¿Qué no se debe hacer ante una hemorragia?

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Ante una hemorragia, evite manipular la herida o extraer objetos incrustados; esto incrementa el sangrado y el daño. Si un apósito se satura, no lo retire; añada otro encima para controlar la hemorragia de forma eficaz.

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Ante una hemorragia: Lo que no debes hacer

Una hemorragia, aunque a menudo se asocia con situaciones de emergencia, puede controlarse eficazmente siguiendo unas pautas cruciales. En este contexto, es fundamental saber qué no hacer, ya que ciertas acciones pueden agravar la situación y prolongar el proceso de detener el sangrado.

Ante la aparición de una hemorragia, la reacción instintiva puede ser la de manipular la herida o intentar extraer cualquier objeto que se haya clavado en ella. Sin embargo, este es un error grave que debes evitar. La manipulación directa de la herida, o el intento de remover cuerpos extraños, puede incrementar considerablemente el sangrado y agravar el daño tisular. Es fundamental mantener la calma y actuar con precisión.

Otro punto crucial es la gestión del apósito. Si el apósito se satura de sangre, no lo retires. Este es un error común y, a menudo, contraproducente. Quitar el apósito sucio expone la herida al aire, reactivando el sangrado y potencialmente generando más daño. En su lugar, añade otro apósito encima del anterior, sin mover el ya colocado. Esta técnica permite un control eficaz de la hemorragia, evitando la re-exposición de la herida.

En resumen:

  • No manipules la herida.
  • No intentes extraer objetos clavados.
  • No retires el apósito saturado; añade otro encima.

Recuerda que estos consejos son generales y que en situaciones de hemorragia grave, es fundamental buscar atención médica profesional inmediata. Esta información no sustituye a la consulta con un profesional de la salud.