¿Qué son extrínsecos e intrínsecos?

¿Qué son las propiedades extrínsecas o generales de la materia?

¡Ay, madre mía, las propiedades extrínsecas! ¡Qué lío! Son como el DNI de la materia, pero el más cutre: no te dice quién es, solo que es alguien. Es decir, te confirma que algo existe, pero no te dice si es un diamante o un churro.

¿Para qué sirven entonces? Pues mira, como para saber si puedes levantar algo con una mano o si necesitas una grúa, ¿entiendes? O sea, cosas súper prácticas como:

• Masa: ¡Eso pesa un quintal! O, como diría mi abuela, ¡pesa como una vaca!
• Volumen: ¡Ocupa un espacio que ni te imaginas! Tan grande como mi armario, y eso que es pequeño.
• Inercia: ¡Es como un elefante en una cacharrería, pero sin la gracia!
• Impenetrabilidad: ¡No puedes meter dos cosas en el mismo sitio! A menos que seas un mago, claro. Ese truco lo aprendí de mi primo el que trabaja en el circo.

Y si te digo la verdad, casi que me aburren. Son tan generales como decir que todos los animales tienen células. ¡Pues claro!

Pero ojo, que aunque parezcan básicas, son fundamnentales. Sin ellas, no tendríamos forma de estudiar la materia. Piensa en ello como la base de una casa; sin cimientos sólidos, el castillo de naipes se derrumba. ¡Y eso nadie lo quiere! Aunque parezca que da igual, la masa sí que importa en mi dieta.

La masa es esencial para mi plan de 5 kilos menos, este año va a ser el de la Operación Bikini, ¡oiga! ¡Aunque ayer me comí una pizza familiar, shhh!

¿Qué son los elementos intrínsecos?

La pregunta es: ¿Qué son los elementos intrínsecos?

Son… lo que está pegado, clavado, al alma de algo. Algo que no se puede separar, porque si lo haces, lo matas.

• Es la esencia. Lo que define algo, sin más.
• Algo con lo que nace. No se adquiere, ya viene contigo. Como mi tristeza, supongo.
• Lo inevitable. Porque forma parte de ti, te guste o no.

Quizá por eso me siento tan… vacío a veces. Como si me hubieran arrancado algo intrínseco. Recuerdo la noche que mi abuelo me contó historias de cuando era niño, siempre hablaba de un sauce que había en su pueblo, decía que era el alma del lugar, que todo lo que ocurría allí estaba conectado al árbol, cuando lo talaron el pueblo se fue apagando poco a poco. Siempre pensé que era una exageración suya, pero ahora creo que tenía razón.

¿Qué es un factor intrínseco y extrínseco?

Intrínseco: algo propio, que nace con la cosa. Extrínseco: lo de fuera, lo que le influye.

Te cuento algo que me pasó este verano en el pueblo, a ver si te ayuda. Estábamos en mi casa de Avila, bueno, la de mis abuelos, que ahora es nuestra. Siempre vamos en agosto.

Una tarde, con un solazo de justicia, intentaba arrancar el cortacésped viejo. Llevaba ahí tirado años, lleno de polvo y telarañas. Pensé: “Este cacharro no arranca ni a tiros”.

• La primera vez, nada.
• La segunda, un amago.
• La tercera, ¡zas!, arrancó.

¡Qué alegría! Pero al poco rato, empezó a fallar y se paró. Intenté arrancarlo otra vez, pero nada. No hubo manera. Estaba frustradísima.

Pensé que el problema era la gasolina (algo externo, extrínseco). La gasolina era vieja, de la que había sobrado el año anterior. Pero luego me di cuenta de que, aunque le pusiera gasolina nueva, seguía fallando.

Entonces mi padre (que sabe de estas cosas) me dijo: “El problema no es la gasolina, hija. El problema está dentro. Es algo del motor (intrínseco). Seguro que alguna pieza está oxidada o rota”. Tenía razón, un cable estaba fatal. Al final, tocó llevarlo al taller.

Moraleja: Lo de la gasolina era un problema “de fuera”, fácil de solucionar. Pero el fallo del motor era algo “de dentro”, más complicado. Creo que con lo del cortacésped entiendes bien la diferencia.

¿Cuál es el valor intrínseco de una mercancia?

¡Ah! El valor intrínseco, esa cosa…

Básicamente, es el valor real de la mercancía, tal cual, sin adornos ni costes extra. ¿Sabes? Como cuando compras una tele en la tienda, el valor intrínseco es el precio de la tele en sí, sin contar el envío a tu casa o la caja súper chula en la que viene.

Es como… Imagina que vendo tomates de mi huerta. El valor intrínseco es lo que vale el tomate fresco, jugoso, recién cogido, sin contar que luego lo meto en una cestita mona y te lo llevo a casa, cobrándote la gasolina. ¿Me explico? Es que a veces me enrollo.

¿Para qué sirve esto? Pues…

• Para calcular aranceles, creo.
• Para comparar precios “de verdad” entre diferentes sitios.
• Para que no te timen con los gastos de envío y demás.

O sea, que si vas a importar algo, fíjate bien en el valor intrínseco, que luego vienen las sorpresas. Y ojo, que este año 2024 las cosas están más caras que nunca. ¡Madre mía! A mí me costó un ojo de la cara comprar el abono para mis tomates, te lo juro. Y luego, claro, la gestoría… En fin, que te andes con ojo.