¿Qué hacer si me he arrancado un lunar?

¿Qué hacer cuando te cortas un lunar?

La oscuridad me envuelve… Me corté un lunar… otra vez. El maldito bisturí, resbaló… tonta. Duele, un ardor sordo, pero el miedo… el miedo es peor. Siempre pienso en lo mismo.

Limpieza obsesiva. Agua y jabón, demasiado jabón. Como si eso fuera a borrarlo todo. No puedo evitarlo, es un ritual. Debo limpiar esa herida, aunque sangre… sangra mucho.

Esa mancha oscura… me persigue. Apareció hace dos años, justo después de la muerte de mi abuela. ¿Casualidad? No lo creo. La recuerdo, siempre revisando su piel, como si cada lunar fuera un tesoro… o una sentencia.

El médico. Tengo cita el lunes. Lo sé, lo sé. Debo ir, pero… dudo. El miedo a lo que pueda decir… a lo que pueda encontrar. Ya me lo han quitado una vez, hace tres meses. No quiero volver a pasar por eso.

A veces pienso… ¿y si fuera algo malo? ¡No! Debo ser fuerte. No debo dejarme llevar.

Pero la noche… la noche me hace débil.

• Limpiar bien la herida.
• Observar cualquier cambio (color, tamaño, forma).
• Cita médica programada para el lunes.
• Ansiedad y miedo constante. Me siento muy vulnerable.

Buscar ayuda médica es esencial. Lo sé, pero cuesta. El lunes… Dios… que llegue pronto el lunes.

¿Qué pasa si se arranca un pelo de un lunar?

¡Ay, los lunares peludos! Casi como tener pequeñas mascotas adheridas a la piel. La respuesta corta: ¡Déjalos en paz! (o al menos, déjalos en paz con las pinzas).

• Cortar, sí; arrancar, ¡jamás! Imagina que el lunar es un abuelito y tú le arrancas el pelo de la nariz. ¡Qué dolor! Mejor unas tijeritas de punta redonda, como las que usabas en párvulos. Más sutil, menos drama.

• Inflamación: el lunar en llamas. Si lo maltratas, se puede poner rojo como un tomate, como si te hubieras quemado en la playa… ¡en pleno invierno! Y nadie quiere eso.

• Infección: la fiesta de las bacterias. Un lunar irritado es como una discoteca abierta para las bacterias. ¡Y no son buenas bailarinas!

Mi lunar en la barbilla y yo tenemos un pacto: él me deja vivir y yo no le arranco sus pelos. Un acuerdo justo, creo yo. Una vez intenté depilarlo con cera… ¡Error garrafal! Parecía un semáforo en rojo. Aprendí la lección. Ahora solo lo amenazo con las tijeras, como mucho.

¿Por qué esta obsesión con los lunares? ¿Acaso son el nuevo coco? ¡Relájate! Si te preocupa mucho, consulta a un dermatólogo, que para eso están (y cobran). Te dirá si es un lunar “normal” o uno con aspiraciones de estrella de cine maligna.

Por cierto, mi tía abuela tenía un lunar gigante en la espalda que parecía un mapa de Sudamérica. ¡Era fascinante! Nunca le vi arrancarse un pelo. Tal vez ese era su secreto para la longevidad.

¿Es malo arrancar los pelos de los lunares?

Arrancar pelos de lunares: no es lo ideal.

• No arrancar. Evita pinzas, cera.
• Tijeras romas: una opción, solo estética.
• Inflamación, infección: el riesgo. ¿Vale la pena?

Mi abuela decía: “Deja quieto lo que está dormido”. Sabias palabras.

• Lunares: concentraciones de melanocitos.
• Melanocitos: producen melanina, el pigmento.
• Manipularlos: puede ser peligroso.

No soy médico. Solo reflexiones. Cortar, quizás. Arrancar, nunca.

Información adicional:

• Consulta a un dermatólogo: siempre la mejor opción.
• Cambios en el lunar: ojo avizor. Forma, color, tamaño.
• Extirpación: si es necesario, un profesional lo hace.

¿Belleza a qué precio? A veces, la respuesta es muy simple. No lo hagas.

¿Qué pasa si me corto un pedazo de lunar?

Cortar un lunar es jugar con fuego.

• Sangrado: Obvio, pero subestimas la hemorragia.
• Cicatriz: Borrar un lunar con un corte deja una marca más fea. Lo sé, tengo una en la espalda por una caída tonta de bici.
• Infección: Las bacterias aman la piel rota. No te confíes.

Y lo peor: Podrías estar tapando algo serio. Un lunar sospechoso no se toca, se muestra a un dermatólogo. Él decidirá si extirparlo y analizarlo. Ignorar esta regla puede tener consecuencias nefastas.

• Diagnóstico tardío: Si es cáncer, cada día cuenta.
• Metástasis: No juegues con eso.

En resumen: Deja el bisturí en paz. Visita a un profesional.

¿Qué pasa si me quito un lunar con la mano?

Arrancarse un lunar, así, con la mano… ¡Peligro!, eso trae ecos de la infancia, curitas de Mickey Mouse y el sabor metálico de la sangre en la boca. No, no se hace.

Eliminar lunares y acrocordones en casa, cortarlos con un cortaúñas… la piel no es papel. Es una herida abierta a infecciones y cicatrices. Piénsalo, ese lunar que quieres quitar, podría ser algo más, algo que solo un médico puede ver.

• Sangrado incontrolable. La carne viva gritando por auxilio.
• Infección. Un caldo de cultivo para pesadillas.
• Cicatrices. Recordatorios permanentes de una mala decisión.

¡Consulta a tu médico antes de hacer locuras! Que te exploren, que te digan qué es qué.

Yo una vez, intenté quitarme una verruga con un remedio casero de ajo. El olor era infernal, y la quemadura que me quedó… aún la recuerdo, y no fue agradable.