¿Cómo tener más energía por las mañanas?

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¡Uf, levantarse con energía es mi lucha diaria! Para mí, lo clave es la constancia. Acostarme más temprano, aunque cueste, es fundamental. Un ambiente relajante antes de dormir, sin pantallas, ¡es oro puro! Y el desayuno, ¡imprescindible! Un buen zumo y algo ligero me da el empujón que necesito. El ejercicio matutino... lo intento, ¡pero a veces el sueño gana! Aún así, creo que la clave está en la rutina y la paciencia.

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¿Cómo tener más energía por las mañanas? ¡Ay, Dios mío, qué pregunta! Es mi cruz cada día, de verdad. Parece que la energía se escapa por la ventana cada noche y me deja aquí, un zombie mañanero. ¿A quién no le pasa?

La clave, para mí, al menos lo que creo que funciona, es la constancia, esa palabra mágica que suena tan fácil y que en la práctica… ¡buff! Acostarme pronto, eso sí que es un reto. Me encantaría decir que lo consigo todas las noches, pero… miento. Hay noches que me engancho a una serie y se me van las horas, ¡qué le vamos a hacer! Pero sí que he notado la diferencia cuando sí lo consigo, es increíble la diferencia. Dormir bien es como un superpoder secreto.

Un ambiente relajante antes de dormir… ¡fundamental! Apago el móvil una hora antes, enciendo una vela con olor a lavanda (sí, soy de esas), pongo música suave… y aún así, a veces, mi cabeza sigue dando vueltas como una lavadora. ¿Quién entiende la mente?

Y el desayuno… ¡qué importante es! Un zumo de naranja natural, un poco de yogur… algo ligero que me dé un empujón. Recuerdo una época en la que salía corriendo sin desayunar y llegaba al trabajo hecha polvo, con un dolor de cabeza que me dejaba KO. Ahora no, ahora valoro cada sorbo.

El ejercicio matutino… ahí está la asignatura pendiente. Sé que me daría energía, lo sé de verdad. Pero entre que suena el despertador y que consigo ponerme las zapatillas… a veces, el sueño gana. ¡Es una batalla campal! He probado mil cosas: alarmas con música que me gusta, abrir las cortinas enseguida… pero sigo en guerra con la pereza matutina. Aun así, sigo intentándolo, porque sé que si lo consigo, tendré una energía que me dejará… ¡flipando!

En fin, que la clave es, creo, la rutina y la paciencia, sí, ¡muchísima paciencia! Y un poquito de magia, ¿no? Porque esto de la energía mañanera, a veces, parece magia negra.