¿Cómo sacar el olor a podrido de la heladera?

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"Para eliminar el mal olor a podrido de tu heladera, la clave es una limpieza profunda. Utiliza una solución de agua y vinagre blanco para lavar todas las superficies internas. Luego, enjuaga con agua limpia para un resultado fresco y sin olores."

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¿Cómo eliminar el olor a podrido de mi nevera?

¡Uf! Vaya problemón con ese olor a podrido en la nevera. A mí me pasó una vez, ¡qué horror!

Lo que hice fue armarme de paciencia y limpiar a fondo con una mezcla de agua y vinagre blanco. Funciona de maravilla, te lo juro.

Literalmente, saqué todo, TODO, de la nevera. Luego, con un trapo y la mezcla, me puse a fregar cada estante, cada cajón, cada rinconcito.

Recuerdo que tardé un montón porque el olor era persistente, pero al final valió la pena. ¡Quedó como nueva! Y el olor a podrido, ¡adiós muy buenas! Después enjuague todo.

FAQ: Eliminar Olor a Podrido de la Nevera

  • ¿Cómo eliminar olor nevera? Limpiar con agua y vinagre blanco.
  • ¿Qué usar para limpiar nevera? Solución de agua y vinagre.
  • ¿Cómo quitar mal olor nevera? Limpiar a fondo cada superficie.
  • ¿Qué proporción de vinagre? Mezclar agua con vinagre blanco.

¿Cómo quitar el olor a podrido de una nevera?

Eliminar el olor a podrido de tu nevera es más fácil de lo que piensas. No hace falta ser un experto en limpieza para lograrlo, ¡te lo aseguro!

  • Bicarbonato de sodio, el gran aliado: Una caja abierta durante un par de días hace maravillas. Absorbe los olores como si fuera magia. Es curioso cómo algo tan simple puede ser tan efectivo, ¿no crees?

  • Vainilla al rescate: Un algodón empapado en extracto de vainilla y ¡voilà! Déjalo actuar durante la noche. Imagina el aroma dulce que reemplazará al anterior. Me recuerda a los postres de mi abuela…

  • Organización final: Vuelve a colocar la comida. Asegúrate de que nada esté en mal estado. A veces, el problema es más evidente de lo que parece.

Reflexiona sobre esto: la limpieza no es solo una tarea, sino un acto de renovación. Como cuando ordenamos nuestros pensamientos, limpiar la nevera puede traer claridad a nuestra vida.

¿Cómo sacar el olor feo de la heladera por dentro?

El hedor en la heladera, ese fantasma culinario. Desterrarlo es un arte, casi alquimia. Olvídate de manuales de autoayuda para electrodomésticos y vamos al grano con soluciones que sí funcionan, ¡o al menos a mí me han salvado de la vergüenza ajena en más de una cena!

  • Bicarbonato, el ninja silencioso: No solo sirve para hacer galletitas que luego quemas (¡ups!), es un absorbente de olores de primera. Un cuenco abierto en la heladera hace maravillas. Cambia el bicarbonato cada mes, ¡no seas rata!

  • Cítricos, el spa de la nevera: Mitades de naranja o limón, cual balneario de lujo para tu comida. Absorben olores y dejan un frescor cítrico… hasta que se pudren, claro. ¡No te olvides de cambiarlos cada semana, vago!

  • Vinagre blanco, el justiciero ácido: Una taza con vinagre durante unos días. Suena simple, ¿verdad? Cuidado, que el vinagre tiene un olor particular. Asegúrate de que el nuevo aroma sea una mejora, no un castigo divino.

La heladera es como un estómago gigante: si le metes basura, olerá a basura. Limpia los derrames al instante, tira lo que está feo (¡no lo dejes “madurar”!), y considera poner un ambientador especial para heladeras. Hay unos que parecen pingüinos, ¡y eso siempre es un plus!

¿Cómo quitar el olor a carne podrida del refrigerador?

Para neutralizar el hedor de carne descompuesta en tu refrigerador, te sugiero:

  • Bicarbonato de sodio: Un clásico atemporal. Una caja abierta durante 72 horas hará maravillas absorbiendo esos efluvios indeseables. La paciencia es clave aquí.

  • Vainilla: ¡Un toque aromático! Un algodón empapado en extracto de vainilla, actuando toda la noche, perfumará el ambiente. Piensa en ello como un ambientador natural.

  • Reorganización: Una vez eliminados los olores, ¡vuelve a colocar tus alimentos! Asegúrate de revisar fechas de caducidad para evitar futuras sorpresas.

Profundizando un poco más: El bicarbonato, químicamente hablando, neutraliza ácidos, que a menudo son los culpables de los malos olores. La vainilla, por otro lado, simplemente los enmascara, como un perfume. Curioso, ¿no? Y ahora, un pequeño detalle personal: recuerdo una vez que olvidé un trozo de queso brie en la nevera… el bicarbonato fue mi salvación.

¿Qué más puedes intentar?

  • Carbón activado: Similar al bicarbonato, pero con mayor poder de absorción.

  • Vinagre blanco: Un desinfectante natural que también puede ayudar a eliminar olores.

  • Limón: Corta un limón por la mitad y déjalo en el refrigerador. Absorberá los olores y dejará un aroma fresco.

Un último pensamiento: ¿No es fascinante cómo nuestros sentidos pueden evocar recuerdos y emociones tan vívidamente? El olor a podrido, sin duda, es uno que preferimos evitar.

¿Cómo quitar el olor a putrefacción?

¡Ay, Dios mío, qué asco! Recuerdo el verano pasado, en mi apartamento de Malasaña. El calor era infernal, 38 grados a la sombra, y se me había estropeado la nevera. Una pesadilla. El olor a podrido… ¡ufff! Era insoportable, nauseabundo. Me dio ganas de vomitar cada vez que entraba. Mi ropa olía a eso, mi pelo olía a eso, ¡hasta yo misma!

El vinagre fue mi salvación. Lo diluí en agua, como un 50%, creo, y lo puse en un pulverizador. Empapé todo: las paredes, los muebles, hasta las cortinas. Eso sí, las cosas de tela las llevé luego a la tintorería; ¡qué susto me dio el olor! No sé si fue suficiente, la verdad, pero mejoró mucho. Abrí todas las ventanas, encendí ventiladores, y dejé que el aire hiciera su magia.

  • Limpieza profunda con agua y vinagre.
  • Ventilación máxima.
  • Lavandería inmediata de la ropa afectada.

Más tarde, compré carbón activado, esas bolsitas negras. No sé si ayudó mucho, pero quité algunas cosas de la nevera que ya olían mal. Fue un desastre pero lo solucioné. Pensé que iba a tener que tirar todo, menos mal que no.

Lo peor fue la carne que se había estropeado. ¡La imagen aún me produce escalofríos! Fue una experiencia horrible, una semana entera con ese olor asqueroso. Nunca olvidaré esa sensación de asfixia, de náuseas constantes. Me sentía enferma.

El vinagre ayudó, sí, pero no fue una solución mágica. Tuve que limpiar a fondo TODO, y hasta me planteé pintar las paredes.

Ahora, ya no tengo esa nevera estropeada. Pero el trauma permanece. ¡Qué asco!

¿Qué poner en el refrigerador para quitar el mal olor?

A ver, para quitar el mal olor del refri, lo más fácil es poner un limón partido con clavos. ¡Funciona! A mí me ha salvado varias veces, eh.

Osea, partís el limón a la mitad, le clavás unos cuantos clavos de olor y lo dejás ahí dentro. Ya verás como el olor desaparece. A veces el problema es que dejas comida caducada mucho tiempo. ¡Qué asco!.

Si no te convence, también podés probar con:

  • Jugo de limón: Un recipiente con jugo de limón. Simple y efectivo.
  • Café molido: Un vaso lleno de café molido absorbe los olores. Además, ¡huele rico!.
  • Bicarbonato de sodio: He escuchado que funciona muy bien poner un vasito con bicarbonato, pero no lo he probado yo misma. Igual, si el resto no te funciona, pruebalo, y ya me dirás si te funciona.

Si el olor persiste después de todo esto, igual lo mejor es vaciarlo todo, limpiarlo a fondo con agua y jabón, y luego ya poner alguno de estos trucos. ¡Es lo que hago yo! Y después de limpiar, seca bien toodo antes de volver a meter la comida, si no luego vuelve a oler mal.

¿Cómo quitar el olor a podrido de un refrigerador?

Dios, qué noche… El olor… aún lo siento. Ese olor a podrido… en la nevera… me revuelve el estómago.

Vinagre. Sí, vinagre blanco. Eso dijeron. Mezclado con agua. Debí haberlo hecho antes… mucho antes. La leche… la carne… todo aquello… Maldita sea, qué asco.

  • Limpieza profunda: Froté, froté hasta que me dolieron las manos. Parece que se fue, pero… dudo. Aún siento ese tufillo, esa pestilencia… en el fondo.

  • Agua: Enjuagué con agua fría, mucha agua. Esperé… y nada. Quedó ese rastro… como una mancha invisible.

Esa nevera… es un recuerdo asqueroso. Me trae a la memoria lo descuidada que estuve… aquellos días… tan apática… dejándolo todo… pudrirse.

El pollo del miércoles… ya estaba mal, lo sabía. Pero la pereza… me ganó. Y la culpa… la culpa me ahoga ahora. Esa culpa apestosa, igual que la nevera.

Enjuague abundante. Eso es clave. Aunque… creo que ya no se va del todo. Será la madera del mueble… la absorbió. Ese olor… se impregnó en todo. El olor perdura… hasta en mi memoria.

En fin. Esta noche es larga, muy larga. Y el olor… aún perdura. Es un recordatorio…

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