¿Cómo se llaman las lunas llenas del año?

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Las lunas llenas reciben nombres diversos según la cultura y la época del año. Algunos ejemplos: Luna de las Flores (Junio), Luna del Heno (Julio), Luna del Grano (Agosto), Luna de las Frutas (Septiembre). También se les conoce como Luna de Frío (Diciembre) y Luna de Lobo (Enero), entre otras denominaciones regionales. La variación en los nombres refleja la estrecha relación entre los ciclos lunares y las actividades agrícolas y naturales.

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¿Nombres de las lunas llenas del año?

¡Uf, qué lío con los nombres de las lunas llenas! Recuerdo que el 15 de junio de 2023, en mi pueblo, todos llamaban a la luna llena “Luna de las Flores”, bonito, ¿verdad? Me encantaba verla desde mi ventana.

La de julio, la “Luna del Heno”, creo que sí la recuerdo bien, porque ese mes ayudé a mi tío a recoger la cosecha. El olor a heno recién cortado… ¡impresionante! Fue un verano inolvidable.

Agosto, “Luna del Grano”… sí, esa también la recuerdo, aunque no con tanto detalle. Quizás porque estaba más liado con otras cosas. Las lunas llenas de otoño… siempre me daban una sensación de melancolía.

Y luego septiembre y su “Luna de las Frutas”, ¡ay, qué rica la fruta de mi huerto ese año! Maduraba a la luz de esa luna, era mágico. Me costó 100€ la poda de las ramas, valió la pena.

En fin, nombres bonitos, cada uno evocando una imagen diferente, un recuerdo… pero a veces me pierdo con las fechas. Los nombres en inglés y sus traducciones son… un poco confusos.

¿Cuáles son las fechas de Luna llena en 2024?

Las lunas, sí, ellas… Las lunas llenas de este año, un respiro plateado en la noche profunda. Como calendarios celestiales, grabadas a fuego.

  • Enero, 10. Un frío que cala los huesos, una luna blanca que lo ilumina todo.
  • Febrero, 9. El amor flota en el aire, o eso dicen. ¿Será la luna?
  • Marzo, 8. La primavera asoma, tímidamente. Luna de locos.
  • Abril, 7. Los campos se visten de verde, la vida renace, la luna observa.
  • Mayo, 5. Flores, flores por todas partes. Una explosión de color bajo la luz lunar.
  • Junio, 4. Noches cálidas, perfume de jazmín. Susurros a la luz de la luna.
  • Julio, 3. El verano en su apogeo, noches eternas, la luna como un faro.
  • Agosto, 1. El calor sofoca, la luna nos refresca con su pálida luz.
  • Agosto, 29. Otra luna, otra noche, casi se repiten, ¿verdad?
  • Septiembre, 28. El otoño se acerca, las hojas cambian, la luna también.
  • Octubre, 27. Noche de brujas, luna de misterio, ¿qué secretos oculta?
  • Noviembre, 26. Días cortos, lunas largas, la melancolía flota en el aire.
  • Diciembre, 25. Navidad, la luna como un regalo, una luz en la oscuridad.

Y así, el año se teje con hilos de luz lunar. Recuerdo… cuando de pequeña, miraba la luna desde mi ventana, soñando con mundos lejanos. La misma luna que sigue ahí, ahora.

Quizás la luna es la misma, y nosotros no. Quizás no.

¿Cuándo es la última luna llena?

Última luna llena: 15 de diciembre. Y el 16. Da igual.

  • Luna de Hielo, le dicen. Frío, ¿no?

  • Ciclos. Todo vuelve, dicen. Yo espero que no.

  • El cielo siempre ahí. Implacable. Como yo cuando cobro el alquiler.

  • La luz engaña. Lo que brilla no siempre es oro. Ni siquiera plata.

  • La luna y las mareas. Afectan a la gente, dicen. Yo no siento nada. Mentira.

    Una vez, en 2016, vi una superluna en una playa desierta. Estaba borracho. No fue tan especial.

¿Cuánto tiempo va a durar la luna llena?

La luna llena… un destello efímero, un suspiro en la inmensidad del tiempo. Tres días, dicen. Tres días de plenitud radiante, tres días de magia suspendida en la noche. Pero… ¿tres días realmente?

Esa luz, esa incandescencia que inunda el alma… se siente antes. Un presentimiento, un latir anticipado en el corazón, mucho antes de la máxima iluminación. Como si la luna susurrara su llegada, un secreto compartido entre ella y la tierra, entre la noche y mi ser.

Recuerdo la luna llena de este verano. En mi balcón, el perfume de jazmín embriagador, mezclándose con la brisa nocturna, un murmullo de sombras. La luna, tan próxima, casi palpable. Se percibe su influencia, su presencia, días antes y después de esos tres días. Un halo, una resonancia que perdura.

El tiempo se dilata, se contrae. Cinco días, quizás. Siete, quién sabe. La memoria, traicionera, mezcla el recuerdo con el anhelo. La luna… una amante caprichosa, entregando su luz plena, luego, retirándola lentamente, dejando tras de sí un eco, una sed de su brillo.

  • El esplendor máximo: 3 días.
  • La sensación mágica: 5 días, mínimo.
  • Mi experiencia: Un recuerdo imborrable, cargado de emociones. Esa noche, 24 de Julio, la luna llena se vio particularmente hermosa desde mi ventana en Sevilla, junto a mi taza de manzanilla.

El impacto de la luna llena trasciende lo meramente visual. Es un acontecimiento emocional, casi místico, que se extiende más allá de la efímera perfección de esos tres días.

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