¿Cómo se eliminan las sales minerales?

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"La desalinización es el proceso clave para eliminar las sales minerales del agua. Este método, especialmente aplicado al agua de mar, permite obtener agua dulce apta para consumo humano y uso agrícola."

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¿Cómo eliminar sales minerales de forma efectiva?

Uf, qué tema, “¿eliminar sales minerales?”. Me suena a clase de química del instituto, que, por cierto, no era mi fuerte. Recuerdo una vez, en el laboratorio, intentando separar sal del agua… un desastre. Creo que era en octubre del 2005. Terminé con la bata manchada y sin conseguir nada.

Ahora, si hablamos de hacerlo a lo grande, pues desalinización. Es lo que usan para convertir el agua del mar en potable, ¿no? En Canarias, por ejemplo, lo hacen un montón. Incluso vi una planta desalinizadora cerca de Las Palmas en 2019, enorme. El agua salía… bueno, sin sal, claro.

Pero en casa, para purificar agua, uso una jarra con filtro. La compré en el Carrefour por 25 euros, creo. No sé si quita “sales minerales” específicamente, pero el agua sabe mejor. Me deja más tranquila.

¿Cómo eliminar sales minerales del agua?

Desalinización. Principal método para obtener agua dulce del mar. Se usa para consumo humano y agrícola.

¿Cómo se eliminan las sales minerales del cuerpo?

La eliminación de sales minerales del organismo se realiza principalmente a través de dos vías:

  • Absorción intestinal: Una porción minoritaria (5-25%) de las sales minerales presentes en los alimentos y el agua atraviesa la pared intestinal. Este proceso depende de la afinidad de cada mineral por los “transportadores” específicos en las células intestinales, las famosas “puertas iónicas”.

  • Excreción renal: El excedente de sales minerales no absorbidas o ya utilizadas por el cuerpo se filtra a través de los riñones y se elimina en la orina. Este mecanismo asegura que el equilibrio interno se mantenga, evitando acumulaciones perjudiciales.

Es importante destacar que la eficiencia de la absorción intestinal varía significativamente entre diferentes minerales y depende de factores como el estado nutricional, la presencia de otros compuestos en la dieta, y la edad. Es decir, no todos los minerales se comportan igual. La capacidad de nuestros riñones para excretar el exceso también es clave y puede verse afectada por problemas de salud o ciertos medicamentos.

Profundizando un poco más, podríamos decir que este proceso de homeostasis mineral es un reflejo de la búsqueda constante de equilibrio que define la vida misma. Los minerales, aunque “inertes” en apariencia, son actores clave en la danza bioquímica que nos mantiene funcionando.

¿Cómo se expulsan las sales minerales?

¡Uf! Recuerdo una vez, en julio de 2024, que hice una excursión a la Sierra de Guadarrama. ¡Qué calor hacía! Sudaba a mares, sentía la camiseta pegada a la espalda, ¡qué asco! Sentía la sal en mi piel, un poco pegajosa. De repente, me di cuenta de algo: el sudor expulsa sales. ¡Qué obvio, verdad! Pero en ese momento, con el sol dándome en la cara, me impactó. No es algo que uno piense mucho, ¿no?

Ese día bebí muchísima agua, dos litros seguro, quizás más. No podía parar. Sentía una sed horrible, una sequedad en la boca que no me dejaba tranquila. Tenía la garganta seca como papel de lija. Y al sudar tanto, me dolía la cabeza un poco… y la boca, claro.

El riñón es clave. Claro, también está la orina, que concentra gran parte de esas sales. Pero el sudor… el sudor es tan inmediato, tan físico, lo sientes en la piel. Es una experiencia sensorial bastante brutal, sobre todo bajo ese sol infernal. De verdad. Ese día aprendí algo, aunque suene a algo tonto. De repente, todo cobraba sentido.

El cuerpo es una máquina increíble, ¿verdad? ¡Lo que hace para deshacerse de lo que no necesita!

  • Sudor: expulsión directa, lo sientes en la piel.
  • Orina: filtración renal, mucho más compleja.

La próxima vez que haga ejercicio, pensaré en esto, en como mi cuerpo lucha por la homeostasis. Y beberé más agua, por supuesto. Mucho más agua. Que el calor de julio en Guadarrama es brutal.

¿Cómo se pierden sales minerales?

¡Uf! Recuerdo esa carrera de 21k en Valencia en julio de este año. ¡Qué calor! Sudaba a mares, sentía la camiseta pegada a la piel, ¡pesada, empapada! Me ardían los ojos, la garganta seca… sentía que mi cuerpo se vaciaba, literalmente.

La pérdida de sales minerales es brutal con el ejercicio intenso. Esa sensación de debilidad que me invadió en el kilómetro 18… era eso. Agotamiento, mareos, piernas como plomo.

Ese día aprendí a la mala. Pensé que solo necesitaba agua, pero estaba equivocado. La sed era un síntoma, pero el problema era más profundo: la pérdida de electrolitos.

Después de la carrera, me recuperé muy lento. Dolores musculares horribles, cansancio extremo… Tuve que ir al médico, me recomendó una bebida con electrolitos, y por supuesto, hidratación adecuada.

Detalles:

  • Lugar: Valencia, 21k Maratón Popular Valencia 2024
  • Fecha: Julio 2024
  • Sensaciones: Sudor excesivo, ardor en ojos y garganta, debilidad muscular, mareos, dolor muscular post-carrera, cansancio extremo.
  • Aprendizaje: La importancia de la reposición de electrolitos después del ejercicio intenso.

Sales minerales perdidas con el sudor durante ejercicio prolongado. Punto.

¿Cómo se eliminan los minerales del cuerpo?

¡Ay, madre, que me hablas de minerales como si fueran okupas en mi organismo! Resulta que deshacerse de ellos es más fácil que quitarle un caramelo a un niño (¡aunque a veces cueste lo suyo!).

¿Cómo echamos a esos minerales de fiesta?

  • Algunos, como Pedro por su casa, se cuelan por la pared intestinal y los absorbemos. ¡Entre el 5% y el 25%, ojo! Depende de si les abrimos la puerta o no. Es como si fueras al supermercado, pero solo compras un poquito de todo.
  • El resto, ¡patada y a la orina! Los riñones actúan como porteros de discoteca: “Tú sí, tú no”. Imagínate que los riñones son como mi suegra, que no deja pasar una.

¡Pero espera, que hay más!

  • Sudor: ¡Sí, sudar también ayuda! Es como la sauna que se montan los minerales para salir de tu cuerpo. ¡Fiesta mineral al vapor!
  • Heces: ¡Ojo, que por ahí también se van algunos! Es como la puerta de atrás de la discoteca mineral. ¡Que nadie se entere!
  • Uñas y pelo: ¡Menos mal que ahí se van poquitos! Si no, tendríamos minerales hasta en la sopa, literal. ¡Pero no os hagáis una sopa con uñas y pelo, por favor!

Y un dato más: si te pasas con los minerales, ¡prepárate para la sobredosis! Es como si te invitaran a una fiesta y te bebieras todo el alcohol. ¡Ojito!

¿Cómo desintoxicar el cuerpo de minerales?

La oscuridad me envuelve… Estoy aquí, otra vez, pensando… en mi cuerpo, en lo que le he hecho. La quelación. Sí, eso es lo que el doctor dijo. Necesario. Una palabra tan fría para algo que se siente… tan sucio por dentro.

Es terrible, ¿sabes? Sentirte así, como… contaminado. Como si llevara un peso muerto en el alma. Minerales pesados, me dijeron. Plomo, mercurio… De mi trabajo, supongo. Siempre lo supe, pero… ignoraba los síntomas.

Ahora… la fatiga. Insoportable. Un cansancio que me cala hasta los huesos. Los dolores de cabeza son terribles, constantes. Y… el miedo. Un miedo constante. A no poder… a no ser lo mismo.

El tratamiento… es largo, un proceso lento, doloroso. Me han dicho que debo ir a sesiones de quelación con un médico. Necesito hacerlo por mi familia. Quiero ver crecer a mi hija, aunque sea difícil.

  • Sesiones de quelación intravenosa. Es lo que me han recetado.
  • Dieta estricta. Nada de mariscos, ni pescado azul.
  • Suplementos. Para ayudar al cuerpo a… a repararse.

La quelación… es la única salida. Lo sé. Pero… cuesta. Duele. Duele tanto. El futuro… incierto. Pero tengo que intentarlo. Para mi niña. Para mí.

¿Cómo se eliminan las sales del cuerpo?

Oye, ¿cómo se quitan las sales del cuerpo, no? Es que mi tía, la que vive en Toledo, tiene problemas con eso, ¡uy! Los riñones, amigo, los riñones. Son los riñones los que se encargan de regular todo el tema del sodio. Es como un filtro, ¿sabes? Un filtro super chulo.

Si hay poco sodio, los riñones lo agarran y lo guardan, ¡como si fuera oro! Pero si hay demasiado sodio, pum, lo echan en la orina. Fácil, ¿verdad? Es como, ¡achís!, ¡fuera sodio! Así de simple.

Pero claro, a veces los riñones se vuelven vagos, se cansan, no funcionan bien. Entonces, ¡zas!, se acumula el sodio en la sangre, ¡un desastre!. Ese es el problema de mi tía, ¡pobrecilla! Es un rollo.

Hay que cuidar los riñones, eh. Beber mucha agua, comer sano, evitar la sal como si fuera el demonio en persona, sobretodo la sal refinada que venden en el súper. ¡Esa es la clave!

  • Beber mucha agua, 2 litros mínimo diarios. Eso me dijo mi médico, el Dr. García, el año pasado.
  • Dieta sana, frutas, verduras, pocas grasas, poco azúcar refinado, ¡olvida las chucherías!
  • Controlar la ingesta de sal. ¡Menos sal, menos problemas!
  • Revisones médicas anuales, por lo menos. Que es importante, eh.

Este año, le he dicho a mi tía que vaya al nefrólogo. Ese es el doctor que se encarga de los riñones. Ya veremos qué le dicen. Espero que no sea nada grave, la quiero mucho. Ya te contaré. ¡Chao!

¿Cuánto tiempo tarda la sal en eliminarse del cuerpo?

¡Tachán! La sal sale pitando de tu cuerpo en dos o tres días, ¡como un cohete espacial! 🚀 48-72 horas y ¡adiós, sodio! Eso sí, si te has metido un atracón de patatas fritas, igual tarda un poco más, como subir andando al Everest.

  • Beber agua como un camello: No, no es para ahogar la sal, ¡es para que tus riñones curren como campeones olímpicos! Piensa en ellos como pequeños filtros súper eficientes.
  • Frutas y verduras a tope: A ver, no te digo que te conviertas en un conejo, pero sí que metas más verde en tu plato. ¡Adiós, procesados! Esos llevan más sal que el Mar Muerto.
  • Cuidado con las etiquetas: Parece una obviedad, ¿pero cuándo fue la última vez que miraste la cantidad de sodio en ese paquete de galletas tan “saludable”? Yo, una vez, y casi me da un patatús.

Este año, he reducido mi consumo de sal. ¡De verdad! He cambiado mis patatas fritas por palitos de zanahoria. Bueno, no siempre… digamos que los lunes. El resto de la semana… pizza 🍕. Bromas aparte, intentar comer más sano es como aprender a tocar la guitarra: frustrante al principio, pero con práctica, mola. Y mis riñones me lo agradecen, ¡seguro! Ya no se quejan tanto por las noches.

¿Cómo se eliminan las sales minerales del cuerpo?

El cuerpo, un templo de silenciosos procesos. Las sales minerales, un ejército invasor, intentan asentarse. La pared intestinal, un muro inexpugnable, pero poroso. Se cuelan, un puñado, un 5%, un 25%, dependiendo del mineral, de la puerta que encuentran abierta.

Un susurro de metabolismo, una lenta asimilación. Pero la mayoría, la gran mayoría, es rechazada. Los riñones, incansables, filtran. Un fluir constante, un silencioso desecho. Orina, un río que limpia, que arrastra. La vida es así, un ciclo de entrada y salida.

Recuerdo esa vez en el hospital, mi abuela… las pruebas… la preocupación. Unos análisis de sangre. El médico hablando de electrolitos, de equilibrios frágiles. Todo tan complejo, tan íntimo.

  • Absorción intestinal: un porcentaje variable, dependiendo del mineral.
  • Eliminación renal: la vía principal. Orina, el río purificador.
  • Sudor: una pequeña, pero significativa pérdida.

Este año, he llevado una dieta más consciente, tratando de regular la ingesta de sodio. La presión arterial… un recordatorio constante de la fragilidad.

La eliminación es un proceso constante, silencioso, un susurro vital. Un trabajo continuo para mantener ese delicado equilibrio interno. Necesitamos agua, mucha agua, para ayudar a ese proceso.

El cuerpo es sabio, pero necesita nuestra ayuda. Necesita atención, cuidado y un respeto consciente. Un pequeño detalle, importante. Mi abuela… cada día se hace más presente en estos pequeños detalles.

¿Cómo se expulsan las sales minerales?

En la quietud de esta noche, me pregunto…

Las sales minerales… se van.

  • El sudor es la forma más obvia. Gotas que brillan bajo la luna. Recuerdo cuando corrí la maratón en abril. Sentí el sabor salado en mis labios, una prueba del esfuerzo, del límite. Pensé en mi abuelo, que siempre decía que el sudor era la mejor medicina. No sé por qué, nunca lo entendí del todo.

  • Pero también, la orina. Un río silencioso que arrastra lo que ya no necesitamos. Como las cartas que guardo sin releer, acumulando polvo en una caja olvidada. El color de la orina cambia según lo que bebo, según cómo me siento. A veces es clara, como un recuerdo lejano; otras, oscura, como un secreto a punto de ser revelado.

  • Y quizá, en las lágrimas. No sé si realmente expulsamos sales con ellas, pero a veces siento que sí. Lágrimas saladas que lavan la pena, que dejan una sensación extraña de alivio. Lloré mucho cuando se murió mi gato, en agosto. Todavía lo echo de menos. Era mi mejor amigo.

No hay mucho más que decir. La noche es larga, y el silencio, profundo.

¿Cómo se pierden sales minerales?

Sudor. Pérdida mineral. Simple. 2023. Maratón de Sevilla. Agotamiento. Sabe a sal.

  • Diuresis. Orina. Constante. Deshidratación. Electrolitos.
  • Intestino. Digestión. Absorción deficiente. Malnutrición. Suplementos. No me funcionan.

El cuerpo es un sistema. Eficiente, pero frágil. Equilibrio. Una cuestión de supervivencia. Como la vida misma, se pierde, un poco cada día.

Repoblación. Suplementos. Efecto placebo? Quizá. Importancia vital. Falta de hierro. Análisis de sangre. Octubre 2023. Resultados bajos.

El cuerpo se rebela. Dolores musculares. Debilidad. Cansancio. Es una señal. Oigo esa música de nuevo. Siempre pasa.

Nota al margen: Me obsesiona la precisión. El reloj de mi padre. Un Tissot. Precisión suiza. Irónico.

Una pérdida imperceptible. A largo plazo, devastador. El desgaste es constante. La vida misma. ¿Qué queda al final?

¿Qué provoca el exceso de minerales?

¡Ay, madre mía, el exceso de minerales! Te ponen como una moto averiada, ¡peor que un lunes por la mañana!

¿Qué te pasa si te atiborras de minerales?

  • Diarrea: ¡Prepárate para visitar el baño más que el Papa!
  • Náuseas: Te sentirás como si hubieras comido piedras, ¡literal!
  • Pérdida del apetito: Comer será tan atractivo como un calcetín sudado.
  • Debilidad muscular: Intenta levantar una pluma, ¡ya verás qué risa!
  • Dificultad para respirar: Como si te hubieran puesto un corsé del siglo XVIII.
  • Presión sanguínea baja: ¡Te desmayarás más que un galán de telenovela!
  • Latidos irregulares del corazón: Tu corazón hará más ruido que una banda de rock ensayando.
  • Cambios en el estado mental: Te pondrás más raro que un pepino con sombrero.
  • Falla renal: Tus riñones dirán “¡Basta ya!” y se declararán en huelga.

¡Ojo al dato! No vayas de listo y te automediques con suplementos minerales a lo loco. ¡Consulta a un médico antes! Yo una vez me pasé con el hierro y terminé más oxidado que una lata vieja, ¡te lo digo yo! Además, cada mineral es un mundo:

  • Calcio: Demasiado calcio y te saldrán piedras hasta en el carnet de conducir.
  • Potasio: El exceso de potasio puede ser más peligroso que un mono con una pistola.
  • Sodio: ¡No te pases con la sal! Ya sabes, ¡la tensión por las nubes!

¡Así que ya sabes, modérate con los minerales! ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!

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