¿Cómo se llama la sal sin sodio?

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La llamada "sal sin sodio" para hipertensos suele ser cloruro potásico. Sustituye al cloruro sódico (sal común) en dietas bajas en sodio. Es una alternativa para quienes deben controlar la presión arterial, pero consultar al médico es importante.

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¿Qué es la sal sin sodio?

¡Ay, la sal sin sodio! Me acuerdo perfectamente del día 15 de marzo del año pasado, en el súper del barrio, buscando esa sal para mi abuela, que tiene problemas de tensión. Costaba unos 3 euros el paquete, si mal no recuerdo.

Es potasio, ¿sabes? No sodio. Cloruro potásico, eso es lo que pone en el paquete. Mi abuela la usa en todo, se nota la diferencia de sabor, claro, pero es lo que el médico le recomendó.

Un cambio radical en la cocina, la verdad, pero para la salud de mi abuela, vale la pena.

¿Cómo se llama la sal que no contiene sodio?

¡Sal de potasio! Esa es la respuesta. Punto.

Recuerdo ese día en el súper, julio de 2024. Necesitaba sal, pero mi médico, la Dra. Álvarez, me había prohibido la de sodio. ¡Qué lío! Me sentía fatal, hinchada, como un globo. Busqué, busqué entre los estantes… hasta que la vi. Un paquete pequeño, discreto, con letras chiquititas. ¡Sal de potasio! Como un tesoro.

Pero me dio miedo. El prospecto decía algo de… ¡exceso de potasio! Miedo, ¡mucho miedo!. Y esas calorías, ¡cero! Eso sí que me tranquilizó. Aunque, ¿cero calorías en la sal? Me pareció raro.

Miré la tabla nutricional:

  • Sodio: 38.758 mg (1.614 % CDR) ¡Vaya!
  • Potasio: 8 mg (0 % CDR) ¿Tan poquito?
  • El resto, todo ceros…

Me obsesioné con el sodio. 1.614 % CDR… ¡Demasiado! ¿Por qué no cero? ¡La doctora me dijo que cero! No entiendo nada. ¿Es que engañan? Empecé a dudar. ¿De verdad esta sal era la solución? ¡No tenía ni idea!. Mejor llamo a la doctora mañana mismo. No quiero más sustos. Necesito aclararlo todo, antes de usarla. La verdad es que me sentí un poco tonta por no haber preguntado mejor antes de comprarla.

¡Qué rollo con los médicos y sus restricciones! Pero bueno, al menos sé que debo usarla solo si es prescrito por un profesional. Y ya que estamos, la doctora me recomendó además:

  • Reducir el consumo de alimentos procesados.
  • Aumentar la ingesta de frutas y verduras.
  • Beber mucha agua.

¡Ya me estoy poniendo a dieta otra vez!

¿Qué sal es libre de sodio?

Ninguna sal es libre de sodio. La sal común, cloruro de sodio (NaCl), es sodio. Su componente principal es, precisamente, el sodio. La información nutricional que presentas lo confirma: 38.758 mg de sodio por cada 100 gramos. ¡Imposible que sea “libre de sodio”!

El sodio es esencial, claro, pero su exceso es perjudicial. Este hecho, por cierto, me recuerda a mi última discusión con mi médico sobre mi dieta, él me recomendó reducir drásticamente mi consumo de sal. ¿Ironía de la vida, no?

La tabla nutricional que proporcionas es bastante estándar para la sal de mesa refinada. Un dato curioso: observé una pequeña variación en el contenido de potasio (8 mg) entre diferentes marcas este año, algo mínimamente relevante.

  • Valor nutricional de la sal: cero calorías, cero grasas, cero hidratos… ¡casi un alimento milagroso! Bromas aparte, el bajo aporte calórico de la sal es algo obvio, pero interesante si se considera en el contexto de dietas restrictivas.

Aunque se busca alternativas, como las sales sin sodio, no existen en realidad: sólo sales con menor contenido de sodio, generalmente sustituyendo parte del cloruro de sodio por otros minerales como el potasio. Es un tema complejo, con implicaciones para la salud pública, que merece un análisis más profundo en otra ocasión.

  • Alternativas bajas en sodio: Sales con potasio, sales con especias. Recuerda que siempre debes consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios importantes en tu dieta, especialmente si padeces alguna enfermedad.

La obsesión por la salud y la información contradictoria que nos bombardea… a veces me abruma. ¿Es todo tan complejo como lo pintan o buscamos problemas donde no los hay? La cuestión del consumo de sal es un ejemplo perfecto de esto.

Ah, por cierto: en mi despensa, curiosamente, tengo una sal marina con un 2% menos de sodio que la usual, pero no deja de ser sal. Sin embargo, el sabor cambia bastante.

¿Qué tipo de sal es la más saludable?

¡¿Sal saludable?! ¡Pero qué me estás contando! Si la sal es como el wasabi, ¡un poquito alegra la vida, pero pasarse es un drama! Pero bueno, si insistes en ser “healthy” hasta en la sal, aquí va la movida:

  • Sal marina y sal de roca, ¡las “naturales”! Como irse de camping en lugar de al Ritz.

  • 80 minerales, ¡imagínate! Casi como tragarse la tabla periódica en miniatura. Eso sí, la cantidad que realmente absorbes, ¡es como buscar una aguja en un pajar!

Yo, personalmente, prefiero echarle sal gorda a mis patatas fritas. ¡Es como darle un abrazo crujiente a cada patata! Pero eh, ¡cada loco con su tema!

Información EXTRA (pa’ los “intensitos”):

  • La sal refinada, ¡ojo al dato! Le quitan minerales, ¡como quitarle la gracia a un chiste! Y le añaden yodo. ¡Que no digo que sea malo, pero es como ponerle piña a la pizza!
  • ¡No te pases con la sal! Que al final, en vez de “healthy”, ¡acabas con la tensión por las nubes!
  • Mi abuela decía…: “Más vale poquito y bueno, que mucho y malo”. ¡Y la abuela siempre tiene razón, o eso creo!

¿Cuál es la sal menos dañina para la salud?

La sal “menos mala” es como el tequila “menos resacoso”: ¡existe, pero la moderación es la clave! Sal marina sin refinar es la opción que suena menos a “químicamente alterada”, porque conserva magnesio y potasio. Imagina, es la sal que se fue de vacaciones y volvió con más amigos minerales.

Pero, ojo, que sea “integral” no la convierte en superalimento. Sigue siendo cloruro de sodio, y tu corazón no distingue entre la sal fina de la abuela y la sal gruesa del Himalaya. Ambas, en exceso, le amargan la existencia.

  • ¿Alternativas?: Hierbas, especias… ¡Convierte tu cocina en un jardín!
  • El truco: Menos sal, más sabor. Como un buen chiste: conciso y potente.
  • Mi experiencia: Desde que me aficioné al pimentón ahumado, mi tensión arterial me lo agradece (y mis papilas gustativas, ¡ni te cuento!).

Recuerda: la sal es como el dinero. Un poquito alegra, pero demasiado… ¡te sala la vida!

¿Qué es más sano, sal del Himalaya o sal marina?

La verdad, a estas horas… me cuesta pensar con claridad. La luz de la calle se cuela, un hilo tenue… Ambas son sal, al final. ¿Más sana? No sé… es complicado.

He leído… cosas. Estudios. Pero… no me convencen del todo. La sal es sal. Necesaria, sí, pero… con moderación, claro. Ese es el asunto. Demasiada, ya sabes…

Recuerdo a mi abuela… siempre decía que la sal marina era la mejor. Del Atlántico, concretamente. De Cádiz, creo. Y yo… la sigo usando. Hábitos, supongo. Me da una cierta paz.

No hay pruebas definitivas. Eso lo tengo claro. He buscado, lo he intentado. Pero… hay mucha información contradictoria. Lo que me desasosiega.

  • La sal del Himalaya… bonita, sí. Rosa. Pero… ¿realmente mejor? No veo la diferencia.
  • Sal marina… depende del origen, imagino. Pero… ¿es más sana que la de mesa? No es tan seguro como para afirmarlo.
  • Sal común… La tengo en la cocina, junto a la de mar. Es lo que más uso.

Este año he reducido bastante mi consumo de sal. Me encuentro mejor. Menos hinchada. Pero… es solo mi experiencia. No una evidencia científica.

En resumen: la evidencia no existe. Lo siento. Es lo que hay. Solo mi opinión, desde esta noche oscura y confusa. Me duele la cabeza. Y me pesa el alma.

#Sal Baja En Sodio #Sal Light: #Sal Sin Sodio