¿Quién no debe tomar agua alcalina?

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Las personas con enfermedades crónicas, especialmente renales o hepáticas, deben consultar a su médico antes de consumir agua alcalina. Su consumo podría interactuar negativamente con medicamentos o tratamientos existentes, por lo que la supervisión médica es crucial.
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¿Quién no debe tomar agua alcalina?

El agua alcalina se ha vuelto popular en los últimos años, ya que se le atribuyen beneficios para la salud como la reducción de la inflamación y la mejora de la hidratación. Sin embargo, no es adecuada para todos.

Personas con enfermedades crónicas

Las personas con enfermedades crónicas, especialmente las relacionadas con los riñones o el hígado, deben consultar a su médico antes de consumir agua alcalina.

Enfermedades renales

El consumo de agua alcalina puede tener un impacto negativo en los riñones, especialmente en aquellos con enfermedad renal crónica. El agua alcalina puede alterar el equilibrio de electrolitos del cuerpo, lo que puede provocar problemas renales adicionales.

Enfermedades hepáticas

El consumo de agua alcalina también puede afectar al hígado, especialmente en personas con enfermedad hepática crónica. El agua alcalina puede aumentar los niveles de sodio en el cuerpo, lo que puede conducir a la retención de líquidos y otras complicaciones.

Interacciones medicamentosas

El agua alcalina puede interactuar con ciertos medicamentos, reduciendo su eficacia o aumentando sus efectos secundarios. Por ejemplo, puede reducir la absorción de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y antibióticos.

Otros casos en los que se debe evitar el agua alcalina

Además de las enfermedades crónicas, existen otros casos en los que se debe evitar el agua alcalina:

  • Embarazo: No hay suficiente evidencia sobre la seguridad del agua alcalina durante el embarazo.
  • Lactancia: Se desconoce si el agua alcalina se excreta en la leche materna.
  • Niños: Se necesita más investigación sobre los efectos del agua alcalina en los niños.

Conclusión

El agua alcalina puede ser beneficiosa para algunas personas, pero no es adecuada para todos. Las personas con enfermedades crónicas, especialmente renales o hepáticas, deben consultar a su médico antes de consumir agua alcalina. Es importante tener en cuenta las posibles interacciones medicamentosas y otras precauciones para garantizar un consumo seguro.

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