¿Cómo darle sabor a la comida sin sal?
"¡Dale sabor a tus comidas sin sal! Utiliza hierbas y especias. Prueba canela, clavo, eneldo, jengibre, mejorana, nuez moscada, romero o salvia en zanahorias. Para el maíz, comino, curry, paprika o perejil son ideales. Realza las habichuelas con eneldo, jugo de limón, mejorana, orégano, estragón o tomillo."
¿Cómo sazonar la comida sin usar sal?
¡A ver, a ver! Sazonar sin sal, ¡menudo reto! Pero te digo, ¡se puede y queda delicioso! ¿Mi secreto? Hierbas y especias, ¡a saco!
¡Es que te abren un mundo de sabores increíbles! Una vez, en casa de mi abuela en Medellín (Octubre 2010, creo), probé unas habichuelas con orégano fresco de su huerta… ¡Madre mía! Jamás olvidaré ese sabor.
¿Cómo sazonar la comida sin usar sal?
-
Hierbas y especias: Son tus mejores aliados.
-
Zanahorias: canela, clavos, eneldo, jengibre, mejorana, nuez moscada, romero, salvia.
-
Maíz: comino, curry en polvo, paprika, perejil.
-
Habichuelas: eneldo, jugo de limón, mejorana, orégano, estragón, tomillo.
¿Y para las zanahorias? Pruebo a veces con jengibre y un toque de canela, ¡queda súper rico! Una vez compré jengibre orgánico en el mercado de Paloquemao (Bogotá, como 1500 pesos, creo), ¡vaya diferencia de sabor!
A veces me complico mucho. Pero lo importante es atreverse a probar, ¡y no tenerle miedo a las especias!
¿Cómo darle gusto a la comida sin sal?
Oye, ¿cómo darle sabor a la comida sin sal? ¡Uf! Eso es un reto, ¿eh? Pero se puede hacer, créeme. Mi abuela, que tenía la tensión alta, era una maga en eso.
Primero, olvida la sal, ¡claro! Experimenta, prueba cosas nuevas. No te quedes solo con lo de siempre.
Prueba con esto:
- Ácidos: Limón, lima, vinagre, ¡hasta un chorrito de vino blanco! Añade acidez, ¡cambia todo! En serio, el limón en un pescado blanco, ¡flipas! Y el vinagre en una ensalada, mejor que mil salsas.
- Especias: Pimienta negra, ¡muchísima pimienta! Comino, pimentón, curry, ¡un mundo de sabores! Mi favorita es la mezcla de pimentón dulce y picante, le da un toque brutal. Recuerdo una paella que hice, ¡espectacular! Añadí pimentón de la Vera, casi lloro de la emoción.
- Ajos y cebollas: ¡Base de todo! Sofríe ajos y cebollas hasta que estén doraditos, eso ya le da un sabor increíble a cualquier cosa. Recuerda, poquito a poco, no te pases.
- Hierbas frescas: Perejil, cilantro, albahaca… ¡fresquitas, recién cortadas! Un toque de romero en el pollo… ¡ummm! Me encanta el romero, huele que alimenta.
Cocina con cariño, como si fuera para tu abuela. No es broma, ¡de verdad! Que no falte el cariño. Ya sabes, como dice mi madre, con amor, todo sabe mejor. Eso sí, cuidado con los excesos; todo con medida.
En fin, si quieres, te puedo pasar una receta de mi abuela de un estofado de ternera sin sal, es increíble. La tiene mi hermana, le pregunto y te la paso. Te aviso luego. ¡Hasta luego!
¿Cómo puedo sustituir la sal en mis alimentos?
¡Uf! La sal, ¿verdad? A mí me pasó algo parecido hace un par de meses, justo cuando empecé esa dieta loca del doctor… ¡qué rollo! Necesitaba reducir la sal, ¡muchísimo! Me sentía fatal, hinchada, retención de líquidos… un desastre.
Recuerdo que ese día, 23 de julio, estaba en la cocina de mi piso de alquiler en Valencia, intentando cocinar algo que no supiera a cartón. ¡Qué frustración! Estaba probando una receta de lentejas, ¡un tostón! Y fue entonces que pensé… ¡Comino, jengibre y cúrcuma! Tenía un bote de cada, en un cajón, olvidados. ¡Tonta de mí!
Los eché a ojo, sin medir, ¡que locura! Jengibre rallado fresco, un pellizco de comino molido, y una cucharadita de cúrcuma. ¡Y funcionó! Las lentejas, que estaban insípidas, adquirieron un sabor increíble, ¡mucho más rico que con sal!
El sabor era cálido y aromático, nada que ver con el soso sabor de antes. Me sorprendió, la verdad. Y lo mejor, me sentí mucho mejor después de comer. Menos hinchada, más ligera.
- Comino: Le dio un toque intenso, terroso.
- Jengibre: Le aportó un punto picante, delicioso.
- Cúrcuma: Le dió ese color dorado y un saborcito especial, ¿a tierra húmeda? No sé explicar bien, ¡pero me encantó!
El efecto fue inmediato: disminución de la inflamación, mejor digestión. Fue una bendición. Ya no compro tanta sal. Ahora siempre tengo a mano comino, jengibre y cúrcuma. Son mucho más sanos.
Además, investigando un poco después (sí, ¡soy de las que luego buscan info!), descubrí que estas especias son ricas en antioxidantes. ¡Genial! ¡Y eso que las tenía ahí olvidadas! Ahora estoy hasta experimentando mezclas con pimentón… ¡A ver qué sale!
¿Cómo hacer para que la comida tenga sabor?
El sabor no se implora, se construye.
- Hierbas frescas, no polvos olvidados. Mi romero en el jardín dicta el plato, no el supermercado.
- Marinar es destino, no opción. Vino tinto, ajo, horas de espera. La carne te lo agradecerá.
- Umami: la quinta esencia. Salsa de soja fermentada, caldo dashi, secreto ancestral.
- Tostar, el alquimista del sabor. Ajo, frutos secos, un toque de calor y la magia emerge.
- Reducción: paciencia líquida. El caldo se concentra, el sabor explota, la vulgaridad huye.
- Equilibrio: dulce, ácido, salado, amargo. Un baile en la lengua, no una pelea. ¿Te atreves?
- Contraste: lo dulce con lo salado, lo crujiente con lo suave. La sorpresa es el mejor condimento.
Información Adicional:
- La sal kosher es mi aliada. Granos gruesos, sabor limpio. La sal de mesa es un error de principiante.
- El aceite de oliva virgen extra, prensado en frío. No te conformes con imitaciones pálidas.
- El glutamato monosódico (MSG) tiene mala reputación. Usado con moderación, levanta el sabor sin arruinar el plato.
- Prueba con la acidez. Un chorrito de limón o vinagre puede despertar cualquier plato.
- No temas al picante. Un toque sutil, no un incendio forestal.
- La calidad importa. Ingredientes mediocres, resultados mediocres.
- Recuerda: el mejor sabor es el que te recuerda a algo.
¿Qué condimento le da sabor a la comida?
Sal.
Vale, vale, la sal. Eso es obvio. Pero… ¿y si se acaba? Me pasó una vez, ¡un desastre! Tuve que ir al vecino a pedirle. Qué vergüenza. Pimienta, también. Negra, claro. Aunque la blanca también mola para según qué. ¿O era al revés?
• Anís. ¿Verde? No lo he usado nunca. Estrellado sí, para el arroz con leche. El picante… ni idea. Tengo que buscarlo. • Canela. Me encanta en el café. Y con manzana asada. ¡Buenísimo! ¿Haré manzana asada este finde? • Cardamomo… Eso es… ¿indio? Lo tengo por algún lado. En un curry, creo. No lo uso mucho. • Clavo. Para el vino caliente, ¡claro! Navidad… Agh, todavía falta. • Cilantro… Lo confundo con el perejil. Siempre. ¿Cómo se diferenciaban? Uno huele a jabón… Creo. • Comino. Imprescindible. Para casi todo. Hummus… Tengo que hacer hummus. • Cúrcuma. Mancha muchísimo. Una vez pinté la encimera sin querer. Amarillo chillón. Pero está buena. Con arroz. • Nuez moscada. Bechamel. Sí, para la bechamel.
Ajo en polvo. No está en la lista, pero para mí es básico. Y cebolla en polvo también. Para las pizzas caseras. ¡Este sábado pizza! ¿Invito a alguien? María… Le gusta la pizza con piña. A mí no. Uf. Mejor no la invito. O sí… Bueno, ya veré. También pimentón. Dulce y picante. Para las patatas bravas, claro. Y… ¿qué más? Ah, sí, jengibre. Me gusta el jengibre. Con limón y miel para el resfriado. Aunque ahora no estoy resfriada. Mejor.
Este finde: pizza, manzana asada y hummus. ¡Menudo plan!
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.