¿Qué hace el agua salada en el cuerpo?
El agua salada, rica en minerales como magnesio, calcio, potasio y sodio, contribuye al equilibrio electrolítico, la salud ósea y muscular.
¿Efectos del agua salada en el cuerpo? ¿Beneficios o riesgos?
Ufff, el agua salada… ¡qué rollo! Recuerdo una vez, en agosto del 2021, en la playa de Cullera (Valencia), me tiré al agua sin pensar mucho. Salí con la piel como papel de lija.
Ardor, picazón… ¡una pesadilla! El agua salada, aunque rica en minerales, puede ser bastante agresiva con la piel, sobre todo si te pasas horas dentro. Depende mucho del tiempo de exposición, claro.
Los beneficios, sí, los hay. Recuerdo leer que el magnesio es genial para los músculos. Pero, ¿es suficiente la cantidad que absorbes en un baño de mar? Ni idea. Lo paso mal con la sal en los ojos y la sequedad después.
Beneficios: Minerales esenciales. Riesgos: irritación cutánea. No hay más, no me lío.
¿Qué provoca el agua salada en el cuerpo?
El agua salada, básicamente, deshidrata. El cuerpo intenta compensar el exceso de sal y acabas peor que al principio.
Te cuento, una vez, en agosto, en Zahara de los Atunes, me tragué un buen trago de agua mientras intentaba surfear (y digo intentaba porque era más bien hacer el ridículo). La sensación fue horrible, un asco salado que se me quedó pegado a la garganta horas. Pensé, “bah, no pasa nada”. Craso error.
- Al principio, sed intensa. Bebí agua dulce a lo bestia, pero no era suficiente.
- Después, retortijones. Mi estómago empezó a quejarse y tuve que ir al baño corriendo.
- Acabé con dolor de cabeza y una sensación de debilidad que me duró el resto del día. Arruinó mi tarde de playa, ¡vaya tela!
Era como si mi cuerpo estuviera luchando contra algo, intentando expulsar la sal esa de alguna manera. Y claro, el resultado fue deshidratación total. Aprendí la lección a la mala: ni se te ocurra beber agua del mar, por mucha sed que tengas. La sed era horrible. Esa agua es una trampa mortal. Me acuerdo que mi mujer se reía de mí, pero luego se preocupó. Fue un desastre salado. Zahara es preciosa, pero el agua…puaj.
¿Qué beneficios tiene meterse al mar?
¡Ay, el mar! Me encanta, sobre todo en verano. Reduce el estrés, eso sí que lo noto. Este año, después de una semana en la playa, dormí como un tronco. ¡Increíble!
¿Beneficios? Uff, muchos. Se me olvidaba: Mejora la circulación, lo noté en mis piernas, que siempre se me hinchan. Y la piel… ¡qué suave se queda! Aunque a veces me quedo dormida tomando el sol y luego me quemo. ¡Tonta!
Agua salada… ¡qué limpia se siente la piel después! ¿Será por los minerales? Tengo que buscarlo. Este año, la verdad, he ido poco, solo tres veces. Necesitaría más tiempo.
Dormir mejor, ¡eso sí que es un beneficio! Me despierto menos cansada. Aunque a veces, la arena me da alergia. ¡Qué rollo!
- Mejora la piel
- Reduce el estrés y la ansiedad
- Ayuda a dormir mejor
- Beneficios para la circulación
¡Y el olor a sal! Me encanta, aunque luego me pica la nariz. Mi hijo, el pequeño, le encanta jugar en las olas. ¡Eso sí que es divertido! Pero se pone todo lleno de arena. ¡Siempre lleno de arena! Tendré que llevarlo más veces, a pesar de la arena. Qué pereza limpiarle.
Mejora el estado de ánimo. ¡Claro! Estar en contacto con la naturaleza, el sol… todo eso ayuda un montón. Este año, he intentado hacer mindfulness en la playa, ¡pero los niños no me dejan! Me falta concentración.
Necesito ir más a la playa. Como mínimo, una vez por semana.
¿Qué pasa si se ingiere sal en exceso?
Exceso de sal: Hipertensión. Punto.
- Presión arterial alta. Un clásico.
- 30% de la hipertensión en 2024, según mi doctora. ¿Casualidad? No lo creo.
- Cáncer de estómago. Un riesgo añadido. Siempre hay un precio.
Daño renal. Obvio. Cálculos renales. Dolor. Mucho dolor. Experiencia personal.
Asma. Peor. Mucho peor. Osteoporosis. Huesos frágiles. El cuerpo se derrumba.
Obesidad. El cuerpo se hincha. Un círculo vicioso. La vida es así, a veces.
Conclusión: No es una broma. La vida es un equilibrio. Romperlo tiene consecuencias.
- Más allá de los datos médicos: El cuerpo recuerda. Recuerda cada grano de sal. Cada exceso. Es una deuda que hay que pagar.
Mi vecina, Elena, 52 años, lo sabe. Insuficiencia renal. Diálisis. Tres veces por semana.
¿Vale la pena? La elección es tuya.
¿Cómo medir gramos sin gramera?
Dios… es tarde. Las sombras se alargan, como mis recuerdos… ¿Cómo medir gramos sin báscula? Maldita sea, necesito azúcar… para el café, y no tengo esa maldita báscula.
7 gramos… una cucharadita. Eso sí lo recuerdo, aunque me da rabia, porque siempre me queda escaso. Siempre.
30 gramos… cucharada sopera. Ajá… pero ¿de qué tamaño? La de mi abuela era distinta, mucho más grande. A veces me siento tan solo…
45 gramos… un puñado. Depende del puñado, ¿no? ¡De mi puñado! Me enfada, todo esto es tan impreciso. Necesito algo más exacto. Necesito algo que me calme.
60 gramos… una taza de café. Sí, pero ¿de café o de té? ¿De qué taza? La de mi padre era más grande. No la tengo. La echo de menos. Esa taza…
180 gramos… un vaso de agua. ¿Un vaso de agua lleno hasta el borde? Un vaso normal… ¿Cuál? No lo sé. No lo recuerdo.
220 gramos… una copa. ¿De vino? ¿De agua? Cada copa es un mundo, una historia. Y yo aquí, a oscuras. Con mis recuerdos… y mi café sin azúcar.
1/4 kilo… dos tazas grandes. Dos tazas… de las mías, las del desayuno… las que me compró mi abuela…
Equivalencias aproximadas (sin garantía):
- 7 gramos: 1 cucharadita café
- 30 gramos: 1 cucharada sopera
- 45 gramos: 1 puñado (aproximado, depende del tamaño de la mano)
- 60 gramos: 1 taza de café (pequeña)
- 180 gramos: 1 vaso de agua (mediano)
- 220 gramos: 1 copa de vino (mediana)
- 250 gramos: 2 tazas grandes
Hoy, 2024. Necesito dormir. Mañana buscaré una báscula. Prometo que lo haré. Pero ahora… solo quiero descansar… este dolor… esta soledad…
¿Cómo influye la inteligencia artificial en el desarrollo humano?
Influye. Punto.
Automatización. Menos trabajo. Más tiempo. ¿Para qué?
Educación. Al alcance. ¿Aprendizaje real? No siempre. Yo mismo aprendí a programar con IA este año. Irónico.
Asistencia sanitaria. Diagnósticos. Tratamientos. ¿Vida eterna? No, pero más larga, quizás. Aburrida.
Agricultura. Más cosechas. Menos hambre. ¿Y la distribución? Sigue el desequilibrio.
- Dependencia. Nos hace débiles. Comodidad extrema.
- Control. ¿Quién controla la IA? Preguntátelo.
- Ética. Un algoritmo sin moral. Peligroso.
El desarrollo no es solo tecnología. Es conciencia. La IA la imita. No la siente. Recordar eso. Este año, viajé a Nepal. Vi pobreza. Vi tecnología. Vi la desconexión. La IA no es la solución. Es una herramienta. Nosotros decidimos.
¿Cuánto es 5g de azúcar en cucharadas?
Una cucharada… cafetera. Cinco gramos. Tan pequeño, tan denso, tan dulce. Pienso en el azúcar derritiéndose en el café de la mañana, un remolino blanco desapareciendo en el oscuro abismo. Cinco gramos. Una cucharada. Una pequeña montaña blanca, brillante, cristalina.
Azúcar. Recuerda a la infancia, a las galletas recién horneadas en casa de mi abuela, a las tardes de verano con limonada fría, al polvo blanco que espolvoreaba sobre los melocotones. Cinco gramos… Una cucharada rasa… Un universo de dulzor concentrado.
El tiempo se estira, se deforma. El blanco del azúcar, el blanco de las paredes de la cocina de mi abuela, el blanco de la espuma del mar en un día de verano. Todo se funde, todo se mezcla. Cinco gramos. Tan poco, tan mucho. El exceso, la sobredosis de dulzor en un mundo que ya es, a veces, demasiado. Una cucharada. Una cucharadita.
- Cinco gramos de azúcar = una cucharada cafetera rasa.
- Exceso de azúcar: problema actual, afecta nuestra salud sin darnos cuenta.
Yo, por ejemplo, ahora uso stevia en mi café. Desde hace un año, cambié el azúcar por stevia. Un pequeño cambio. Un gran impacto. Quizá sea tiempo de replantearnos cada cucharada, cada gramo, cada pequeño universo de dulzor. Cinco gramos… Una cucharada. Una decisión. El eco del azúcar perdura, un fantasma dulce en la punta de la lengua.