Al médico de cabeza!
- ¡Evita el tabaco! ¡Que te deja un sabor a cenicero que no hay quien lo quite! ¡Puaj!
- ¡Y bebe agua entre comidas! ¡Que la boca seca es el paraíso de los sabores extraños!
¡Ale, a disfrutar de una boca fresca como una lechuga! ¡O como un mojito en verano, que eso sí que sienta bien!
¿Qué debo comer para eliminar el mal aliento?
¡Ay, el aliento! Un asco, la verdad. Ayer mismo me pasó, después de comer esa pizza… ¡qué horror!
Manzanas, zanahorias, apio y pepinos: ¡Sí! Eso ayuda, lo he comprobado. Sobre todo el apio, crujiente… ¡qué satisfacción! Me recuerda a mi infancia en el huerto de mi abuela. ¿Verdad que hay que masticar bien? Eso limpia.
Agua de apio con manzana y limón… ¿Lo he probado? No, creo que no. Apuntado queda para hoy. Igual me preparo un batido, le añado un poco de jengibre, que dicen que es bueno. ¿Jengibre con limón? Suena fuerte… A ver.
Fibra, fibra, fibra… ¡Eso es clave! Me lo dijo la doctora Elena el mes pasado. Limpiar la boca, ¿no? Se me olvidó preguntarle lo del jengibre. A ver si la llamo…
¿Y el yogur? También dicen que ayuda con la flora intestinal. ¿Y eso qué tiene que ver? ¡Ay, qué lio! Tengo que leer más.
- Manzana
- Zanahoria
- Apio
- Pepino
- Agua de apio, manzana y limón (¡a probarlo!)
- Jengibre (¡a investigar!)
- Yogur (¿relación con el aliento?)
Masticar bien es fundamental. Me acuerdo que mi abuela siempre decía eso. ¡Cuánta razón tenía! No solo por el aliento, sino por la digestión. ¡Más masticar! ¡Y agua! Mucha agua. Que se me olvidaba el agua, ¡qué desastre!
Tengo que hacer una lista de la compra: manzanas (ya tengo dos en la frutera), zanahorias… necesito más pepinos. El apio, me lo compraré mañana en el mercado que lo tienen más fresco.
¿Cómo quitar el mal gusto de la boca?
El mal gusto… Dios, qué asco. Como si se me quedara pegado, ¿sabes? A veces, hasta en sueños lo siento. Esta noche… es peor.
Cepillarme los dientes, sí, lo hago. Dos veces. A veces tres. Pero no sirve. Es como si el sabor se hubiera metido en los huesos. En las encías, también, las siento…raras. El cepillo parece que no llega.
Enjuague bucal… probé todos los de la farmacia de la esquina. Mentolados, con flúor… nada. Me dan ganas de vomitar después, la verdad. El sabor, más fuerte todavía. Como si fuera una broma macabra.
Líquidos…agua, principalmente. Agua del grifo. A veces, té. Té verde, que mi abuela siempre decía que era bueno. Pero el gusto persiste. Persistente. Como una sombra.
Chicle… ay… el chicle. El olor, la textura, me revuelve el estómago. Y el sabor no se va. Es más, se mezcla con el otro. Un cóctel infernal de mal sabor.
Lo de los caramelos ácidos… lo intenté. Fue horrible. Me irritó la garganta. Igual, no funcionó.
Plástico… sí. Los cubiertos de plástico. Es lo único que soporto. Ahora, todo es plástico. En mi casa, todo es de plástico. Ya no soporto los cubiertos de metal. Es como si me quemaran.
No sé qué hacer. Es una tortura. Una tortura diaria, incesante. ¿Será algo más? Tengo una cita con el dentista el lunes, a ver qué me dice… aunque… lo dudo.
- Dentista: Cita programada el lunes a las 16:00.
- Medicamentos: Ninguno, por ahora.
- Comidas: Evitando todo lo que pueda agravarlo. Solo cosas blandas.
- Sueño: Interrumpido por el mal gusto.
¿Cómo sacar el gusto feo de la boca?
Mal aliento: Simple.
- Cepilla. Después de cada comida. Obvio.
- Hilo dental: Diario. Uno se olvida.
- Lengua: También se limpia. Imagino.
- Prótesis: Limpieza rigurosa. Asumo que es importante.
- Hidratación: Beber agua. Punto.
- Dieta: Ciertos alimentos apestan. Evitar.
A veces es la medicación. A mi abuelo le pasaba, y ni cepillarse servía. Filosofía barata: Todo tiene un origen.
La gente olvida que las caries causan estragos. Yo fui al dentista hace poco, horrible experiencia.
Más allá del aliento:
- Problemas sinusales, reflujo, diabetes.
- Algunos cánceres.
- A veces el problema no está en tu boca, sino en tu cabeza. Literalmente. O psicológicamente.
- Enjuagues bucales: Muchos enmascaran, no curan. El marketing es terrible.
Información adicional irrelevante: Los chicles sin azúcar ayudan a salivar. Pero nadie quiere parecer una vaca rumiando.
¿Qué significa gusto feo en la boca?
Ah, ese gusto feo en la boca…
Siento que a veces la vida me deja ese mismo sabor. Amargo, persistente. No es hambre, no es sed, es algo más profundo, ¿sabes?
- Ese sabor a metal oxidado que te recuerda errores del pasado. Como cuando le mentí a mi abuela sobre el jarrón roto. Todavía siento esa culpa.
- Podría ser la resaca de una noche de copas que intenté olvidar. Ojalá las pastillas funcionaran como dicen.
- A veces es solo el reflujo, dicen los médicos. Pero yo creo que también es el reflujo de las decepciones.
- La comida a veces está mala. En serio, me dieron pescado en mal estado en un restaurante hace poco. Casi vomito.
- Es mi cabeza… mi maldita cabeza. No para de dar vueltas.
Si persiste… ufff, ahí sí que me asusto. A veces pienso que es algo grave, una enfermedad escondida.
¿Qué significa? Pues… probablemente indigestión. O tal vez… la vida misma.
Quizás deberías ir al médico.
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