¿Cómo se llama la hormona del mal humor?

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El cortisol, conocido como la hormona del estrés, no se considera la hormona del mal humor. Si bien su aumento puede generar irritabilidad, su función principal es elevar los niveles de glucosa en sangre para afrontar situaciones desafiantes.
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El Mito de la Hormona del Mal Humor: Descifrando el Cortisol

A menudo, se busca una sola entidad culpable del mal humor, una hormona que, como un demonio interno, desencadene la irritabilidad y el malestar. Sin embargo, la idea de una “hormona del mal humor” es un concepto simplificado, y a menudo erróneo. El cortisol, a pesar de su relación con el estrés, no se ajusta a esta etiqueta.

A menudo se asocia el cortisol con el mal humor, pero esta asociación es un malentendido. Si bien es cierto que un aumento desmesurado de cortisol puede provocar irritabilidad y una sensación general de malestar, su función principal es muy diferente. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, desempeña un papel crucial en la respuesta del cuerpo ante situaciones demandantes. Su función esencial es movilizar los recursos del organismo para afrontar el desafío. Esto implica, entre otras cosas, elevar los niveles de glucosa en sangre para proporcionar la energía necesaria en momentos de presión.

La idea de una hormona del mal humor es demasiado simplista. El mal humor es un fenómeno complejo que deriva de una interacción multifactorial, incluyendo la genética, las experiencias previas, los factores sociales y, por supuesto, la salud física. El estrés, sí, es un contribuyente importante. Pero, el cortisol, más que una hormona que provoca mal humor, es una herramienta del organismo para responder al estrés. Su objetivo no es generar irritabilidad, sino asegurar la supervivencia y la adaptación.

En lugar de buscar una “hormona del mal humor”, debemos considerar la compleja red de factores que influyen en nuestro estado de ánimo. La gestión del estrés, una dieta equilibrada, el ejercicio físico y la conexión social son estrategias más efectivas para mantener un estado emocional saludable que centrarse en una única hormona. El cortisol, en su papel fisiológico, es un elemento crucial en este proceso, pero no el único ni el principal responsable del mal humor.