¿Qué producen las células G del estómago?

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Las células G del estómago producen gastrina, una hormona que estimula la secreción de ácido gástrico. Se localizan principalmente en las glándulas gástricas del antro pilórico, y en menor medida en duodeno y otros tejidos.
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La Gastrina: La Hormona Maestra de la Secreción Ácida Gástrica y su Origen en las Células G

El estómago, un órgano clave en la digestión, es un complejo ecosistema celular donde diversos tipos de células trabajan en concierto para procesar los alimentos. Entre estas, las células G destacan por su papel crucial en la regulación de la secreción ácida gástrica. Su principal producto, la gastrina, es una hormona peptídica que orquesta una serie de procesos esenciales para la digestión.

Las células G, residen principalmente en el antro pilórico, la región terminal del estómago. Imaginemos el estómago como una especie de embudo; el antro pilórico sería la parte más estrecha, justo antes de la conexión con el duodeno (el inicio del intestino delgado). Es en las glándulas gástricas de esta zona, invaginaciones profundas en la pared estomacal, donde se concentra la mayor población de células G. Aunque en menor cantidad, también se han identificado células G en el duodeno y, de forma aún más escasa, en otros tejidos como el páncreas y el cerebro, sugiriendo un rol más amplio de la gastrina que aún se encuentra bajo investigación.

La gastrina, una vez liberada por las células G, no actúa directamente sobre las células productoras de ácido (células parietales). En cambio, inicia una cascada de señalización que involucra a las células enterocromafines (ECL), también presentes en las glándulas gástricas. La gastrina estimula a las células ECL a liberar histamina, un potente secretagogo ácido que actúa directamente sobre las células parietales, induciendo la secreción de ácido clorhídrico (HCl) al lumen gástrico. Este HCl es fundamental para la desnaturalización de proteínas, la activación de enzimas digestivas como el pepsinógeno (que se convierte en pepsina en presencia de ácido) y la eliminación de microorganismos ingeridos con los alimentos.

La producción de gastrina por las células G no es constante. Se regula finamente por una variedad de factores, incluyendo la distensión del estómago por la llegada de alimento, la presencia de péptidos y aminoácidos en el lumen gástrico, y la estimulación del nervio vago. Por otro lado, la acidez excesiva en el estómago inhibe la liberación de gastrina, creando un mecanismo de retroalimentación negativa que previene una producción descontrolada de ácido. Alteraciones en este delicado equilibrio, como la hipersecreción de gastrina, pueden dar lugar a patologías como el síndrome de Zollinger-Ellison, caracterizado por la formación de úlceras pépticas.

En resumen, las células G y su producto, la gastrina, son piezas clave en la compleja maquinaria de la digestión gástrica. Su estudio continúa revelando facetas importantes de la fisiología gástrica y abriendo caminos para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para las enfermedades relacionadas con la secreción ácida.