¿Qué tipo de sal es la más saludable?
"La sal marina y la sal de roca sin refinar son las opciones más saludables para sazonar. Aportan valiosos minerales esenciales y se asocian a la optimización de las funciones cerebrales, contribuyendo a la prevención de enfermedades neurodegenerativas."
¿Qué sal es más sana?
A ver, yo en mi cocina uso sal marina. La compro en el Mercadona, el paquete grande, creo que sale a menos de 2€ el kilo. La verdad, me gusta más su sabor que la sal de mesa normal. Me parece más… ¿cómo decirlo? …auténtico.
Un día, 15 de julio, estaba en una charla sobre nutrición en el centro cívico de mi barrio. Hablaban precisamente de sales. Me sorprendió lo de los 80 minerales. Aunque yo, para ser sincera, lo que busco es el sabor.
La sal de roca la he probado alguna vez, pero la veo como más… tosca. No sé, no me convence del todo para usar a diario. Aunque igual para hornear pan, ¿eh? No lo he probado, se me acaba de ocurrir. Lo apuntaré en la lista de la compra.
¿Qué sal es más sana?
La sal marina y la sal de roca sin refinar son las más sanas. Aportan minerales esenciales y benefician la función cerebral.
¿Cuál es la sal menos dañina para la salud?
¡La sal menos dañina! ¡Ajá! Pues… la marina sin refinar, esa que parece arena de playa pija. Como si fuera oro en polvo, ¡pero salado! Tiene magnesio, potasio… Cosas que la sal de mesa normal, esa blanquita y sosa, perdió por el camino. Como cuando le quitan el alma a un pobre pepino para hacerlo encurtido.
• Sal marina: La reina de las sales, o eso dicen. Con sus minerales y su rollo natural.
• Sal de mesa: La plebeya. Procesada hasta el infinito y más allá. Más aburrida que ver llover en domingo.
Ojo, que moderación ante todo. ¡Que ni la sal marina más fashion te salva de una hipertensión del quince! Es como echarle purpurina a un coche destartalado, sigue siendo destartalado. Mi abuela siempre decía, “mucha sal, mala pal’ corazón”. Y mi abuela tenía más razón que un santo. Aunque a ella le encantaba la sal. Ironías de la vida.
Este verano, en la playa, probé la ensalada del chiringuito “El Cangrejo Loco”, ¡sin sal! Y estaba… comestible. Se puede vivir sin sal, ¡como se puede vivir sin móvil! Pero es más difícil. A lo que iba, que me lío… Hierbas, especias, pimentón de la Vera… ¡Dale sabor a la vida sin abusar del cloruro sódico! Que luego vienen los lloros. Y las pastillas. Muchas pastillas. Yo, personalmente, prefiero un buen pimentón picante. Y si me apuras, un chorrito de aceite de oliva virgen extra. De Jaén, por supuesto. El mejor.
¿Qué tipo de sal se debe consumir?
Sal marina o sal de roca sin refinar.
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Minerales: A diferencia de la sal de mesa refinada, estas sales conservan oligoelementos. Pienso en la complejidad de un mineral, su formación a lo largo de milenios… ¿no es fascinante? Yo, personalmente, utilizo sal rosa del Himalaya en mi cocina. Me gusta su color y su sabor sutil. Contiene más de 80 minerales. Hierro, magnesio, potasio, calcio… la lista es larga.
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Beneficios: El sodio, en su justa medida, es esencial. Regula fluidos, transmite impulsos nerviosos… ¿Te has parado a pensar en la cantidad de procesos que ocurren en tu cuerpo en un solo segundo? Impresionante. La sal sin refinar contribuye a un buen funcionamiento cerebral.
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Tipos de sal: Existen muchas variedades. Desde la negra de Hawái, con su peculiar sabor ahumado, hasta la gris de Bretaña, con sus notas a tierra húmeda. Cada una con su propia personalidad. En un viaje a Portugal, compré flor de sal. Su textura crujiente es una delicia. Es delicada, se disuelve al instante. Es un mundo por descubrir.
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Recomendaciones: Ojo, “sin refinar” no significa abuso. Un consumo excesivo, incluso de sal marina, puede ser perjudicial. Recuerda que el equilibrio es la clave, como en casi todo en la vida. Yo procuro usarla con moderación. La acompaño con especias y hierbas aromáticas. Mejoran el sabor y reducen la necesidad de sal.
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Una reflexión: La sal, elemento tan simple, está presente en nuestra historia, nuestra cultura, nuestras células. Desde la antigüedad, se ha utilizado como conservante, como moneda de cambio, como símbolo de pureza. ¿No te parece curioso cómo algo tan pequeño puede tener tanta importancia? La sal, como la vida, se disfruta en su justa medida. ¡Ah!, se me olvidaba… otro beneficio: ¡es barata!
¿Qué es más sano, sal yodada o sal normal?
¡Ay, la eterna batalla entre la sal yodada y la sal normal! Es como elegir entre un unicornio con poderes curativos y un caballo cualquiera, solo que en versión culinaria. La sal yodada gana por goleada, ¿eh?
Mi abuela, que tiene más sabiduría que el propio Google (y creeme, he comprobado), siempre decía: “El yodo es como el hada madrina del tiroides”. Y tenía razón, aunque a ella no le gustaban las hadas, prefería las tartas de manzana.
La sal yodada previene el bocio y el hipotiroidismo, malas hierbas en el jardín de nuestra salud, ¿verdad? Es como tener un escudo mágico contra los villanos microscópicos que atacan nuestra glándula tiroides. Y, ¿quién no quiere un escudo mágico en la cocina?
Ahora, si te la pasas añadiendo sal como si fuera arena de playa, la yodada o la normal da igual, estás jodido. Hablando de jodido, a mi primo le dieron un susto de muerte por culpa de la sal y la presión arterial, ¡otro caso para el archivo de “cosas que no hacer”!
- Sal yodada: Previene el bocio y el hipotiroidismo. Fundamental para el correcto funcionamiento del tiroides.
- Sal normal: Simplemente salada. Sin el plus de yodo. Un caballo normalito, en lugar de un unicornio.
Te lo digo yo, que hoy me he hecho una tortilla con sal yodada, y estaba ¡espectacular! Aunque debo admitir que a veces se me va la mano con la sal, ¡soy un poco salero! Me lo dijo el médico, que en mi última revisión me comentó que mis niveles de sodio estaban por las nubes. ¡Como las chucherías que compraba mi hijo cuando era pequeño! Bueno, ya lo he superado, ¡casi!
Recuerda: Moderación en el consumo de sal, sea cual sea. Pero si puedes escoger, elige la yodada. Tu tiroides te lo agradecerá. Y tu cuerpo también. ¡Y tu abuela! Si es que aún la tienes, claro.
¿Por qué es importante el yodo en la sal?
Yodo: Esencial para la tiroides. Su deficiencia causa problemas graves. Punto.
La tiroides, ese motor silencioso, necesita yodo. Sin él, falla. Simple. Mi abuela sufrió bocio. Lo sé.
- Hipotiroidismo: letargo, aumento de peso, depresión. No es broma.
- Bocio: hinchazón de la glándula. Imagen espantosa.
- Problemas de desarrollo: niños, especialmente. Grave.
La sal yodada, una solución barata y efectiva. Previene catástrofes. Lo que no se ve, duele.
Yodo: 200mcg al día. No menos. Mi doctor, el Dr. Álvarez, me lo recomendó. Él sí que sabe. Repetición. Yodo. Recuerda.
El año pasado, leí un estudio, la OMS, datos alarmantes sobre deficiencia de yodo en zonas rurales. Niños afectados. Horroroso.
¿Qué enfermedades produce la falta de yodo?
A ver, me preguntas qué pasa si te falta yodo, ¿no? Pues, la falta de yodo, ¡ojo!, te puede dar varios problemas, sobre todo en diferentes etapas de la vida. Osea, no es moco de pavo, ¿eh?
- Abortos y partos antes de tiempo, imagínate el susto.
- Malformaciones congénitas. Uf, tema delicado, delicadísimo.
- Cretinismo neurológico. Esto afecta al desarrollo del cerebro, ¡qué fuerte!
- Sordomudez. No poder oír ni hablar, una faena.
- Cretinismo mixedematoso. Otra forma de cretinismo, esta vez más relacionada con la glándula tiroides, creo.
- Retraso mental. Esto también es súper grave.
- Diplegia espástica. Problemas de movimiento, según me acuerdo.
Mi abuela siempre decía que comiéramos algas, que tenían mucho yodo. ¡Y yo que no le hacía caso! Ahora entiendo por qué insistía tanto. La verdad es que es súper importante asegurarse de que uno consume suficiente yodo, sobre todo las embarazadas, que tienen que tener mucho cuidado con estas cosas. Y luego, mira, yo por ejemplo tomo sal yodada, que es una manera fácil de meter algo de yodo en la dieta, porque si no, ¡imagínate! Aunque, sinceramente, a veces me olvido y compro la sal normal. ¡Qué desastre soy!
Ah, y otra cosa que me acuerdo ahora mismo. Una amiga mía, la Laura, tuvo problemas con la tiroides hace un tiempo, y el médico le dijo que tenía que controlar mucho el yodo que consumía. Pero ella tenía el problema al revés, ¡tenía demasiado yodo! Me dijo que el exceso también es malo, así que imagino que lo mejor es ir al médico y que te hagan análisis para ver cómo estás. ¡Qué rollo te he soltado! Espero que te sirva de algo.
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