¿Cuál es el verdadero nombre de la Luna?

El misterio del nombre de la Luna: ¿Existe un nombre oculto?

Desde tiempos inmemoriales, la Luna ha cautivado a la humanidad. Su presencia constante en el cielo nocturno, sus fases cambiantes y su influencia sobre las mareas han inspirado mitos, leyendas y, por supuesto, nombres. Pero la pregunta que surge con frecuencia, especialmente en círculos aficionados a la astrología y a las teorías conspirativas, es si la Luna posee un nombre verdadero, un nombre oculto o secreto que la ciencia o las antiguas civilizaciones han mantenido en secreto. La respuesta, sin embargo, es más sencilla de lo que muchos creen.

La Luna, simplemente, se llama Luna. En español, su nombre es inequívoco. En inglés, Moon; en francés, Lune; en italiano, Luna; y así sucesivamente en la mayoría de las lenguas. Esta simplicidad inherente a su denominación no deja espacio para nombres alternativos con una validez científica o históricamente comprobada. La ausencia de un nombre secreto o verdadero no disminuye, sin embargo, la fascinación que este satélite natural ejerce sobre nosotros.

La creencia en un nombre oculto a menudo surge de la interpretación errónea de la mitología o de la tergiversación de datos científicos. Algunas culturas antiguas sí la denominaban con nombres específicos relacionados con sus deidades o con fenómenos naturales asociados a su ciclo lunar. Selene, por ejemplo, era la diosa griega de la Luna, y su nombre se utiliza a veces como sinónimo, generando la confusión. Sin embargo, Selene es un nombre de una deidad, no un nombre alternativo para el satélite mismo. Lo mismo ocurre con otros nombres de deidades lunares de diferentes culturas, como la romana Luna o la egipcia Iah. Estos nombres son parte del rico tapiz de la mitología y la historia, pero no representan un nombre alternativo oficial del cuerpo celeste.

El nombre Luna, en su forma moderna, proviene de la evolución de las raíces protoindoeuropeas. Esta etimología, respaldada por la lingüística histórica, rastrea la palabra a través de diversos idiomas y dialectos, revelando una continuidad cultural y lingüística asombrosa. Esta larga historia etimológica, lejos de ocultar un nombre secreto, revela la profunda y antigua conexión entre la humanidad y su satélite natural.

En conclusión, no existe un nombre verdadero de la Luna oculto al público. El nombre Luna (o sus equivalentes en otros idiomas) es el nombre universalmente aceptado y utilizado por la comunidad científica y la población en general. La búsqueda de un nombre secreto es, por tanto, infructuosa, aunque la rica historia mitológica y lingüística asociada a nuestro satélite continúa inspirando asombro y fascinación. La belleza de la Luna reside, precisamente, en su simplicidad y en la universalidad de su nombre, un nombre que refleja la profunda conexión intemporal entre la Tierra y su fiel compañera celestial.