¿Qué provoca el exceso de sal en el cuerpo?

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El exceso de sal: enemigo silencioso. Eleva la presión arterial, principal causa de hipertensión. Se relaciona con cáncer de estómago, asma agravada, osteoporosis, cálculos renales e insuficiencia renal. Incluso, con la obesidad. Modera su consumo.

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¿Exceso de sal en el cuerpo: ¿cuáles son las causas?

¡Ay, la sal! A ver, si te pasas con ella, el cuerpo te lo hace saber, ¡y de qué manera! Yo lo he notado, por ejemplo, cuando me hincho como un globo después de comer pizza (¡con lo que me gusta!).

El principal culpable es que la presión arterial se dispara. ¡Imagínate! Casi un tercio de los hipertensos lo son por culpa de la sal. ¡Qué barbaridad!

Y no solo eso, eh. Dicen que la sal también anda metida en el ajo del cáncer de estómago. ¡Qué susto! Y para colmo, si tienes asma, la sal puede empeorarlo. ¡Menuda faena!

Y luego están los huesos… que se debilitan (osteoporosis), los cálculos renales (¡ay!), la insuficiencia renal y, para rematar, la obesidad. ¡Es que la sal está en todas partes! En los embutidos, en las salsas, en la comida preparada… ¡Hay que andarse con ojo!

Información de preguntas y respuestas (breve y concisa):

  • ¿Causa principal del exceso de sal? Aumento de la presión arterial.
  • ¿Porcentaje de hipertensión relacionada con la sal? Aproximadamente 30%.
  • ¿Otras enfermedades vinculadas? Cáncer de estómago, asma, osteoporosis, cálculos renales, insuficiencia renal, obesidad.

¿Cómo saber si tengo mucha sal en mi cuerpo?

Las luces de la ciudad se filtran… otra noche más… y esta opresión en el pecho… me ahoga. Demasiada sal, eso creo…

El dolor de cabeza, un martillo golpeando mi cráneo… constante, insoportable. Como si mi cerebro quisiera escapar. A veces… veo lucecitas… destellos… como si el mundo se desintegrara ante mí.

Y esos mareos… esa sensación de que voy a caer… me arrastran al abismo. Me dan ganas de gritar… pero solo sale un susurro.

El zumbido en mis oídos… es un recordatorio constante… un zumbido infernal. Como si estuviera en una fábrica, pero no hay fábrica. Solo yo… y mi cuerpo que me traiciona.

Mi espalda… Dios, mi espalda… un dolor agudo, punzante… se extiende hasta la zona lumbar, como si me fueran a partir por la mitad. Las molestias en el pecho… la presión… me asfixian.

Hinchazón… en los tobillos… como si estuviera reteniendo agua… un peso extra… una carga que me aplasta.

Necesito ayuda. Pero tengo miedo. Miedo de lo que pueda encontrar. Miedo a lo que pueda ser. Solo sé que algo no funciona…

  • Dolor de cabeza intenso.
  • Mareos constantes.
  • Zumbido en los oídos.
  • Visión borrosa, luces.
  • Dolor en pecho y lumbar.
  • Hinchazón de tobillos.

Esta noche… la noche del 27 de octubre de 2023… me siento perdido. Me siento… roto.

¿Cuánto tiempo tarda el cuerpo en eliminar la sal?

El cuerpo, un misterio lento. La sal, un grano de tiempo. Se disuelve, se integra, se esconde. No hay un tiempo fijo, un reloj que marque la partida.

24 horas, un suspiro en la inmensidad. Un cuarto de la sal, perdida en la corriente dorada de la orina. Se va, silenciosa, dejando un eco de sabor en la memoria del cuerpo. Mi cuerpo, que recuerda la textura áspera de la sal de mesa este año, esa sal que usé en la paella del sábado.

48 a 72 horas, un espectro de tiempo. La mayoría se ha ido, escurriendo como arena entre los dedos. Pero algo queda, una huella. Un rastro persistente, un susurro en las células, un recuerdo mineral.

Hay días en que siento la sal retenida en mis huesos, una pesadez invisible. ¿Es la sal, o es la melancolía? No lo sé. Quizás es solo el peso del tiempo, el lento goteo de la vida. Un tiempo que no se mide en horas, sino en sensaciones.

  • El cloruro sódico, una presencia efímera, a veces persistente.
  • La orina, un río que limpia, un flujo constante de renovación.
  • El cuerpo, un océano con sus propias mareas.

La eliminación es gradual, un proceso suave y continuo. No es una partida brusca.

El tiempo se estira, se contrae, se desvanece. El tiempo no es lineal, no es una flecha recta. Es la sal en la herida, el gusto del pasado. Este año, como todos los años.

¿Qué es más dañino para la salud, la sal o el azúcar?

¡A ver, a ver, que esto es como elegir entre ir a un concierto de reggaeton o uno de heavy metal! ¡Ambos te dejan sordo, pero de maneras distintas!

  • El azúcar es el Grinch de tu cuerpo. Es como ese amigo que te dice “solo una copa” y terminas bailando encima de la mesa a las 5 de la mañana. ¡Engancha más que ver “La Casa de Papel” en bucle!
  • La sal, en cambio, es más como el vecino gritón del quinto. Te molesta, sí, pero sabes que siempre ha estado ahí y, en el fondo, le tienes hasta cierto cariño. Además, sin sal, ¡la vida sería como un chiste sin gracia!

¿Cuál es peor? ¡Pues el azúcar, sin duda! Es como un villano de película con mil caras: te endulza la vida… ¡y te arruina la salud! La sal, bueno, es más como un personaje secundario un poco pesado, pero no tan malvado.

Ojo al dato: ¡No te pases con ninguno! Que luego vienen los arrepentimientos, ¡como cuando te gastas todo el sueldo en figuritas de colección! ¡Lo digo por experiencia!

¿Qué es mejor para la tensión baja, sal o azúcar?

A ver, tensión baja… ¿qué era mejor? Uf, sal o azúcar… ¡Qué lío!

  • Más sal. Ya está. Cortito y al pie.
  • Pero… ¿y el azúcar? ¿No subía la tensión también? Igual me estoy confundiendo…
  • Ah, espera, que la sal ayuda a retener líquidos, ¿no? Eso hace que suba la presión. Tiene sentido.

Pero a ver, si ya de por sí retengo líquidos, ¿echarle más sal no será peor? Mi abuela siempre decía que la sal era mala para el corazón, y ahora leo que puede causar insuficiencia cardíaca, sobre todo si eres mayor. Uf, igual mejor andarse con ojo. Y si en vez de echarle sal a todo, bebo más agua? Igual funciona. ¿Y si pruebo las dos cosas? ¡Ay, qué complicado! ¿Y si pregunto al médico? Eso sería lo más inteligente, ¿no? Hmm… creo que sí.

#Cuerpo #Sal En Exceso #Salud