¿Qué pasa si tengo mucha vitamina B12?

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¡Ay, madre mía! Mucha vitamina B12… ¡qué susto! Visión borrosa, ¡imagínate no ver bien! Y los vómitos y diarreas… ¡qué malestar! Pero lo que más me preocupa es la formación de coágulos. ¡Es gravísimo! Bloquear el flujo sanguíneo… Realmente da miedo pensar en las consecuencias. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad? Hay que tener mucho cuidado con las suplementaciones y consultar a un médico antes de tomar cualquier cosa.

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Uf, ¿mucha vitamina B12? La verdad es que me da un poco de cosa solo pensarlo. He leído cosas… visión borrosa, ¿te imaginas? Ir por la calle como si estuvieras en una película desenfocada. Y no hablemos de los vómitos y las diarreas… ¡menudo cuadro! Una vez tuve una gastroenteritis y lo pasé fatal, no quiero ni imaginarme sumarle eso.

Pero bueno, lo que de verdad me preocupa, lo que me da escalofríos, es lo de los coágulos. Bloquear el flujo sanguíneo… suena terrible, ¿no? Como una autopista colapsada, pero dentro de tu cuerpo. Una amiga de mi madre tuvo un problema así, aunque no por la B12, y la verdad es que fue un susto tremendo. Le tuvieron que ingresar y todo. A ver, sé que no es lo mismo, pero… ¿para qué arriesgarse?

En serio, a veces nos obsesionamos con las vitaminas y los suplementos, como si fueran la solución mágica a todos nuestros problemas. Yo también he caído en eso, eh. Recuerdo que una temporada me dio por tomar pastillas para todo… para el pelo, para las uñas, para la energía… Un auténtico cóctel. Hasta que mi médico me dijo: “Oye, ¿pero qué haces? ¡Pareces una farmacia andante!”. Y tenía razón, ¿sabes? A veces es mejor centrarse en una dieta equilibrada y dejarse de experimentos.

Además, he leído por ahí, no sé dónde exactamente, que un exceso de B12 puede ser hasta peligroso. No me acuerdo de las cifras ni de los estudios ni nada, pero vamos, que no es moco de pavo. Así que, mi consejo, y esto lo digo de corazón, es que si tienes dudas sobre la vitamina B12, o sobre cualquier suplemento, lo mejor es que hables con un médico. Ellos saben lo que hacen y te pueden guiar. Es mejor prevenir que curar, ¿no crees? Y en este caso, más vale prevenir que tener que lidiar con vómitos, diarreas o, peor aún, con un coágulo. ¡Que no es broma!