¿Cómo quitarle el exceso de sal a la comida?

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¿Comida salada? ¡No la tires!

  • Diluye con agua, caldo o leche.
  • Equilibra con limón, vinagre o azúcar.
  • Un truco: añade papas cocidas. Absorben la sal.
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¿Cómo quitarle el exceso de sal a la comida?

¡Uy! A todos nos ha pasado, ¿verdad? Comida salada… ¡Qué desastre! A mí me ocurrió una vez con un guiso de lentejas que preparé en casa de mi abuela, en Teruel. ¡Madre mía, qué apuro pasé!

La solución más rápida es añadir más líquido. Agua, caldo, incluso un chorrito de leche puede ayudar a diluir ese exceso de sal. ¡Ojo! ¡Poco a poco!

Pero no te quedes ahí. ¡Juega con los sabores! Un poco de zumo de limón o un toque de vinagre pueden equilibrar la cosa. ¿Un pelín de azúcar? ¡También funciona!

A mí, lo que mejor me funciona son las patatas. Cocer un par de patatas peladas dentro de la olla durante unos minutos y luego retirarlas. ¡Absorben la sal como por arte de magia! Lo aprendí después de mi desastre con las lentejas y me ha salvado la cena más de una vez.

Preguntas y respuestas concisas:

¿Cómo reducir la sal en la comida salada? Añadir más líquido (agua, caldo, leche).

¿Qué ingredientes equilibran el sabor salado? Limón, vinagre, azúcar, patatas cocidas.

¿Sirven las patatas para quitar el exceso de sal? Sí, cocer patatas peladas en la comida ayuda a absorber la sal.

¿Cómo quitar el exceso de sal a la carne?

Sal excesiva. Arruina la carne. Simple.

Diluir. Agua. Caldo sin sal. Sumergir. Horas. Paciencia. La sal migra. Lento. Inevitable.

  • Carne: Densidad importa. Corte grueso, más tiempo.
  • Líquido: Frío. Cambia cada hora. Optimiza. Yo uso agua filtrada. Impurezas alteran el sabor.
  • Alternativa: Patatas. Absorben la sal. Cortar. Añadir al líquido. Experimentar. No siempre funciona. Depende del corte, del tipo de carne. He usado esta técnica con cerdo. Resultados… variables.

Este año, con el cordero pascual, exceso de sal. Sumergí la pierna en agua fría, 12 horas. Cambios cada 2 horas. Resultado: comestible. No perfecto. Lección aprendida. Controlar la sal. Desde el inicio. Siempre.

¿Cómo salvar una comida salada?

Sal! Demasiada sal. Argh, me pasó de nuevo. Hoy con el guiso… 🤦‍♀️ ¿Cómo se me va la mano? Tendré que acordarme de probar antes de echar toda la sal de golpe. A veces me concentro en mil cosas y… zas. Demasiada sal.

  • Agua… sí, agua podría funcionar.
  • ¿Caldo? Tengo caldo de pollo. Igual le da un toque distinto… ¿demasiado pollo? Nah, un poquito no le hará mal.
  • Leche… ¿leche en el guiso? No sé, no sé… Igual si fuera un puré…

Patatas. Eso sí que funciona. Siempre mi abuela las usaba. Una patata pelada y cortada absorbe la sal. Magia. Bueno, ciencia supongo, pero magia igual. La semana pasada hice lentejas y… ¡me pasé tres pueblos con la sal! Tres patatas y solucionado. Esta vez con el guiso, lo intentaré con patata también. Si no funciona… pues más agua.

Azúcar. ¿Azúcar en el guiso? Raro. Creo que una vez le puse a una salsa de tomate… mejoró, sí. No sé si funcionará con el guiso… Vinagre o limón. Quizá… Igual demasiado ácido. Tengo que probar con una cucharada pequeña primero.

Hoy invité a mi amiga María a comer… espero que no se note mucho la sal. Ya le advertí que soy un desastre en la cocina. Le hará gracia. O no… Bueno, al menos hay postre. Helado de chocolate, ese no falla. Comprado, claro. Si lo hago yo… seguro que me sale salado también. 😜

  • Diluir: Agua, caldo, leche (depende del plato).
  • Absorber: Patatas.
  • Equilibrar: Limón, vinagre, azúcar. Ojito, poco a poco.

El otro día vi un truco en internet… Con una cuchara de plata… ¿o era de acero inoxidable? No me acuerdo. Bah, patata y listo.

¿Qué hacer si me he pasado con la sal?

Sal. Demasiada. Solución: dulzura. Azúcar. Miel. Arce. Equilibrio. Poco a poco. Neutraliza.

Cremosidad. Suaviza. Yogur. Crema agria. Mantequilla. Textura, sabor. Otro nivel.

  • Diluir. Más caldo, agua. Simple. Eficaz.
  • Ácido. Vinagre, limón. Compensa. Precaución. Degustar. Repetir.
  • Patata. Absorbe. Cruda, trozo grande. Retirar. Magia.

A mí me pasó con un estofado de cordero, 2024. Casi lo arruino. Arce, la clave. Tres cucharadas. Lección aprendida. Ingrediente olvidado: paciencia.

¿Cómo sacar el exceso de sal de la comida?

Medianoche. Otra vez. Despierto. Pensando en… en la sal. En cómo arruina las cosas, cómo un exceso lo echa todo a perder. Como mi vida, a veces. Demasiada sal.

  • Agua. Sí, claro, agua. Como si fuera tan fácil. Como si el agua pudiera lavar todo. No puede. Lo he intentado.

  • Caldo… Recuerdo el caldo de mi abuela. Siempre perfecto. Nunca demasiado salado. Ella sí que sabía… Yo no.

  • Leche. Una vez intenté arreglar una sopa con leche. Un desastre. No lo intenten. Quedó… raro. Como todo últimamente.

Equilibrar. Esa es la palabra, ¿no? Equilibrar. El sabor, la vida… Imposible.

  • Limón. Ácido. Cortante. Como las palabras que no dije. Las que me trago cada noche.

  • Vinagre. Agrio. Como el recuerdo de… mejor no pensar en eso.

  • Azúcar. Dulce. Empalagoso. Mentiras. Promesas rotas.

  • Papas. Insípidas. Absorben la sal. Absorben todo. Como yo.

Hoy quemé la cena. Demasiada sal. Otra vez. Igual que el año pasado, cuando… No importa. Solo quería… no sé. Contarlo. Supongo. Me siento… vacío. Como un plato sin sabor. O con demasiada sal. Ya no sé. Me voy a dormir. Quizás mañana… no. Mañana será igual. Siempre es igual. La vecina del tercero puso música a todo volumen otra vez, un tango triste. Siempre tangos tristes. Como mi vida. Me duele la cabeza.

Para arreglar la comida con exceso de sal: Agua, caldo, leche. Limón, vinagre, azúcar, patatas.

¿Cómo se quita lo salado a la comida?

¡Ay, madre mía, qué salado! Como si me hubieran echado un puñado de sal marina en los ojos. El limón y el vinagre son tus mejores amigos, ¡casi como mi gato Napoleón! Son ácidos, ¿vale? Y los ácidos, como el ácido muriático (¡no lo uses en la paella!), neutralizan esa bomba de sal.

Si tu paella parece una mina de sal, ¡echa limón como si no hubiera un mañana! Un chorrito de vinagre también funciona, aunque huele a abuelita. Ojo, que no es magia, eh, no va a transformar la paella en un postre. Pero mejora la situación. Es como echarle agua a un incendio… de sal.

El zumo de tomate también ayuda, aunque, admito que, a mí me parece un poco… arriesgado. A menos que sea una paella con tomate, claro. Entonces, ¡bingo!

  • Limón: El rey indiscutible.
  • Vinagre: El buen segundón. No tan elegante, pero eficaz. ¡Lo he probado hasta en mi tortilla!
  • Zumo de tomate: Para valientes. Solo si tienes fe ciega en tu paella, o si te gusta jugártela.

En mi caso, la semana pasada, echaba de menos la salsa barbacoa casera de mi madre. Pues me quedé con una barbacoa salada que parecía el océano. Usé limón. Un milagro. Ahora, cada vez que se sale la mano con la sal, ¡a limón!

Recuerda, si la cosa está realmente fea… prueba a hacer más comida. Es la solución más efectiva si lo que tienes es un plato salado y un apetito voraz. No siempre puedes quitarle la sal. A veces, lo mejor es hacer otra paella. ¡Pero sin tanta sal!

#Comida Salada #Quitar Sal #Reducir Sodio