¿Quién midió por primera vez el diámetro de la Tierra?

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Eratóstenes, un filósofo griego en Alejandría, realizó la primera medición del diámetro terrestre alrededor del siglo III a.C. Su ingenioso método, basado en la observación de la sombra solar, le permitió obtener una aproximación sorprendentemente precisa del tamaño de nuestro planeta.

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El Genio de Eratóstenes: La Primera Medición del Diámetro Terrestre

En un mundo donde la tecnología moderna y la información instantánea son omnipresentes, es fácil olvidar la genialidad y la perseverancia de los pensadores del pasado. Uno de esos individuos notables fue Eratóstenes, un filósofo y matemático griego que vivió en Alejandría alrededor del siglo III a.C. Lo que le distingue no es solo su intelecto, sino también su audacia para abordar una pregunta fundamental sobre el mundo que lo rodeaba: ¿cuál es el tamaño de la Tierra?

Antes de satélites, telescopios sofisticados o incluso conceptos claros sobre la forma esférica de la Tierra para todos, Eratóstenes logró, con una precisión asombrosa, realizar la primera medición del diámetro terrestre. Su enfoque no se basó en complicados instrumentos, sino en una observación cuidadosa y un razonamiento lógico brillante.

La historia cuenta que Eratóstenes escuchó sobre un fenómeno inusual en la ciudad de Siena (actual Asuán, Egipto): al mediodía del solsticio de verano, el sol brillaba directamente en el fondo de un pozo, lo que indicaba que se encontraba directamente sobre la cabeza. En Alejandría, sin embargo, ubicada al norte de Siena, un obelisco proyectaba una sombra en el mismo día y hora.

Este simple hecho, la diferencia en la proyección de la sombra entre dos lugares a una distancia conocida, fue la clave para el descubrimiento de Eratóstenes. Razonó que si la Tierra fuera plana, no habría diferencia en la proyección de la sombra. Sin embargo, al proyectar sombras diferentes, indicaba una superficie curva.

Eratóstenes asumió (correctamente) que los rayos del sol llegaban a la Tierra en paralelo. Midiendo el ángulo de la sombra proyectada por el obelisco en Alejandría, determinó que este ángulo correspondía a aproximadamente 1/50 de un círculo completo (alrededor de 7.2 grados).

Luego, basándose en la distancia conocida entre Alejandría y Siena, que calculó a través de los pasos de un camello (una unidad de medida de la época), Eratóstenes dedujo que esta distancia representaba 1/50 de la circunferencia total de la Tierra. Multiplicando esta distancia por 50, obtuvo una estimación de la circunferencia terrestre.

Aunque existe cierto debate sobre las unidades de medida exactas que utilizó Eratóstenes, la mayoría de los estudiosos coinciden en que su resultado estuvo notablemente cerca del valor real. Su cálculo difiere en apenas un pequeño porcentaje de las mediciones modernas.

La contribución de Eratóstenes no solo fue pionera en la medición del tamaño de la Tierra, sino que también demostró el poder de la observación, la lógica y la experimentación en la búsqueda del conocimiento. En una época carente de las herramientas que hoy damos por sentadas, su ingenio y su capacidad para conectar puntos aparentemente inconexos le permitieron desvelar un misterio fundamental sobre nuestro planeta. Su legado perdura como un testimonio del poder de la mente humana para comprender el universo que nos rodea. Su historia nos recuerda que la verdadera innovación a menudo radica en la capacidad de hacer preguntas inteligentes y buscar respuestas con ingenio, incluso en ausencia de tecnología avanzada.