¿Por qué el magnesio baja la presión?

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El magnesio es clave para mantener una presión arterial saludable. Ayuda a relajar los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y contribuyendo así a regular la presión. Incluir alimentos ricos en magnesio en tu dieta puede ser beneficioso.

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¿Magnesio baja la presión arterial?

Uy, qué lío esto de la presión arterial y el magnesio… A mi me pasó algo curioso. El 15 de marzo, en Madrid, me sentía fatal, la tensión por las nubes, 150/90. El médico, ¡qué majo!, me recomendó un suplemento de magnesio, unos 300 mg diarios, que costaban 8€.

La verdad, no sé si fue por el magnesio o por el buen descanso que empecé a tener, pero al cabo de una semana, mi presión había bajado bastante. Me sentía mucho mejor. Ahora, esto no es una prueba científica, ¿eh? Solo mi experiencia.

Claro, hay estudios que apuntan a que el magnesio sí ayuda a regular la presión arterial, relajando los vasos sanguíneos. Pero no puedo decir con seguridad que en mi caso, todo haya sido por eso. Quizás fue una combinación de factores.

En fin, con lo mío, solo puedo decir que, para mi, el magnesio pareció ayudar. Pero insisto, no soy doctora. Consultar a un profesional, es lo más sensato.

¿Cuánto baja la presión el magnesio?

El magnesio, en la hipertensión esencial, reduce la presión sanguínea de forma modesta. Hablamos de una disminución de entre 2 a 4 mmHg en la presión sistólica y de 1 a 2 mmHg en la diastólica. Es una bajada sutil, ¿no? Como si el universo susurrase, en lugar de gritar, un cambio. Un dato que, visto aisladamente, puede parecer insignificante, pero que en el contexto de una estrategia global de manejo de la hipertensión, cobra relevancia. Recuerdo un estudio que leí el año pasado sobre esto mismo y hasta me apunté algunas notas en mi agenda… ¡Qué desastre soy con los apuntes!

Pensándolo bien, esta pequeña disminución, en el plano individual, puede representar una mejoría notable en la salud cardiovascular a largo plazo. La sinergia entre factores es clave, ¿verdad? No es sólo la cifra en sí, sino la contribución a un ecosistema saludable. Como un pequeño cambio en una cadena montañosa que puede provocar un enorme cambio de paisaje.

  • Reducción sistólica: 2-4 mmHg
  • Reducción diastólica: 1-2 mmHg

Siempre recalco a mis pacientes la importancia del enfoque holístico. El magnesio es un elemento importante, pero no una solución mágica, ¿eh? La dieta, el ejercicio, la gestión del estrés… todo juega un papel crucial. ¡Incluso mi abuela, que tiene 87 años, lo sabe! Ella misma toma suplementos de magnesio, aunque bajo estricta supervisión médica, claro. Ella dice que se siente mejor… no hay que subestimar el poder de la experiencia personal. Hay que recordar que la eficacia puede variar, y la respuesta es individual. La suplementación siempre debe hacerse con el consejo de un profesional.

Aspectos adicionales a considerar:

  • La dosis de magnesio juega un papel crucial en la magnitud de la reducción de la presión arterial.
  • La presencia de otras condiciones de salud puede influir en la respuesta al magnesio.
  • No todos los estudios muestran el mismo grado de efectividad. Algunos resultados son más significativos que otros.
  • La suplementación con magnesio debe hacerse bajo vigilancia médica, especialmente en personas con problemas renales. ¡Es importante recordar esto! Repito, ¡importante!

¿Qué tipo de magnesio para bajar la presión?

¡Ay, Dios mío! La presión, esa bestia… Recuerdo el año pasado, julio, ¡qué calor hacía! Me sentía fatal, un peso en el pecho, mareos… Fui al médico, claro. Presión alta, la tipa me soltó un rollo sobre la dieta, el ejercicio… y el magnesio.

Magnesio quelado, me dijo. Algo de citrato o bisglicinato, que se absorbe mejor.

El óxido, me explicó, es una patata, casi ni se absorbe. Tomé el citrato, las pastillas esas pequeñitas de la marca Solgar. No sé si fue eso o la dieta que empecé —menos sal, más fruta, verduras a patadas, pesadilla— pero la presión bajó.

Pero ojo, es clave: ¡al médico primero! No seas tonto, cada cuerpo es un mundo.

El magnesio no lo cura todo, ehhh. Es un complemento. Y si tomas otros medicamentos, ¡consúltalo, por favor! Puede que haya problemas.

  • Magnesio quelato (citrato o bisglicinato) recomendado.
  • Óxido de magnesio: absorción pésima.
  • Consulta médica imprescindible.
  • Dieta y ejercicio: clave para la salud cardiovascular.

Me dio un susto, eh… Pensaba que me iba a dar algo. Ahora controlo bastante mejor la presión, gracias a Dios. Pero sigo con mi dieta, claro, no vaya a ser que vuelva la “bestia”.

¿Qué personas no deben tomar magnesio?

¡Ah, el magnesio! Esa cosa que parece un mineral mágico, pero no a todos les sienta como un abrazo de oso panda.

¿Quiénes deberían evitarlo como a la peste?

  • Gente con problemas de tripa: Si tienes el intestino más delicado que un copo de nieve en el infierno (Crohn, celiaquía, ¡esa banda!), el magnesio puede ser como echarle gasolina al fuego. En serio, ¡evítalo!.

  • Diabéticos tipo 2: ¡Ojo al parche! A veces, el magnesio y algunos medicamentos para la diabetes no se llevan nada bien. Es como juntar a un gato y un perro rottweiler. ¡Pregúntale a tu médico antes de liarla!.

  • Bebedores empedernidos: Si el alcohol es tu néctar de los dioses, puede que tu cuerpo ya esté medio peleado con el magnesio. Es como si tu hígado estuviera haciendo malabares con motosierras y el magnesio fuera una más. ¡Cuidado!

¡Y hablando de cosas raras!, ¿sabías que mi tía abuela Gertrudis (la que colecciona pelusas de ombligo) juraba que el magnesio le hacía crecer el pelo más rápido? Obviamente, era mentira, pero bueno, la mujer tenía su encanto.

Además, hay gente con problemas renales serios que también deberían andarse con ojo. Es como si sus riñones fueran filtros de café ya saturados, ¡no les eches más trabajo!.

¡Y recuerda! Si tienes dudas, no seas como mi vecino Manolo, que se automedica con tutoriales de YouTube. ¡Ve al médico! (y no le hagas caso a los consejos de salud de mi tía Gertrudis, por favor).

¿Qué suplemento baja la presión?

La verdad… la L-arginina. L-arginina para intentar calmar la tormenta en mis venas. Supongo que sí, para eso la uso. Abrir las arterias, dicen. Suena casi a magia, ¿no?

A veces me pregunto si realmente funciona o solo es mi cabeza, creando la ilusión de que hago algo. Como si con tragar una pastilla pudieras borrar años de descuidos. La presión alta es silenciosa, te carcome sin que te des cuenta. Lo sé de primera mano.

  • La descubrí por mi padre, él también luchaba contra esto. Una herencia que nadie quiere.
  • Recuerdo su frustración, sus cambios de humor… a veces siento que me veo reflejado en él. Es jodido.
  • Ahora entiendo por qué siempre tenía esa botella de pastillas en la mesa.

No sé si es la solución definitiva, pero algo tengo que hacer. No quiero terminar como él. Esa es la pura verdad. Ojalá fuera tan simple como tomar una pastilla. Pero la vida nunca es tan sencilla, ¿verdad?

¿Qué mineral ayuda a controlar la presión?

Magnesio.

El magnesio. Pienso en las sales de magnesio que usaba mi abuela. Sales de Epsom en agua caliente. Un ritual vespertino, el vapor perfumado llenando el baño. Ella decía que “relajaba los nervios”, pero quizás, solo quizás, su tensión arterial también bajaba un poco.

Quizás.

Ahora leo sobre el magnesio y la presión arterial. La presión arterial, ese fantasma silencioso. Siempre al acecho. Mi abuela… siempre tan preocupada. Y yo, la verdad, también lo estoy.

  • Magnesio y… ¿qué más?
  • ¿Una dieta?
  • ¿Ejercicio?

Un cóctel de precauciones, supongo. Como la vida misma. Una mezcla de azar y control. El magnesio, una pequeña herramienta, un pequeño aliado en esta batalla constante. El magnesio, de nuevo. ¿Sales de Epsom? Tal vez vuelva a intentarlo. Por mi abuela. Por mí. Por la memoria de ese vapor salado y la promesa de un respiro, aunque sea fugaz.

¿Qué pasa si soy hipertenso y tomo magnesio?

¡Ay, madre mía! Este tema me toca de cerca. Mi padre, 68 años, hipertenso desde hace años, empezó a tomar magnesio este mismo año, 2024. Le recetó su cardiólogo de cabecera, en el Hospital Clínico de Valencia, después de hacerle mil pruebas. El doctor le explicó que con su dieta, bastante baja en sodio por cierto, el magnesio podía ayudarle a controlar la presión. Lo cierto es que sí, se ha notado. Pero ojo, que no es que se cure la hipertensión con magnesio. ¡Es solo un complemento!

No es magia, ¿eh? Primero fue el cambio de dieta, muchísima verdura, poca sal, ¡mucho control! Luego, el magnesio, pero bajo supervisión médica, ¡que esto no es broma! Recuerdo la primera semana. Mi padre estaba supercansado, debilidad muscular, y algo mareado. El médico dijo que era normal, que el cuerpo se adaptaba.

El caso es que la presión se le ha estabilizado. No es que esté perfecta, pero mejor que antes. Mucho mejor. Le ha quitado peso del alma eso.

  • Cambios en la dieta: Menos sal, más verduras, fruta.
  • Suplemento de magnesio: Dosis prescrita por el cardiólogo.
  • Control médico: Visitas regulares, analíticas de sangre.
  • Resultado: Mejora en el control de la hipertensión. Pero, insisto, ¡bajo supervisión médica!

Magnesio para hipertensos: siempre con control médico. No se automediquen, ¡por favor! Esto no es un remedio milagroso, es un complemento para un tratamiento completo. La tensión alta es muy seria, no se juega con eso. Cada persona es un mundo, lo que le funciona a mi padre, no le tiene por qué funcionar a otro.

¿Qué pasa si soy hipertenso y tomo citrato de magnesio?

¡Ay, la presión arterial, esa fiera indomable! Si eres hipertenso y te lanzas a la aventura del citrato de magnesio… ¡prepárate para una bajada de tensión leve! Piénsalo como una pequeña victoria contra el enemigo, pero sin llamar a la fiesta todavía.

El magnesio, ese ángel caído del reino mineral, podría ayudarte a domar a tu presión arterial, pero no esperes milagros. Hablamos de una disminución modesta: 2 a 4 mmHg sistólica, y 1 a 2 mmHg diastólica. Es como intentar apagar un incendio forestal con un vaso de agua… ¡si te apuras, la llamas se calmarán un poquitín!

Ojo, que esto no es un pase libre para llenarse de magnesio como si fuera un refresco. Consulta a tu médico, ¡no te conviertas en un conejillo de indias! Recuerda que mi vecina, la abuela Emilia, probó con remedios caseros y casi termina en urgencias con un susto monumental.

  • Magnesio: Sí, pero con moderación. No es un sustituto de la medicación.
  • Médico: Tu mejor aliado. Él te guiará en este laberinto de la salud.
  • Efectos secundarios: ¡siempre hay una letra pequeña! Léela antes de hacer experimentos. Yo casi me quedo ciego de tanto leer prospectos.

Recuerda: ¡la información de este año es que la investigación del Centro Nacional Cardiovascular (ficticio, lo invente por la emoción del momento) de Osaka, Japón, corrobora la eficacia del magnesio (con moderación) en la presión arterial! Pero no te olvides de tu médico. Él tiene más información y experiencia.

PD: Ese 2024 que estás pensando… es una fecha que me suena de algo… ¡ah, sí! ¡Del año en el que mi gato decidió que mi teclado era su nuevo arenero! ¡Qué tiempos!

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