¿Cómo darle sabor a las comidas sin sal?

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Dale sabor a tus comidas sin sal usando hierbas y especias. ¡Experimenta!

  • Zanahorias: Canela, clavo, eneldo, jengibre, mejorana, nuez moscada, romero, salvia.

Mezcla los sabores y deja reposar ¡una hora! Prueba y ajusta a tu gusto.

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¿Cómo sazonar comidas deliciosas y saludables sin usar sal?

¡A ver, cómo le hago yo para que la comida quede sabrosa sin abusar de la sal! 🤔 Aquí te cuento mis trucos.

Lo primero, ¡dale con ganas a las hierbas y especias! No te cortes, prueba combinaciones raras. A mí me gusta mucho echarle canela a las zanahorias, suena raro, pero te juro que funciona.

Luego, un truco que aprendí es dejar que la comida repose un rato después de sazonarla. Así, los sabores se integran mejor. Una hora, o incluso más, ¡y verás qué diferencia! Después, pruebas y ajustas si hace falta.

Te doy algunas ideas que uso yo: para las zanahorias, además de la canela, me flipa el jengibre. También les va bien el romero o la salvia, según el día. ¡Experimenta! No tengas miedo de equivocarte, yo al principio hice unas mezclas… 😅

¿Cómo sazonar comidas deliciosas y saludables sin sal?

  • Hierbas y especias: Úsalas en abundancia.
  • Tiempo de reposo: Deja reposar la comida sazonada para que los sabores se mezclen.
  • Combinaciones: Prueba sabores inesperados, como canela en zanahorias.

Hierbas y especias para verduras:

  • Zanahorias: canela, clavos, eneldo, jengibre, mejorana, nuez moscada, romero, salvia.

¿Cómo hacer para que la comida tenga sabor?

Sabor: Una sinfonía en el paladar. ¿Cómo orquestarla? No se trata solo de ingredientes, sino de la alquimia que ocurre entre ellos.

  • Hierbas frescas: El perejil de mi balcón, picado finamente, transforma un plato simple. ¿Por qué conformarse con lo seco cuando la vida ofrece frescura? Recuerdo una vez… bah, no importa. El punto es: fresco es mejor. Siempre.

  • Adobos y marinadas: No solo ablandan, sino que impregnan la carne con sabor. Un truco: añadir un toque ácido, como vinagre o zumo de limón, potencia la absorción. Ciencia pura. O magia culinaria, como prefieran.

  • Umami, el quinto elemento: El glutamato monosódico (GMS) no es el demonio. Lo natural también ofrece umami: setas, tomates secos, salsa de soja… Pequeñas dosis, gran impacto. A veces me pregunto si el universo entero no es una búsqueda constante de umami.

  • Contraste, la chispa de la vida: Dulce con salado, ácido con amargo. Un juego de opuestos que despierta las papilas gustativas. Ayer mismo, comí un mango con chile en polvo. ¡Explosión de sabor! No todo tiene que ser complicado.

  • El poder del tostado: Doro las especias en aceite antes de añadir otros ingredientes. Libera aromas cautivadores. Me recuerda a cuando quemaba hojas secas en otoño… bueno, dejémoslo ahí. Tostar es clave.

  • Equilibrio, el Santo Grial: Demasiado de algo bueno, deja de serlo. Un plato armónico necesita equilibrio. Como la vida misma, ¿no? A veces pienso demasiado en estas cosas.

  • Reducción, la esencia del sabor: Cocinar a fuego lento, concentrando los jugos. Paciencia. Esa virtud que a veces me falta… En fin. La reducción intensifica, como un buen recuerdo.

Más allá de lo básico: ahumar, usar sales aromatizadas, jugar con texturas, añadir un toque de acidez al final… El límite es la imaginación (y la despensa, claro). La cocina es un laboratorio, y nosotros, alquimistas del sabor. Ayer mismo probé ponerle cardamomo al café… un desastre. Pero el camino al éxito está pavimentado de fracasos, ¿no?

¿Qué determina el sabor de los alimentos?

Olfato. Paladar. Lengua. 80/20. Simple.

El aroma lo invade todo. ¿Lo sabías? Yo sí. Siempre lo supe. Una nariz tapada, comida insípida. Obvio.

La lengua, un mapa gastado. Dulce, salado, amargo, ácido, umami. Mentira. Mucho más complejo. Texturas. Temperaturas. Recuerdos.

  • Olfato: Moléculas volátiles. Viajan por el aire. A la nariz. Al cerebro. Explosión.
  • Gusto: Receptores. En la lengua. Información básica. Superficial.
  • Experiencia: Contexto. Cultura. Estado de ánimo. Hasta la vajilla. Lo cambia todo.

Ayer comí pasta. Con pesto. Albahaca fresca. De mi jardín. Intenso. El sabor, digo. No la vida.

El cerebro engaña. Crea sabores. Los modifica. Los recuerda mal. La realidad es subjetiva. Siempre.

A veces, el silencio sabe mejor. Que cualquier plato.

Información extra: La saliva también. Disuelve. Transporta. Influye. Mucho.

¿Qué condimento le da sabor a la comida?

Sal. Punto.

  • Pimienta negra. Imprescindible. Recién molida, siempre. Olvida la premolida.

  • Pimentón. Ahumado, dulce, picante. Elige. Yo prefiero el ahumado. Marca la diferencia.

  • Ajo en polvo. No es lo mismo que ajo fresco. Ambos necesarios.

  • Cebolla en polvo. Similar al ajo. Potencia sabores.

Este año, he descubierto el azafrán. Caro, sí. Vale cada gramo. Paella, risotto… Transforma. Mi paella de este domingo, inolvidable. Azafrán, imprescindible. Olvida el colorante alimentario.

¿Qué hacer si no le siento sabor a la comida?

Dios… ¿Qué hago? No siento sabor a nada… Ni al café que tanto me gusta, ni a la pizza de anoche. Es horrible, como si estuviera… muerto por dentro. Ya no disfruto nada.

La comida es insípida. Un vacío en la boca. Una profunda tristeza. Recuerdo el sabor del turrón de mi abuela en Navidad, y ahora… nada. Se me revuelve el estómago de solo pensarlo. Es una sensación… opresiva.

Fui al médico el martes pasado. Dijo que era posible que fuera por el covid, que lo pasé fuerte este 2024. También me hizo algunas preguntas sobre mi medicación, sobre la presión arterial. No me dio muchas explicaciones. Solo… análisis de sangre, una revisión de rutina. Me dijo que volviera el lunes que viene.

Me preocupa. Mucho. Es más que una simple pérdida del gusto. Es… como si me hubieran robado algo esencial. Algo irrecuperable. Como si parte de mí se hubiese ido.

Hay que ir al médico, sí. Pero la angustia es más grande. No es solo el gusto; todo se siente… apagado. Las luces, los colores, las risas… todo menos intenso. Como si estuviera viendo la vida a través de un cristal esmerilado. Y es…desolador.

Posibles causas:

  • COVID-19 (lo pasé este año)
  • Medicamentos (tomo enalapril para la tensión)
  • Ansiedad (estoy bastante agobiado últimamente con el trabajo)

Necesito respuestas. Ya. El vacío en mi boca refleja el vacío en mi alma. Quiero sentir de nuevo. Quiero que la comida tenga sabor.

#Comida Sin Sal