¿Qué cosas no debo comer para la presión alta?

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Para controlar la presión arterial, modera el consumo de alimentos procesados y fritos. Reduce la ingesta de bollería industrial (donuts, galletas, etc.) por su alto contenido en grasas saturadas y trans. Prioriza alimentos frescos y preparaciones caseras.

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¿Qué alimentos evitar si tengo presión alta? Consejos y lista

¡Uf, la presión alta! A ver, como yo lo veo, la clave está en evitar los excesos. Personalmente, noté una gran diferencia cuando dejé de comprar tanta comida preparada.

¿Recuerdan esos bocadillos ultraprocesados? ¡Una bomba de sodio! Ahora, intento leer las etiquetas y, si veo una lista de ingredientes que no entiendo, prefiero no comprarlo. Es que, al final, lo casero siempre es mejor.

Y ni hablar de las frituras. Admito que me encantan las papas fritas, ¿a quién no? Pero descubrí que hacerlas en casa, al horno, es una opción mucho más saludable. ¡Y quedan riquísimas! En serio, prueben.

Y, por último, los productos de panadería industrial. ¡Uff, ahí sí que me costó! Pero es que esas donas del super, aunque parecen inofensivas, ¡están llenas de grasas saturadas! Yo las cambié por pan integral hecho en casa, con aceite de oliva. Al principio me pareció un sacrificio, pero ahora no lo cambio por nada.

Alimentos a evitar con presión alta (¡en modo resumen!):

  • Comida procesada (¡Adiós, ingredientes raros!)
  • Frituras (¡Hola, horno!)
  • Panadería industrial (¡Bienvenido, pan casero!)

¿Por qué evitarlos?

  • Mucha sal/sodio.
  • Grasas saturadas y trans.

¿Qué comer para bajar la presión alta rápidamente?

Pescados. El brillo plateado bajo el agua fría. Un sabor a mar, a sal, a un tiempo lento. Un tiempo casi detenido. Pescados. Dos veces al día, no más. Como un susurro del océano en la mesa.

Carnes magras. Aves de corral. Texturas diferentes, fibras que se deshacen. Un calor suave, un aroma a hogar, aunque yo ya no tenga uno. Carnes magras, aves. Dos porciones pequeñas, apenas un roce en el plato blanco. Como una pluma que cae.

Legumbres. Semillas. Nueces. Pequeñas explosiones de sabor en la lengua. Crujientes, terrosas, un recuerdo de la tierra. De mis manos en la tierra, cuando era niña en el jardín de mi abuela. Legumbres, semillas, nueces. Cuatro, cinco veces por semana. Contando los días, las horas. Como las semillas que contaba mi abuela.

Grasas, aceites. Dorado, ámbar líquido. Brillo en la sartén, un chisporroteo breve. Grasas, aceites. Dos, tres veces al día. Un destello en la monotonía. Como el sol de la tarde filtrándose entre las persianas.

  • Pescados: Salmón, atún, sardinas. Recuerdo el salmón ahumado que comía mi padre los domingos.
  • Carnes magras: Pollo sin piel, pavo, conejo. El conejo estofado de mi madre, un sabor perdido.
  • Aves: Pollo, pavo, pato. Pato a la naranja, una vez al año, en Navidad. Este año no habrá Navidad.
  • Legumbres: Lentejas, garbanzos, frijoles. Sopa de lentejas los martes, siempre.
  • Semillas: Chía, lino, girasol. Esparcidas en el yogur, puntos negros en un mar blanco.
  • Nueces: Almendras, nueces, avellanas. Las avellanas que recogíamos en el bosque, mi hermano y yo. Él ya no está.
  • Grasas: Aceite de oliva, aguacate. Verde intenso, cremoso, una textura que me reconforta.
  • Aceites: Oliva, canola, girasol. Un hilo dorado, un brillo fugaz.

Este año he plantado tomates en mi balcón. Rojos, vibrantes, llenos de vida. Una vida que se escapa.

¿Qué alimentos no debes consumir si tienes presión alta?

Alimentos prohibidos con presión alta: Procesados, fritos y bollería industrial. ¡Cuidado con la preparación!

Te cuento, la sal… ¡ay la sal! Este año, fui a casa de mi abuela en Teruel. ¡Teruel existe! Ya lo creo que existe. Bueno, ella siempre dice que “un poquito de jamón no mata a nadie”, pero claro, el jamón… ¡salado! Y ella con la tensión por las nubes. Me agobié un montón porque la veía comer sin control.

  • Grasas saturadas: Que si el chorizo, que si las patatas fritas con aceite reutilizado 500 veces… ¡Un festival!
  • Bollería: Magdalenas del super, llenas de aceite de palma. ¡Puaj! Y ella venga a comer.

Yo no sé, yo creo que la clave está en la moderación, pero claro, convencer a una abuela aragonesa… ¡Misión imposible! Lo peor es que yo también tengo tendencia a la presión alta, así que me puse a investigar por mi cuenta.

  • El sodio: ¡El enemigo número uno!
  • El potasio: ¡Nuestro aliado! (plátanos, aguacates, etc.)
  • Etiquetado: ¡Leer las etiquetas! Que a veces te engañan con “bajo en sal” y luego… ¡zas!

Al final, le compré un libro de cocina para hipertensos a la abuela. No sé si lo usará, pero al menos lo intenté. ¡Me dio un abrazo que casi me rompe las costillas! Eso sí, después se comió una rosquilla.

¿Qué fruta es buena para bajar la presión arterial alta?

¡Ay, Dios mío, la presión! Me duele la cabeza… ¿Plátano? Sí, plátano, ¡claro! Mucho potasio, eso dicen. Me comí tres ayer, ¡y no me bajó nada! Será que necesito más… o menos sal, quizás.

Plátano, sí, potasio. Pero ¿y si no es suficiente? Debería ir al médico, ¿no? Este dolor de cabeza… ¡ufff!

Frutos rojos, ¡qué ricos! Antocianinas, ¿qué era eso? Algo bueno, supongo. Arándanos, fresas… Hoy iré a comprarlos, ¡ya veré si noto algo! No me acuerdo si los tomé la semana pasada.

Limón, ¡ah, sí! Antioxidantes… Lo añado a mi agua todos los días. Eso sí que lo hago. Pero, ¿se nota la diferencia? Es que a veces me siento igual. Será mi forma de vida, demasiado sedentario ultimamente.

Aceites… Aceite de oliva, aguacate… ¡Uy, casi se me olvidaba! Eso lo uso en las ensaladas. ¡Rico! Pero… ¿bajan la presión? Necesito leer más al respecto, ¡qué lío!

  • Plátano: Potasio, sí, pero…
  • Frutos rojos: Antocianinas, ¿remedio mágico?
  • Limón: Antioxidantes, ¿suficiente?
  • Aceites: Oliva, aguacate… ¿en serio ayudan?

Tengo que investigar más. Mi abuela decía que la mejor medicina es la preventiva… ¡Y ella siempre estaba estupenda! A ver si este año me pongo en serio con la dieta y el ejercicio. ¡Ya basta de excusas!

#Alimentos Prohibidos #Presión Alta #Salud Cardiovascular