¿Qué enfermedad te pone la boca amarga?
El sabor amargo en la boca a menudo señala problemas gástricos, hepáticos o bucales. La mala higiene dental y afecciones dentales son causas comunes, intensificándose por la mañana debido a la acumulación bacteriana nocturna.
¿Boca amarga? Causas y enfermedades
¡Uf, la boca amarga! A mí me pasó algo parecido el 15 de marzo del año pasado, justo después de una semana de comer solo pizza y hamburguesas (sí, lo admito, fue una pésima idea). Me desperté con un gusto horrible, un amargor intenso que me duró todo el día.
Pensé que era solo por la comilona, pero al buscar información, vi que podía ser por problemas de hígado o estómago. Aterrador. Estaba preocupada. Eso sí, tenía una cita con el dentista agendada para el 22 de marzo, por una caries que tenía desde hacía meses. ¡A ver si era eso!
El dentista, por suerte, descartó cualquier problema grave. Limpieza, un par de recomendaciones de pasta dental (que por cierto, costaron unos 15 euros) y ¡listo! El amargor desapareció.
Fue un susto, pero me enseñó a cuidarme mejor la boca. Eso sí, ¡la pizza solo en ocasiones especiales!
Causas frecuentes de boca amarga:
- Mala higiene dental.
- Problemas dentales (caries, gingivitis).
- Enfermedades hepáticas.
- Enfermedades gástricas.
¿Qué puedo tomar para la boca amarga?
La boca amarga… esta noche, de nuevo. Es horrible. Como si la amargura se hubiera instalado, pegada a mi lengua. Me corroe por dentro, la verdad.
Intento todo. Agua, claro. Gárgaras infinitas, como si el agua pudiera lavarme el alma. No funciona.
Cepillado, dos veces. Tres. Hasta que las encías sangran. Mi cepillo, un viejo Oral-B que ya ha visto mejores días, se cansa junto conmigo. La pasta de menta, la de mi abuela, la de siempre, pero su sabor fresco no llega.
Enjuague bucal, ese falso alivio. Solo un rato. Después regresa. Esa amargura persistente, como una sombra.
Chicle. Pastillas. Caramelos. Todo sabe a cartón. A nada. Solo a esa amargura que me envuelve. Es agotador. Me recuerda a mi infancia, al verano de 2023, cuando mi abuelo se fue. Igual de amargo. Igual de vacío.
No hay solución, o eso parece. Me dejo caer, sin fuerza para seguir. Solo este silencio pesado de la noche.
- Gárgaras con agua. (Y llantos silenciosos)
- Cepillado concienzudo. (Hasta el sangrado)
- Enjuague bucal. (Una mentira temporal)
- Menta, sin azúcar. (Insípida)
- Caramelos ácidos. (Me cortan la lengua, pero no la amargura)
El mal sabor persiste. Y lo peor es la sensación de desesperanza. Como si todo estuviera impregnado de esta amargura inabarcable. Incluso el aire mismo, que respiro con dificultad. Tengo una cita con el doctor la semana que viene, a ver si me puede ayudar. Pero esta noche… solo hay amargura. Mi amargura.
¿Qué enfermedad causa el sabor amargo en la boca?
Reflujo. Acidez. Sube. Amargo. Simple.
- Reflujo gastroesofágico (ERGE). Principal culpable.
- Reflujo gástrico. Similar. Distinto.
- Esfínter esofágico inferior. Débil. Problema. Deja subir la bilis. El ácido.
El músculo falla. Sube. Amargo. Un ciclo. ¿Para qué luchar?
- Bilis: Sabor amargo característico. Persistente. Desagradable.
- Ácido: Quema. Irritación. Más amargo.
A veces, la vida te da limones. Otras, bilis. Ácido. Da igual. Todo amargo. Yo prefiero el café solo. Doble. Sin azúcar. Amargo. Como la vida.
Este año, el café me sabe distinto. Más amargo. Quizás sea el café. Quizás sea yo. El esfínter, quién sabe. Todo es cíclico.
Debilidad muscular, ácido, bilis. Tres jinetes del apocalipsis gustativo. Una condena. Sin escapatoria. Al menos, no inmediata.
Me diagnosticaron reflujo hace poco. 2023. El médico dijo: “Evite las grasas, el alcohol, el café”. Ironía. Ahora, todo me sabe a nada. Excepto el amargo. Siempre el amargo.
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