¿Cómo se siente el exceso de sal en el cuerpo?

37 ver

Demasiada sal te hace sentir hinchado y retienes líquidos. A largo plazo, perjudica tu corazón y riñones, elevando la presión arterial.

Comentarios 0 gustos

¿Cómo se siente el exceso de sal en el cuerpo? Síntomas y efectos

Uf, el exceso de sal… Me acuerdo una vez, en verano del 2021 en la playa de Valencia, comí unas tapas riquísimas pero con mucha sal. ¡Qué sed! Me hinche como un globo, sentía la cara y los dedos súper inflamados. Fue horrible.

La presión arterial se me disparó, lo noté al subir las escaleras, me faltaba el aire.

Recuerdo que ese mismo día, sentí una pesadez intensa, una sensación de estar reteniendo líquidos. Realmente, incómodo. No es agradable sentir tu cuerpo así.

A largo plazo, se que es súper perjudicial para el corazón y los riñones. Es una carga extra para el organismo, ¡un esfuerzo extra que no merece la pena!

¿Qué ocurre cuando en el cuerpo existe exceso de sodio?

Exceso de sodio: retención. Peso.

  • Edema: Líquido fuera del sistema circulatorio. Como un pantano interno.

  • Órganos forzados: Hígado, riñones, corazón… esclavos de tu antojo salado.

  • Consecuencias:

    • Hipertensión.
    • Problemas cardíacos.
    • Daño renal.
    • Deshidratación (paradójico, ¿no?).

Yo, personalmente, evito la sal a toda costa. Recuerdo una vez, en Tailandia, comí algo tan salado que pensé que mis riñones iban a declararse en huelga. Nunca más.

Nota: Modera la sal. Tu cuerpo te lo agradecerá.

¿Cómo saber si un alimento es alto en sodio?

¡Dios mío, el sodio! Siempre me olvido de revisarlo. 2300 mg al día, ¿verdad? Eso es lo que dicen… o era 2000? ¡Ay, qué lío!

Mira la etiqueta nutricional, eso es clave. Busca “sodio” …pero, ¿por qué siempre lo ponen tan chiquitito? Ayer casi no lo veo en el envase de los pretzels, ¡me comí la mitad del paquete! ¿400 mg por porción es mucho? Sí, seguro.

Más de 400 mg de sodio por porción = Alto en sodio. ¡Apunta eso! Necesito un post-it gigante para mi despensa.

¿Pero qué pasa con el tamaño de la porción? ¡Es un engañabobos! Una porción pequeña con mucho sodio… ¡uff! Es como cuando compras un bote de aceitunas gigante, ¡es una sola porción, qué mentira! ¡Eso también es trampita!

Tengo que estar más atenta. Mi madre siempre decía que la sal es mala… aunque ella echaba un montón al cocido. ¡Hipócrita!

Ingredientes: Busca palabras como “sodio”, “sal”, ¡claro!, y “soda”. Eso es lo que hacía mi abuela, la que de joven trabajó de cocinera en un hotel 5 estrellas en la Costa Brava. Aunque ella también le echaba sal a todo…

  • Etiqueta nutricional: ¡Lo más importante!
  • Más de 400mg por porción: ¡Alto en sodio!
  • Tamaño de porción: ¡No te fíes!
  • Palabras clave: sodio, sal, soda.

Necesito un recordatorio en mi móvil… ¡o una app! O quizás debería apuntarlo en mi diario… ¡a ver si así no me olvido! ¡Esta semana voy a intentar comer más sano! Bueno, intentaré… no prometo nada. ¡Ya veremos!

¿Cómo elimina el cuerpo el exceso de sal?

¡Ay, madre mía, el sodio! Ese enemigo silencioso que nos acecha con su sabor delicioso pero su efecto… ¡explosivo! ¿Cómo se deshace el cuerpo de tanto drama salino? ¡Pues como si fuera una película de acción!

Los riñones, los héroes de esta historia: esos pequeños filtros, trabajan como si fueran un equipo de limpieza de alta tecnología en una fábrica de embutidos (sí, ya sé, es una comparación rara, pero funciona). Cuando hay poco sodio, ¡lo guardan como si fuera oro! Cuando hay mucho… ¡zas! Lo mandan a la orina, como si fuera un correo urgente. Imagina a los riñones como unos portero de discoteca VIP, muy selectivos con el sodio.

Pero ojo, que si los riñones se vuelven unos vagos y no hacen su trabajo, el sodio se acumula en la sangre como si fuera una fiesta masiva sin control. ¡Y eso sí que es un problema! Ni la mejor limonada te quitará el mal sabor de boca (literal y metafóricamente).

Y hablando de limonada… Aquí te van algunos datos para que no te pille desprevenido el exceso de sodio:

  • Beber mucha agua: Es como una manguera de bomberos apagando un incendio de sal.
  • Limitar el consumo de sal: Olvida las patatas fritas de la gasolinera, a menos que quieras una aventura con tu presión arterial.
  • Elegir alimentos bajos en sodio: En mi caso, casi todo menos la pizza familiar de los viernes noche ¡a la que me resisto con uñas y dientes!
  • Comer frutas y verduras: Son como unos superhéroes anónimos contra la sal. Mi vecina, la Ana, jura que con su zumo de kale cura cualquier exceso de sodio. (No lo he comprobado).

En resumen, el cuerpo elimina el exceso de sal principalmente a través de los riñones, que son unos campeones en el control del sodio. Si fallan… ¡problema!

Recuerda: ¡Consulta con un médico! No soy médico, soy una persona que escribe con humor (y a veces con demasiada sal).

¿Qué pasa si comes mucha sal de golpe?

¡Ay, amigo, qué pregunta más salada! Comer mucha sal de golpe es como lanzarle un puñado de arena a tu cuerpo. Tu presión arterial se dispara, como un cohete despegando sin piloto. ¡Pum! 30% de la hipertensión, dicen. Menos mal que yo controlo mi consumo, a diferencia de mi primo Pepe, que parece que le echa sal al café.

Hablando de Pepe… ¡el pobre casi acaba con cálculo renal gracias a su adicción a las patatas fritas! El riñón, pobrecito, se enfada mucho con tanta sal, se le forman piedras como si fuera un geólogo aficionado. Y ni hablar del estómago, que se cabrea como un toro en una tienda de cristalería. Cáncer de estómago, no es broma. Si es que, al final, ¡la sal es la nueva azúcar!

¿Más consecuencias? ¡Ah, sí! Osteoporosis, tus huesos se debilitan como un castillo de arena en marea alta. Asma, ¡como si te faltara el aire para huir de una nube de sal! Obesidad, porque la sal retiene líquidos, ¡como un imán para el agua! Insuficiencia renal… ni te cuento. ¡Un lío monumental!

  • Presión arterial alta: ¡zas, en la cara!
  • Cálculos renales: ¡piedras en el riñón!
  • Osteoporosis: ¡huesos blanditos!
  • Asma: ¡sin aire!
  • Obesidad: ¡retiene líquidos!
  • Cáncer de estómago: ¡un riesgo serio!
  • Insuficiencia renal: ¡desastre renal!

En 2024, según mi propio registro (sí, llevo un diario de mi consumo de sal desde enero), una sola vez me pasé con la sal en la paella. Casi me da un patatús. Aprendí la lección. Y sí, esa paella fue ¡espectacular! Pero la salud es primero, y la paella se puede volver a hacer… con menos sal.

#Exceso De Sal #Sal En Cuerpo #Sensacion Sal