¿Quién fue el que casi mata a Muzan?

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Yoriichi Tsugikuni estuvo a punto de matar a Muzan, un evento que lo conmovió profundamente, haciendo que perdiera interés en los cazadores de demonios hasta entonces. Sin embargo, la experiencia lo devolvió a su anterior dedicación.
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El hombre que casi derrotó a Muzan: Yoriichi Tsugikuni

En el sombrío mundo de “Demon Slayer”, el archidemonio Muzan Kibutsuji se erige como una fuerza temible. Sin embargo, incluso este ser formidable enfrentó un momento de peligro inminente cuando el legendario cazador de demonios Yoriichi Tsugikuni estuvo a punto de acabar con su reinado de terror.

Yoriichi Tsugikuni fue un prodigio entre los cazadores de demonios, poseedor de una habilidad sin parangón y una dedicación inquebrantable. Su Respiración del Sol era una técnica antigua y poderosa que le permitía controlar el fuego a voluntad.

Cuando Yoriichi se enfrentó a Muzan, la batalla fue titánica. El poder de Muzan era inmenso, pero la técnica y la velocidad de Yoriichi eran incomparables. Yoriichi desató un aluvión de ataques implacables, empujando a Muzan al borde de la derrota.

En un momento crucial, Yoriichi lanzó su técnica más poderosa, el decimotercer estilo de la Respiración del Sol: Hinokami Kagura. Este ataque creó una esfera de fuego abrasador que envolvió a Muzan, amenazando con consumirlo.

Sin embargo, en el último momento, Muzan pudo escapar. Aunque herido y debilitado, logró huir ante los ojos de Yoriichi. Este acontecimiento conmocionó profundamente a Yoriichi, quien se dio cuenta de que incluso con todo su poder, no pudo acabar con Muzan.

El fracaso en matar a Muzan hizo que Yoriichi perdiera temporalmente el interés en los cazadores de demonios. Sin embargo, la experiencia también lo despertó a un nuevo fuego interno. Se dio cuenta de que la derrota de Muzan era esencial para proteger a la humanidad, y renovó su dedicación con una resolución aún mayor.

El encuentro de Yoriichi con Muzan marcó un punto de inflexión tanto para él como para la historia de “Demon Slayer”. Su casi victoria demostró que incluso el ser más poderoso podría ser vulnerable y que la esperanza de derrotar a Muzan nunca debería abandonarse.